Conocida como una de las frases más utilizadas por los españoles, ‘apaga y vámonos’, se cree que esta expresión popular tuvo su origen en las cercanías de Almargen (Málaga), durante las batallas mantenidas por los ejércitos cristianos y musulmanes.
![]() |
Panorámica de Almargen. |
Uno de los altos cargos militares de las tropas cristianas transmitió su deseo de atacar por sorpresa al ejército musulmán. Sus subordinados accedieron a ello, pero no sin antes tener la posibilidad de realizar una misa previa al ataque. Ante la prisa que corría el acontecimiento, los asistentes improvisaron como pudieron un altar en el que el sacerdote de la zona fue bendiciendo a todos y cada uno de los soldados que allí esperaban.
Este mismo sacerdote fue el que en teoría inició esta famosa expresión, al pedir al monaguillo asistente que recogiera todos los objetos utilizados, entre ellos las velas, exclamando ‘apaga y vámonos’.
Otras fuentes aseguran que la frase tiene su origen en un cuento narrado tradicionalmente en el pueblo de Pitres (Granada). Hace siglos, dos clérigos de este municipio granadino, aspirantes a una plaza de capellán, hicieron una apuesta a ver cuál de ellos celebraba la misa en el menor tiempo posible.
Tras concluir los preparativos para el desafío religioso y mientras se aproximaban al altar, uno de los curas inició la misa diciendo, «Ite, Missa est», fórmula litúrgica que precedía a la bendición final. El otro, impasible, se giró hacia el monaguillo que sujetaba la vela y exclamó: «¡Apaga y vámonos!, que ya está dicha la misa».
No hay comentarios:
Publicar un comentario