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General de Gaulle. |
En la edición del domingo 20 de junio de 2010, el periodista Antonio Montilla recogía en Sur,
unas declaraciones del gerente del Parador
del Juanar, José Antonio Ávila,
en las que narraba el motivo de la visita, “estaba amenazado por el terrorismo,
por lo que pidió al Gobierno de Franco que le buscara un lugar
tranquilo y seguro para terminar sus memorias. Y fue aquí donde encontraron
este hotel”. Gómez, que entonces era
auxiliar de contabilidad, recuerda que tenía que pasar varios controles al día
para acceder al establecimiento.
El refugio del Juanar
estaba cercado por la Policía y la Guardia Civil. Los agentes conminaron a
los periodistas a que esperaran al ilustre visitante a dos kilómetros de
distancia. El parador, que había sido refugio de caza del marqués de Larios, contaba entonces con sólo nueve
habitaciones. La número tres la denominaban la 'suite' porque era la más grande y tenía chimenea.
Allí se alojó el matrimonio. Allí todo estaba a punto. Se
habían preparado diversos menús a base de perdices, conejos, codornices y otros
animales de caza. Había también en las bodegas buen vino de Jerez. Y agua
mineral, narraba la crónica periodística de la época.
El ex presidente de Francia,
entre los bosques de pinos, castaños y pinsapos, encontró esa tranquilidad que
buscaba a sus 79 años. Se retiraba temprano a descansar. Primero tomaba un
whisky, después hacía una cena ligera y, finalmente, se retiraba a dormir sobre
las once de la noche. Se levantaba temprano. A las cinco de la mañana estaba en
pie y se dedicaba a escribir.
A las ocho menos
cuarto desayunaba y después, nuevamente a escribir hasta la hora de la comida.
Por la tarde, practicaba senderismo. Cada día daba un paseo de 2,8 kilómetros
hasta el mirador desde el que se divisa Marbella.
La visita a Málaga
de Charles de Gaulle hay que
inscribirla en el marco de una visita privada a España entre el 3 y el 27 de junio a bordo de un 'Tiburón DS' acompañado por su esposa, Yvonne, un guardaespaldas y un chófer.
El alojamiento lo hacía siempre en paradores nacionales.
Entró por Irún a
través de Mont de Marsan, se quedó
en Santillana (Santander) y continuó hacia Cambados
(Pontevedra). Tras visitar la Catedral de Compostela, prosiguió viaje
hacia El Escorial (Madrid), visitó el Museo del Prado y durmió en Toledo.
Al día siguiente emprendió la marcha hacia Andalucía, alojándose entre el 9 y 13
de junio en Jaén, desde donde se
escapó a Granada para conocer la Alhambra, y a Córdoba, hasta alcanzar la provincia de Málaga en la tarde del mismo día 13.
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