martes, 9 de noviembre de 2021

La expulsión de los jesuitas

 

El día 9 de abril se 1767 se publica en Málaga un Bando ordenando la expulsión inmediata de todos los jesuitas, aunque realmente la Compañía de Jesús fue expulsada de España entre la noche del 31 de marzo y la mañana del día 2 de abril.


Iglesia del Cristo de la Salud.


La práctica totalidad de los historiadores están de acuerdo en afirmar el carácter sorpresivo y drástico de la expulsión. Pese a que corrían malos tiempos para la Compañía, los jesuitas fueron acusados de instigar la oleada de motines del año anterior, nadie en su seno podía imaginar que iba a producirse tamaño acontecimiento.


Los jesuitas eran conscientes del acoso que venían sufriendo, pero no tuvieron noticia alguna de la medida que Carlos III se disponía a tomar hasta el momento mismo de su aplicación. Aunque a lo largo del año el Gobierno realizó una investigación reservada entre gran parte de los obispos españoles, no hubo filtraciones sobre su contenido.


Tampoco tuvieron ninguna noticia del decreto de expulsión, dictaminado por el fiscal Campomanes y aprobado por una sala reducidísima y previamente seleccionada de consejeros el 29 de enero de 1767. Ni tampoco de la ratificación real de dicho decreto el 20 de febrero siguiente. No trascendió el contenido de un pliego cerrado, impreso en la Imprenta Real, perfectamente incomunicada, que el conde de Aranda remitió a los jueces ordinarios y tribunales superiores de todas las poblaciones en las que había establecimientos de jesuitas, más de 120, en el que se daban las instrucciones reservadas para la expulsión, y que no podía ser abierto hasta la misma noche del primero de abril.


El secreto estaba motivado por la intención de paralizar cualquier maniobra de protesta por parte de los numerosos simpatizantes de la Compañía, sobre todo, dentro del estamento nobiliario y de las clases populares. También se quería evitar que los jesuitas pudiesen huir, enajenar sus bienes, deshacerse de sus archivos y de sus papeles comprometedores, puesto que las órdenes reales incluían la confiscación de los bienes.


En Málaga la primera iglesia de la Compañía de Jesús en la ciudad fue la del Santo Cristo de la Salud, patrón del Cabildo Municipal, situada junto a la Plaza Mayor (hoy Plaza de la Constitución). Una vez expulsada la orden y debido a su vecindad con el antiguo Ayuntamiento, este acabó albergando a la imagen del Santo Cristo de la Salud, obra del escultor José Micael y Alfaro, anteriormente venerada en una capilla de la planta baja del Consistorio, que sustituyó a la de San Sebastián.


Los jesuitas españoles, sobre todo los más cultos, al dejar de existir la Compañía, se trasladaron a Roma donde encontraron trabajo como empleados de los obispos o como preceptores de los hijos de los miembros de la nobleza. Su aportación a la cultura italiana fue muy importante y los italianos se beneficiaron de sus grandes conocimientos.

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