Un obispo desterrado

Manuel González García ha sido uno de los obispos más polémicos de Málaga, debido en parte a la difícil época en la que dirigió la diócesis.

El Papa proclamó santo a Manuel González García, obispo de Málaga.

Benedicto XV le nombra obispo el 22 de abril de 1920. Desde el primer momento sus actuaciones son tachadas por la sociedad de su tiempo de populistas, dado su interés por ayudar a las familias necesitadas y a los niños.

Con la llegada de la II República es cuando comienza su etapa más difícil. El 11 de mayo de 1931, día de la quema de los conventos, debe abandonar Málaga ante el peligro que corría su vida.

La versión más popular dice que se vistió de mujer para salir del Palacio Episcopal y pasar desapercibido entre la muchedumbre. Se refugió en Gibraltar y nunca más regresó. El día 4 de julio de 1935 se le comunica la decisión de Pío XI por la que le desliga de su diócesis y le prohíbe pisar tierra malagueña.

Fue beatificado el 29 de abril de 2001, por el papa Juan Pablo II. El 3 de marzo de 2016, el papa Francisco reconoció oficialmente un milagro atribuido a su intercesión y fue canonizado el 16 de octubre de ese mismo año.