Mastodon Málaga y sus historias: En homenaje al teólogo González Ruiz (y II)

martes, 4 de febrero de 2020

En homenaje al teólogo González Ruiz (y II)

José María González Ruiz falleció en Málaga a los 90 años el 28 de enero de 2005. Doctor por la Universidad Gregoriana de Roma y autor de una veintena de libros y centenares de artículos, fue párroco del barrio de Triana en Sevilla y canónigo de la Catedral de Málaga. Fue el teólogo español de mayor influencia en la iglesia del Vaticano II (1962-1965).

José María González Ruiz.
Algunos prelados asistentes a aquel concilio reformador contaron más tarde que, siempre que podían, se reunían con González Ruiz para entender los documentos y propuestas que llegaban a sus manos. Las reuniones se celebraban en secreto en el convento de las Misioneras Cruzadas de la Iglesia, en el barrio de Carabanchel Alto (Madrid).

En la otra orilla, los cardenales y arzobispos reacios a la reforma acudieron al general Francisco Franco, jefe del Estado nacionalcatólico, para organizar la oposición que, a voluntad del dictador, expresarían en el revolucionario concilio.

González Ruiz recibió en 1996 la Medalla de Oro de Andalucía. "Es indiscutiblemente una de las figuras más decisivas del catolicismo español. Tanto en democracia como en etapas de carencia de libertades fue un referente en la defensa de la paz, la libertad y la justicia social", decía el decreto de la Junta.

Nacido en Sevilla el 5 de mayo de 1916, en el seno de una familia tradicionalmente católica, tenía ocho hermanos, uno de ellos también sacerdote. Era sobrino carnal del que fuera obispo de Málaga, Miguel González Martín, canonizado por el papa Francisco (2016), de quien recibió las aguas bautismales y la ordenación sacerdotal (1939).

Ingresó en el seminario de Málaga, donde por su diferencia cultural sufrió en la convivencia con rudos campesinos. Del seminario tuvo que huir tras los sucesos de Málaga de 1931. De allí se trasladó a Palencia junto a su tío el obispo, que le propuso ir a estudiar a Roma, donde se licenció en Sagrada Escritura y obtuvo el doctorado en la Pontificia Universidad Gregoriana, ampliando sus estudios en el Pontificio Instituto Bíblico.

Ejerció en dos parroquias hispalenses populares, distinguiéndose por su atención a los pobres y su actuación durante una tromba de agua que anegó a su feligresía. En esa etapa se produce en él el despertar a “una profunda rebeldía contra la sociedad en que había nacido”.

Consigue por oposición la plaza de canónigo lectoral de la Catedral de Málaga (1948), templo donde se hace famoso por sus discutidas homilías. Las dificultades con el cardenal Herrera Oria por sus “heréticas” clases de Sagrada Escritura en el seminario, le obligan a dejar Málaga, ciudad a la que regresaría con el obispo Ramón Buxarrais. Por entonces, la iglesia española (1960) le abrió un pliego de cargos con 27 herejías, de lo que tuvo conocimiento de forma indirecta.

Dotado de pluma ágil, sus libros y colaboraciones periodísticas fueron seguidos con interés, sobre todo en el semanario Sábado Gráfico. Todo ello alertó a las autoridades, por lo que estuvo a punto de ser condenado por el Tribunal de Orden Público (TOP) por un delito de “información peligrosa” (1968) por su artículo “El cristianismo y la Revolución”, que apareció en la revista de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC). El fiscal le pedía tres años de reclusión y una multa de 10.000 pesetas. Finalmente, fue absuelto con orden de destruir todos los ejemplares incautados. En este periodo habitó un apartamento de la calle Galileo en Madrid, donde le visitaban algunos políticos, entre ellos Felipe González. Con los jesuitas José María Llanos y José María Diez-Alegría formó un trío o “trinidad de José Marias”. Con humor decía que Llanos, era el “padre”, por edad; Díez-Alegría. “el verbo”, por su facundia, y él, “el espíritu santo” porque no paraba de viajar.

De regreso a Málaga (1973), algunos sectores le tildaron de “rojo peligroso”. A causa de las amenazas recibidas llegó a pasar miedo físico y tuvo que escapar por una puerta excusada de la catedral. Al día siguiente la policía le urgió a presentarse en el Gobierno Civil, que le impuso una multa de 100.000 pesetas por una “homilía subversiva”. Contrario a toda violencia y a la militancia política como sacerdote, no dudó en participar en la manifestación pro-amnistía celebrada en Málaga (1976).

Reconocido como autoridad de fama mundial en el estudio de San Pablo, su obra más influyente es Epístola de san Pablo a los gálatas, que supuso una verdadera revolución en las investigaciones paulinas. Fue autor de numerosas monografías y ensayos y participó en 35 obras colectivas.

Durante la democracia se manifestó contrario a las pretensiones neoconfesionales y defendió la laicidad del Estado y sus instituciones.Tanto en democracia como en etapas de carencia de libertades, fue un referente en la defensa de la paz, la libertad y la justicia social”. Un premio de ensayo lleva su nombre en Málaga.

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