Según la leyenda, Abomelic, el segundo rey moro de Ronda, ordenó construir para su hija Algatoisa el castillo residencia de verano donde hoy se encuentra la iglesia de Nuestra Señora del Rosario de la localidad malagueña de Algatocín, en el Valle del Genal.
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Campanario de la iglesia del Rosario en Algatocín. |
Inicialmente el castillo se iba a ubicar en la vertiente del río Guadiaro, en los alrededores de Gaucín, por orden de la princesa, ya que se dice que la princesa se había enamorado de un moro que habitaba en un campamento cercano.
El rey, al enterarse, no dudó en modificar la ubicación de palacete nazarí donde vivió durante años la princesa, ya que según distintas versiones, más que un refugio era un encierro para Algatoisa.
Sin embargo, años más tarde se ha refutado esta versión diciendo que la razón principal por la que ese emplazamiento no fue el definitivo se debió a que no estaba orientado hacia la Ciudad Santa de la Meca y el sol no penetraba temprano en sus estancias.
Los antecedentes históricos encontrados en el término de Algatocín se remontan a la época de la dominación romana. En un lugar próximo a la villa, Cerrogordo, se han encontrado restos arqueológicos que pertenecen a este período.
Pero el origen de la villa hay que situarlo con relación a la presencia árabe en el territorio. Su nombre parece proceder de la tribu bereber de los Benu-Atus, Al-Atuiyin; aunque, según la leyenda, que ya se a narrado, se vincula al de la hija del segundo rey musulmán de Ronda Algotisa, que eligió este lugar para construir su palacio.