Desde su fundación hasta el comienzo de la Guerra Civil, un total de 56 profesionales y empresarios de clase media-alta y alta de la sociedad malagueña formaron parte del Club Rotario un 'lobby' que todos los miércoles a las 13.30 horas se reunía a almorzar en el Hotel Regina durante el invierno y en los Baños del Carmen, en verano. Enrique Laza, fundador de una conocida dinastía de farmacéuticos, fue uno de los impulsores de este club cuyo primer presidente fue Juan Antonio López.
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Hotel Regina. |
Por este 'lobby' pasaron hombres ilustres como Enrique Van Dulken; el comerciante y estudioso de arte Juan Temboury; el diplomático norteamericano y gerente de la Casa Evan Edward Norton; el que fuera ministro de Agricultura con Franco Carlos Rein; el primer alcalde franquista de la capital, Enrique Gómez; los arquitectos José González Edo y Fernando Guerrero Strachan; el distribuidor de CAMPSA en Andalucía Juan Jiménez Lopera; el político del Partido Radical Eduardo Frapolli o los cofrades Matías Abela y José Álvarez, además de Martín Quirico, gerente de la casa de vinos Hijos de Quirico López.
En este movimiento vanguardista y tolerante había personas de ideologías muy distintas aunque la mayoría tenía unas claras simpatías republicanas aunque con el estallido de la Guerra Civil los rotarios malagueños no dieron cabida ni a representantes del Frente Popular ni de los afines al general Franco. Por ejemplo, bajo el mandato en la ciudad de las izquierdas se va a perseguir a los rotarios por pertenecer a las clases altas de la sociedad llegando a fusilar a Adolfo Gross Pries, mientras que bajo la dictadura se les persigue por sus ideas modernistas e internacionalistas y se procesa a Juan Antonio López Martín.
Aunque la iglesia española, con el cardenal Segura a la cabeza fue muy beligerante con este movimiento al que llegó a condenar, en Málaga, el obispo de la diócesis, Manuel González, no realizó ningún tipo de censura a este club, simbolizado por una rueda dentada como emblema de progreso, entre 1927 y 1936. Un periodo en el que se fraguaron y consiguieron dos importantes iniciativas, la construcción del primer campo de golf en la provincia, en Torremolinos, y la conversión del aeródromo de la capital, entonces dedicado a tareas de repostaje y de correo, en un aeropuerto comercial.
(Continuará...)
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