Las Casas de Campos de la Plaza de la Merced son un excelente ejemplo de la jerarquía de plantas que muestran los elementos arquitectónicos de los edificios decimonónicos y que que debe su nombre a la saga de empresarios formada por Antonio Campos padre e hijo, el segundo de ellos ennoblecido como marqués de Iznate.
Casas de Campos. |
Este inmueble tiene cuatro plantas en su fachada principal y una menos en la parte posterior. En las primeras décadas delsiglo XX fue sometido a una profunda reforma en la que cabe destacar la colocación de las rejerías y de otros elementos decorativos de cierta influencia modernista. Estos inmuebles se destinaban al arrendamiento de los pisos, y dado que las escaleras constituían un impedimento para habitar los más altos, el importe de su alquiler disminuía progresivamente y, por tanto, la calidad de los materiales constructivos (suelos, maderas, etc.) y la altura de las plantas.
En el exterior también se aprecia esta jerarquía, que propiciaba que familias de diferentes clases sociales convivieran en un mismo edificio (un profesional liberal o comerciante en el piso principal, un empleado en el segundo, un portero o jornalero en el ático o buhardilla).
Así, en los elementos decorativos (molduras, montantes de cristales de colores, impostas…) se puede apreciar una paulatina degradación de las viviendas, acentuada por el vuelo de los balcones (cada vez menor hasta que en las buhardillas se reduce a una ventana o un antepecho) y, en su caso, de los cierros. En las Casas de Campos, si levantamos la vista hasta la imposta que separa el ático, observaremos que está decorada con una alternancia de cabezas masculinas y femeninas.
En uno de los edificios de las Casas de Campos existió a finales del siglo XIX un colegio de señoritas, dirigido por Josefina Prieto bajo el nombre de la Purísima Concepción, en el que se impartían materias consideradas propias del sexo femenino como labores de adorno, solfeo, piano, francés, dibujo y preparación para la carrera de magisterio. Un “colegio de señoritas” similar existió por esos mismos años en la calle Carretería, justo en su confluencia con la de Ollerías, denominado de San Rafael. Estaba dirigido por Fanny Pezzi de Luque, que expresamente declaraba que su objetivo era “hacer de este colegio un verdadero centro educativo, en el que siguiendo las indicaciones de la moderna pedagogía consigamos hacer de nuestras discípulas, señoritas modelos de cultura y distinción, a la vez que mujeres honradas, religiosas, fuertes y útiles a la sociedad y a la familia”
Fuente documental: La mirada recuperada. Víctor M. Heredia Flores. Área de Igualdad de Oportunidades de la Mujer. Ayuntamiento de Málaga. Asociación Málaga Monumental, 2007.
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