Desmond Bristow, tras la II Guerra Mundial se convirtió en jefe de estación de MI6 para España y Portugal, es decir, máximo responsable del espionaje británico en la península ibérica. Tras dejar el MI6 (1954), Bristow se trasladó a vivir con su esposa a Periana. Varias biografías añaden que hicieron “su hogar en un antiguo ingenio de caña de azúcar reutilizado como vivienda”. Falleció en Vélez-Málaga y sus cenizas reposan, junto a las de su esposa, en el Cementerio Inglés de Málaga.
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| Desmond bristow el día de su boda. |
Nacido el 1 de junio de 1917 en Birmingham (Reino Unido), creció en Punta Umbría (Huelva), segundo hijo de un ingeniero de minas inglés, Bristow tuvo como primera lengua el castellano de Andalucía, lo que no evitó que el escritor malagueño José Antonio Muñoz Rojas, su posterior profesor de español en Cambridge en los años de la Guerra Civil, le otorgara un ampuloso título: el peor alumno.
Fue nombrado después de la Guerra Mundial jefe del espionaje británico en Madrid. Entonces Franco no era ya el posible enemigo, sino un elemento de estabilidad. El nuevo peligro mundial era la Unión Soviética, y los nuevos amigos de Inglaterra eran militares que simpatizaron con los nazis. Bristow preparó la llegada del primer embajador británico a Madrid después del triunfo de Franco, y, mientras asesoraba sobre futuras operaciones comerciales hispano-británicas, participaba en cacerías en las sierras castellanas. El espionaje había dejado de ser arma de guerra para convertirse en herramienta de la paz, según escribió en la necrológica de Bristow en El País el escritor malagueño Justo Navarro.
Navarro también reseñaba que su formación de espía la hizo con Kim Philby, en cervecerías y despachos donde sonaban discos de Gershwin y Duke Ellington. Bristow lo recordaba en Periana, en esa zona de Andalucía que parece mítico refugio de agentes secretos. Nunca renegó de sus amigos: ni de Kim Philby, el mítico desertor a la Unión Soviética. Bristow dejó su cargo en 1953 y, desaparecido del servicio secreto.

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