En 1860 el Ministerio de Marina decretó la instalación de botes salvavidas en los puntos del litoral más expuestos a los temporales siguiendo el modelo de una institución filantrópica británica que desde se dedicaba al rescate de los náufragos en sus costas.
Caseta de Salvamento de Naúfragos. |
Las autoridades de Marina españolas optaron por comprar en Londres varios botes insumergibles con destino a los puertos españoles, entre ellos, el puerto de Málaga, aunque se encontraron con el escollo de que no había personal especializado en la materia. Por ejemplo, en 1874 un buque mercante estuvo a punto de ir a pique frente a la desembocadura del Guadalmedina, ya que aunque había bote salvavidas no existía tripulación, aunque finalmente unos marineros noruegos se ofrecieron para la misión y lograron con éxito el rescate.
En Málaga,a partir de 1881, se constituyó la junta local de la Sociedad Española de Salvamento de Náufragos. Su presidente, Pedro Gómez Gómez, consiguió un terreno junto a La Farola para construir para guardar el bote y los utensilios destinados a las operaciones de salvamento.
La falta de medios económicos y de voluntarios motivaron la decadencia del servicio y de las instalaciones. Tras la guerra civil la Armada asumió las tareas de socorro en el mar, hasta que en 1971 se creó la Cruz Roja del Mar en la que se integró la Sociedad de Salvamento Marítimo. En 1992 se creó el actual servicio de Salvamento Marítimo, aunque para entonces la caseta ya había desaparecido.
Fuente documental: Puerto de Málaga: memoria sobre su historia, progreso y desarrollo ; enero 1940-diciembre 1944. Tomás Brioso Raggio.
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