lunes, 25 de noviembre de 2024

La transformación de Marbella

 

Marbella vivió antes y tras la guerra civil el hundimiento de su economía, que recuperó su pulso gracias a un fenómeno sólo olfateado por visionarios: el turismo. La transformación espectacular parte de 1940, aunque el gran despegue se inicia en 1943 con la llegada de Ricardo Soriano, el marqués de Ivanrey, que funda la Venta y Albergues del Rodeo. Se trataba de un complejo residencial, con urbanización aledaña, que marcaría el estilo y rumbo turístico de la ciudad. Ivanrey copió de Estados Unidos el bungalow, aunque bastante más rústico, semejante a las chozas campesinas. Imanta a artistas de la época, como Edgar Neville, Conchita Montes o Antonio "El Bailarín", que apuestan por una Marbella idílica, con playas de dunas y con La Concha como perfil eterno, garante de su bondad climática.


Puerto deportivo José Banús.


La ciudad se transformó para albergar a los visitantes, las viviendas se remodelaron y cambió el valor del suelo. En la mayoría de los casos los propietarios vendían a otros promotores que hacían magníficos negocios. Quizá, como anécdota, señalar que los terrenos que se vendieron en la zona de Nagüeles por 13 millones de pesetas (algo más de 78.000 Euros) hoy son la zona conocida "Milla de Oro". Se crean nuevos hoteles, como El Fuerte, el San Nicolás, Guadalmina o Salduba, y los emblemáticos Los Monteros y Don Pepe.

Mientras que todas estas operaciones se realizaban, llegaron a Marbella los primeros constructores de la "meca del turismo": Alfonso de Holenlohe y José Banús. Este último acomete una promoción titánica con la mayor urbanización hasta entonces conocida en el país. Un macroproyecto bautizado como Puerto Banús y que incluía varios hoteles (Hotel del Golf y Andalucía Plaza), campos de golf, plaza de toros, discotecas y un puerto deportivo que, desde su inauguración (a la que acudieron Grace Kelly y Rainiero de Mónaco), se convirtió en el más grande de Europa.

Años después, en los 80, llegaron, como grandes inversores, los árabes. En esa época el rey Fahd construyó un palacio en la localidad sobre una gigantesca finca vallada y también se edificó la Mezquita de Marbella, ambos magníficos edificios. Y llegaron los bancos árabes. Era una época que ayudó a difundir la imagen de meca de multimillonarios, de hombres y mujeres de negocios y de artistas de renombre mundial. A esa dinámica contribuyó Alfonso de Holenlohe quien comenzó a atraer a personajes hasta su hotel, el Marbella Club, gente como los Onassis, Maria Callas, los duques de Windsor o Ava Gardner. Y Puerto Banús que ha albergado yates tan famosos como el del magnate Kassoghi con las letras Nabila en oro, o el del conde de Barcelona, el Giralda. Un puerto cuya torre de operaciones destaca entre el caserío blanco que rodea a los yates y que cuenta con más de 900 puntos de atraque.

No hay comentarios:

Publicar un comentario