jueves, 4 de noviembre de 2021

Obispo de Málaga y virrey de Aragón

 

Antonio Enríquez de Porres, obispo de Málaga y virrey de Aragón, se cree que nació en Vélez-Málaga, aunque existe polémica sobre el lugar y la fecha de su nacimiento. Estudiante de la Universidad de Salamanca, confesor de Felipe III, calificador del Santo Oficio y consejero de Estado desde 1626, fue también predicador real de Felipe IV en 1630 y vicario general de la orden de San Francisco.


Sillería del coro de la Catedral de Málaga.


En 1632 fue elegido obispo de Zamora, aunque no tomó posesión del cargo, y 2 años después es nombrado obispo la diócesis de Málaga, siendo al mismo tiempo embajador en Roma ante el papa Urbano VIII en 1635. El episodio más destacado de su obispado fue la epidemia de peste de 1637, donde entre abril y septiembre hubo más de 17.000 muertos en la ciudad de Málaga.


En la capital malagueña desplegó una especial actividad en varias vertientes de carácter social y las relacionadas con su prelatura. Entre éstas últimas destacó la pretensión de celebrar un sínodo con el objeto de afrontar la reforma de todo lo contemplado bajo su ministerio. Pese a no poder llevarlo a cabo debido a los múltiples quehaceres de índole política encomendados por el rey, sirvió de base en el convocado por su sobrino Diego Aponte en 1671.


De igual modo destacó su labor en el grave episodio epidémico sufrido por Málaga en 1637, donde además de cumplir los deberes pastorales ordenó preparar adecuadamente una de las fosas que servirían para enterrar a cientos de fallecidos a causa del contagio.


También fue suya la iniciativa de impulsar la finalización de la sillería del coro de la Catedral de Málaga acorde a la categoría del principal templo de la diócesis, y sufragó los gastos ocasionados por la obra. Fruto de ese interés, y para dejar huella de su mandato, un buen testimonio son los blasones tallados en la madera del sitial del obispo.


Desempeñó el virreinato de Aragón en dos ocasiones. La primera durante un breve periodo en 1641 tras la destitución y encarcelamiento de Francisco María Carrafa en los inicios de la sublevación de Cataluña. La segunda desde 1645 hasta 1648. Su gobierno en Aragón estuvo marcado por el conflicto entre la corte de Madrid y los alzados catalanes, que contaban con el apoyo de Francia.


Muerto en 1648 en el desempeño de sus funciones como obispo y virrey, su cuerpo fue depositado en el convento de San Francisco de Zaragoza, y posteriormente trasladado a la Catedral de Málaga.


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