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| Celia Villalobos en su toma de posesión como alcaldesa. |
La evidencia del declive socialista entre los electores
había convertido esta cita electoral en un banco de pruebas de cara a las
próximas elecciones generales con tres candidatos de peso, Eduardo Martín Toval, presidente del grupo parlamentario socialista
durante la década de los ochenta, frente a Celia
Villalobos y Antonio Romero,
parlamentarios de perfil populista con un prestigio de raigambre mediática.
El vuelco en los resultados es absoluto. El PSOE se convierte en la tercera fuerza
con siete concejales; IU crece en
70.000 votos hasta situarse con nueve representantes; y el Partido Popular supera en casi 200.000 votos al PSOE, aunque no consigue la mayoría
absoluta.
El fracaso de las negociaciones entre los partidos de
izquierda convierte a Celia Villalobos
en alcaldesa de Málaga. El PSOE, además, pierde los ayuntamientos
del litoral en beneficio del PP,
aunque mantiene el dominio en el interior con Ronda y Antequera al
frente.
En la Diputación,
donde el PP tampoco alcanza la
mayoría absoluta, Luis Vázquez Alfarache
se convierte en presidente gracias a los tres representantes del GIL, partido que obtiene mayoría
absoluta en Marbella y Estepona.
