Mastodon Málaga y sus historias

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viernes, 3 de mayo de 2024

La Puerta de Espartería

 

En el año 1675 la Puerta de Espartería estaba en un estado tan lamentable, que no era posible cerrarla por noche, como disponían las Ordenanzas y con gran peligro para la ciudad, por lo tanto el gobernador, marqués de Villafiel, mandó poner unas nuevas.


El trazado de la Acera de la Marina se correspondía con el de la antigua
 muralla de la ciudad en el tramo comprendido entre
 la Puerta de Espartería y la Puerta de los Siete Arcos.


El mayor obstáculo fue comprobar que no había suficiente madera. Para solucionarlo el marqués, pidió a los vecinos los tablones que tenían reservados para las puertas de sus viviendas. Ante esta exigencia los malagueños entregaron el material requerido, y con él se hicieron los batientes de la Puerta de Espartería, que fueron revestidas con chapas de hierro traído de Vizcaya y Granada, conectándolas con fuertes hierros a los grandes muros para dejarlas firmes y seguras.

Para prevenir que en tiempos de inundaciones, cuando estas puertas estaban cerradas por la noche, se llenara de agua delante de ellas, al cortar su trayectoria hacia el mar, como ya había pasado en otras inundaciones causadas por el río Guadalmedina, se propuso que en la parte baja de los fortificados paneles de dicha puerta no fuesen compactos, sino que tuviesen unas fuertes rejas de hierro de tres cuartas de altura, para prevenir que cuando hubiese inundaciones el agua circulara con la máxima facilidad a través de dicha rejas.

Todos estos trabajos produjeron un alto coste, que llegaron a la cifra de 600 ducados, solución que fue resuelta por el marqués de Villafiel al acordar que parte de dicha cantidad la pagaría de los Propios, el resto deberían abonarlas los comerciantes.

El sentimiento religioso de los malagueños quedó de manifiesto en la colocación de una cruz en la parte superior de la puerta, recibiendo desde aquel momento el nombre de Puerta de la Cruz, también se puso en ella un reloj, muy útil por ser un lugar comercial y transitado, aunque el pueblo continuó denominándola de Espartería.

Fuente documental: Sociología de la vivienda pública y privada malagueña en el siglo XVIII. Juan Fernando López Fernández. Universidad de Málaga

jueves, 2 de mayo de 2024

El transporte urbano

 

Trenes, tranvías y automóviles irrumpen con fuerza a principios del siglo XX en la lucha por la hegemonía en el transporte frente a los llamados vehículos de sangre, de tracción animal, que sin embargo perduran aún durante bastantes años. El día 17 de mayo de 1901 se inicia la aplicación de la Real Orden que obliga a los ayuntamientos a cambiar la tracción de sangre de los tranvías por la tracción eléctrica.


Tranvía que circulaba por Málaga.


La medida, que significa un fuerte avance en la modernización del transporte, supone paralelamente un fuerte revés para un sistema que se venía aplicando desde que en 1881 entró en servicio el primer tranvía tirado por bestias en Málaga.

Los vetustos vehículos que caracterizaron el siglo XIX -bateas, carros y carromatos- perduraron en Málaga hasta los años 50 del siglo pasado. La actividad de la ciudad giraba en torno a estos medios de transporte: las carrozas fúnebres, los carros de recogida de basura, de transporte y de reparto o los estilizados coches de paseo poblaron las calles hasta que, poco a poco, van siendo sustituidos por los vehículos de motor.

La tracción eléctrica impuesta en 1901 para los tranvías convierte este transporte público en el más popular y supone el inicio de la implantación del cable aéreo en las líneas Estación-Caleta y Caleta-Palo, así como Baños de Apolo y Estrella. La electrificación provocó la aparición de nuevos proyectos y de nuevas concesiones, entre las que destaca la otorgada en 1898 a favor de S.A. Tramways de Málaga, con sede en Bruselas. En 1922 aparece la Transports et Force Motrice en Espagne, Scté. Annme, y un año después la Sociedad Malagueña de Tranvías.

Tras la Guerra Civil, este modo de transporte empieza a tener problemas y las quejas de los usuarios. La Sociedad Malagueña de Tranvías reconoce las deficiencias, de las que culpa a la arbitrariedad del Ayuntamiento en las concesiones realizadas en 1931 y a los propios empleados del servicio «que lo colectivizaron durante el periodo rojo en Málaga, en el cual solamente se le hizo al material dar el máximo rendimiento sin atender a su conservación». La nota de la Sociedad deja ver asimismo los problemas existentes para encontrar carriles que permitieran mejorar las líneas.

Finalmente, este servicio urbano será explotado por el Ayuntamiento a partir del 1 de diciembre de 1949. En un comunicado se explica a la ciudad que lo asume ante la falta de medios de la Sociedad Malagueña de Tranvías para mantenerlo. Los últimos días del año entran en funcionamiento 14 nuevos autobuses para mejorar el transporte público.

Por otro lado, la aparición de los primeros coches en Málaga se remonta a 1907, año en el que siete coches de las marcas Packard y Oldsmobile se matriculan en la provincia. No obstante, el desarrollo no fue total hasta finales de los sesenta, con el popular seiscientos. Una evolución lenta, con una media de 22 coches matriculados en los 13 primeros años, hasta que en 1920 el número de matriculas se multiplican hasta 256 y en 1923, hasta 643. En 1925 se habían matriculado ya en la provincia 2.304 coches, liderando el mercado malagueños las marcas Willys-King, Citroën y Ford.