Miguel Maldonado, El Sopa, perteneciente a la saga malagueña de los Maldonado, su hermano era limpiabotas en el Café Madrid y él, em principio, estibador en el muelle, conocía a su manera a los poetas andaluces, como Lorca, Chamizo, Benítez Carrasco, Villalón y tantos otros que recitaba para los amigos uniendo poemas de unos con otros y añadiéndoles de su cosecha dedicatorias y finales.
Miguel era un caballero, de una educación forzada y exagerada, hacía lo indecible por agradar y divertir. Era raro el día que al caer la tarde no se encontraba por los bares de la calle Siete Revueltas o en el Pasaje del Chinitas.
Miguel Maldonado, que era un gitano de puro y rancio abolengo, solía hacer una especie de rito de su propia vida. Comedido, cauto, largo en la apreciación y con una gran capacidad para captar rápidamente el aprecio de los demás.
Era atento, educado y muy dado a las buenas formas. Su ocupación habitual de vendedor de loterías le hacía estar de forma continuada en contacto directo con la gente, llevando a todos la indudable vitalidad que le caracterizaba.
Era casi imprescindible en la Málaga de su época, donde su proverbial simpatía le hacía acreedor del aprecio y la la estimación de todos. Y así por todas partes con un buen número de amigos, a los que se dedicaba siempre sus mejores palabras, juntamente con aquel sello especial que solía imprimir a su verbo, enormemente rico y lleno de matices.
Fuente documental: Blog Ilustres Majaras. Paco Roji
No hay comentarios:
Publicar un comentario