Se encuentra ya en la ciudad el conde de Jordana, vicepresidente del Gobierno y ministro de Relaciones Exteriores, para despedirlo
oficialmente. Al Hotel Caleta
Palace, donde se aloja Jordana,
también llega Raimundo Fernández Cuesta,
ministro de Agricultura y secretario
general del Movimiento.
![]() |
Cian Galeazzo Ciano. |
Este despliegue se debe a la relevante participación de
tropas italianas en la toma de Málaga.
Los gritos de "¡Duce! ¡Duce! ¡Duce!" se alterna durante el recorrido
de la comitiva con los de "¡Franco! ¡Franco! ¡Franco!".
Antes del almuerzo servido en el Balneario del Carmen, donde Lolita
Gallego interpretó danzas españolas y se cantó el "Cara al sol", el conde Ciano acudió a la Cruz de los Caídos para depositar una corona de laurel en memoria
de los aviadores García Morato y Carlos de Haya.
Hay que añadir que el conde Galeazzo Ciano, yerno de Mussolini,
llegó a lo más alto del fascismo italiano. Sin embargo, varios fallos de
cálculo respecto a sus posibilidades en el tablero político lo abocaron al
abismo.
Ciano apoyó la
intervención en la guerra civil española y presionó a su suegro a favor de
ello. Tras obtener la luz verde, creó una oficina especial en su ministerio
desde la que coordinar operaciones militares de las fuerzas italianas en España.
El ministerio se trataba de su coto privado en el que solo
medraban los amigos y aduladores. Convencido de su carisma personal, le gustaba
sentirse halagado. Podía ser desagradable incluso en los estrictos entornos
diplomáticos, y se vio involucrado en turbios episodios, como el asesinato de
dos opositores al régimen.
Galeazzo Ciano
propició que Mussolini se acercara a
Hitler. El Duce pronto abogó por la creación del Eje Berlín-Roma, ya que quería sacar a Italia del aislamiento internacional provocado por la participación
en las guerras de Etiopía y España.
Pero a medida que avanzando la II guerra mundial, el Duce perdía apoyos y la relación con su
yerno se fue agriando. Las grandes derrotas que sufrieron los efectivos
italianos en la URSS y en el norte
de África, que ponían en duda la
victoria final, llevaron a Ciano a
participar en las intrigas que se fraguaban contra Mussolini. Así, en febrero de 1943, el Duce lo cesó y le dio la embajada de la Santa Sede. Desde allí siguió conspirando. Mientras que la
situación en Italia se encontraba al
límite.
En 1944 se juzgó a Galeazzo
Ciano, junto a otras figuras importantes del fascismo, y se le condenó a
muerte por alta traición. A regañadientes firmó, junto al resto de los
condenados, una petición de clemencia que nunca llegó a manos de Mussolini.
No hay comentarios:
Publicar un comentario