Mastodon Málaga y sus historias: San Juan de la Cruz y Málaga

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jueves, 24 de marzo de 2022

San Juan de la Cruz y Málaga

 

La estancia de San Juan de la Cruz en Málaga, a partir del año 1585, no es ajena a la polémica. Tan solo se ha conservado una carta del fraile, dirigida a las Carmelitas Descalzas de la localidad jienense de Beas de Segura, fechada en Málaga el 18 de noviembre de 1586. El resto de la documentación fue destruida o ha desaparecido. En total se conservan 33 misivas del fraile.


Convento de San Andrés en el año 2007. Foto: Ferdinandopo.

El periodista malagueño y académico de San Telmo, José Infante, uno de los estudiosos de la estancia de San Juan de la Cruz en la capital malagueña (1*) mantiene que la dificultad para probar la citada estancia estriba en la destrucción de la mayor parte de las numerosas cartas que escribió el santo fundador a lo largo de su accidentada vida, sobre todo a partir de la persecución que los frailes calzados iniciaron contra los descalzos y que dio con sus huesos en una cárcel de Toledo, acusado de rebeldía por no querer volver a la regla calzada. Fray Juan de la Cruz se había unido a la reforma carmelitana desde que en 1567 conoció a la madre Teresa de Jesús y esta le convenció para que desechara la idea de ingresar en la Cartuja y se uniera a su obra reformadora. Cosa que hizo inmediatamente cambiando incluso su nombre, de fray Juan de San Matías por el de fray Juan de la Cruz.

La rápida extensión de los conventos descalzos con numerosas fundaciones por Castilla y Andalucía suscitó la animosidad hacia ellos de los calzados no solo en España sino en Italia, donde se veía como una amenaza para los conventos que no abrazaran la reforma. El nuevo nuncio papal Felipe Sega, que definió a Santa Teresa como “fémina inquieta y andariega” y que sustituyó tras su muerte al anterior nuncio Nicolás Ormaneto, un convencido defensor de la Reforma y el visitador fray Jerónimo Tostado tomaron la iniciativa contra los frailes descalzos, destituyeron al padre Gracián de sus cargos e iniciaron la persecución de las cabezas visibles de la Reforma. Fray Juan de la Cruz fue apresado, maltratado y herido por los frailes calzados en Medina del Campo y encarcelado en humillantes y durísimas condiciones en Toledo, de donde logró fugarse descolgándose por el muro de su prisión.

Nombrado poco después prior del convento andaluz de El Calvario a partir de 1580 fray Juan comienza una de sus etapas más activas y más creativas en Andalucía, primero en El Calvario y como director espiritual de las monjas del convento de Beas de Segura y más tarde en Granada como prior del convento de Los Mártires, donde escribiría algunas de sus más logradas y místicas composiciones poéticas. Siendo prior de Los Mártires recibió el encargo del padre Jerónimo Gracián, restituido en sus cargos, para que marchara a Málaga encargado de llevar a cabo la fundación en la ciudad de un nuevo convento de monjas descalzas.

Aprovechando la estancia en Málaga del Visitador Apostólico del Carmelo, el padre Gracián, una dama de la sociedad malagueña, Ana de Pacheco, emparentada con el obispo y esposa de Pedro Verdugo proveedor de las armas reales, habló con el el fraile sobre la posibilidad de crear en la ciudad otro convento, en esta ocasión de monjas descalzas. El obispo dio la preceptiva licencia el 6 de diciembre de aquel mismo año de 1584. Pero el padre Gracián debía ausentarse con motivo de su viaje para tratar asuntos de la fundación de Lisboa, en Portugal, que también le había sido encomendada por el Papa. Esa fue la razón por lo que encargó a fray Juan de la Cruz la fundación del convento de religiosas. Capítulo aparte merecería la accidentada historia de los conventos malagueños de la orden carmelita en Málaga.


(1*) San Juan de la Cruz en el Convento del Carmen. José Infante. Anuario de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo.

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