La Trinidad y El Perchel eran dos barrios extramuros de gente humilde. El primero fue asentamiento de Isabel la Católica durante el asedio a Málaga y el segundo nació de la industria del secado de pescado, pero no fue hasta el siglo XIX cuando se popularizaron. Cuando en 1989 la gran riada se llevó todo por delante, las administraciones intentaron buscar una solución de urgencia y recuperaron los corralones. que en realidad son viviendas sociales que emulan esa estructura arquitectónica a la que se añaden más espacio y las comodidades propias de nuestro siglo.
Corralón en La Trinidad. Archivo UMA. |
Cuando en Málaga surgieron experiencias que emulaban a la Corrala Utopía sevillana, un vecino de La Trinidad de toda la vida escuchó la palabra “corrala” y dijo: “¿Qué es eso de corrala, ni corrala? Aquí, en Málaga, nunca se les ha llamado corralas. Aquí son corralones”. Reivindicaba para La Trinidad, El Perchel y su arquitectura una identidad propia resumida en unos edificios rectangulares de varias viviendas, que dan a una galería voladiza con patio central, en la que solía haber una fuente o un pozo comunitario y otros servicios comunes.
Se puede citar como ejemplo, el Corralón de Santa Sofía, un hermoso corralón del siglo XIX, en donde anualmente tiene lugar la Semana Popular de los corralones de La Trinidad y El Perchel. Allí, la mayoría de los vecinos viven solos y suelen permanecer en la vivienda hasta su fallecimiento. Una vecina explicaba que «antes esto era terrizo, había un pozo común» y que tiene entendido que «era de una señora rica, que cuando se iba a morir dijo que no quería que se hicieran pisos, y que quería que se quedara así». Y así se quedó, mientras fuera la ciudad cambiaba.
Fuente documental: La historia de los corralones de Málaga, identidad trinitaria y perchelera. Néstor Cenizo. elDiario.es. 4 de junio de 2017
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