Málaga tributa a
la imagen de la Virgen de Fátima un
apoteósico recibimiento a su llegada al puerto de Málaga, a bordo del cañonero 'Cánovas
del Castillo' en la mañana del 15 de julio de 1948.
La presidencia del acto la ostentan el obispo de Málaga, monseñor Herrera Oria; el gobernador civil accidental, Baltasar Peña Hinojosa, y el alcalde accidental, Carlos Loring. Entre flores, vítores y
palomas, recorrió las calles de la ciudad hasta la Catedral, donde fue velada por los fieles durante esa noche.
La Virgen de Fátima recorrió el centro de Málaga. Foto: Filmoteca de RTVE. |
El día 16, más de dos mil enfermos asistieron a la misa de
impedidos, oficiada en el Paseo del
Parque. Varios enfermos, visiblemente exaltados, fueron asistidos por
personal facultativo pues aseguraban que habían obtenido una gran mejoría. Los 'milagros' de la Virgen, según recogió
la prensa, curaron a un sacerdote de 76 años de edad José González Moreno, que llevaba ocho años sentado en un sillón de
ruedas aquejado de esclerosis múltiple. Al parecer, el sacerdote comenzó a
andar cuando la imagen de la Virgen pasó junto a él durante la visita a la
iglesia de San Juan.
El éxito de la estancia de la Virgen de Fátima en Málaga
se repitió dos años más tarde. Fue la denominada 'gran misión'. Del 12 al 26 de febrero de 1950 se desarrollaron
diversos actos en la ciudad en los que la indiscutible protagonista fue la 'milagrera' imagen portuguesa. El
recibimiento volvió a ser apoteósico. La diferencia respecto a la primera
visita fue que esta vez el traslado de Nuestra
Señora de Fátima se hizo por vía aérea. El avión aterrizó en el aeródromo a
las cinco de la tarde del domingo 12 de febrero. En el trayecto hasta el centro
de ciudad, la Virgen fue escoltada por oficiales del Ejército del Aire. (1*)
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La Virgen de Fátima llegó al Puerto de Málaga. Foto: Página web de la Hermandad de la Virgen de Fátima de Málaga. |
Para el recibimiento se situó un gran altar en la Acera de la Marina, en las
inmediaciones de la entrada principal al puerto. Más de 40.000 personas se
congregaron para seguir en directo el evento. Una riada humana llenó la Acera de la Marina y su confluencia con
el Parque y la Alameda. Las principales autoridades, que tenían reservado un lugar
preferente en el altar, empezaron a llegar a las cinco de la tarde. Cincuenta y
cinco minutos después, la carroza en la que iba la Virgen de Fátima hizo su entrada en la Alameda. El público recibió su aparición con una atronadora ovación
e infinidad de vítores. La imagen, una vez bajada de la carroza, fue trasladada
al altar en unas andas portadas por varias autoridades, entre ellas el
gobernador civil y el alcalde. Una vez situada la talla en el templete del
altar, una comitiva de padres misioneros, en columna de a cuatro, recorrió la
calle Larios cantando el 'Miserere'.
El obispo Herrera
Oria comenzó su alocución diciendo que nunca había visto un espectáculo de
concentración de masas tan grandioso como el que tenía delante de sus ojos.
Tras la intervención del prelado, la imagen fue llevada en solemne procesión a
la Catedral. Las andas las portaron
padres misioneros. Desde la Catedral,
la Virgen fue conducida a El Palo,
uno de los diversos barrios y lugares en los que estuvo en su estancia en Málaga.
Al domingo siguiente, 19 de febrero, las muestras de
devoción a Nuestra Señora de Fátima
se desbordaron. Unos 160.000 fieles se concentraron en la explanada del puerto,
donde hubo una multitudinaria función religiosa y una plática del obispo Herrera Oria.
(1*) Información
elaborada con datos del diario Sur.