Mastodon Málaga y sus historias: Las conservas Ubago

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jueves, 12 de mayo de 2022

Las conservas Ubago

 

La actividad conservera de Ubago tiene sus orígenes en Galicia hacia el año 1929 y se establece en Málaga en 1953, está dedicada a la elaboración y comercialización de productos procedentes de la pesca, ahumados, conservas, bacalao y salazones. En la actualidad, el grupo, que ya no está ligado a la familia que la fundó, cuenta con plantas productivas a nivel nacional e internacional y da empleo directo a más de 4.800 personas. En España cuenta con tres plantas productivas en Málaga, La Línea de la Concepción y Barbate que emplean a más de 1.000 trabajadores. Ubago es líder en el mercado español en salmón ahumado, melva y caballa, bacalao y salazones.


Primera fábrica de Ubago en El Perchel.


Jaime Martínez de Ubago, fundador de Conservas Ubago fue un ejemplo de creatividad industrial, y si el nombre no suena más allá de una marca, es porque, según sus familiares, siempre estuvo más volcado en el trabajo que en promocionarse. Sin embargo, son conocidos la concha fina, el langostillo o, a los más veterana, marcas como 'el cangrejo Pepe' o 'Malagueña Salerosa'.

Nacido en Madrid en 1916 en una familia pequeñoburguesa, Jaime Martínez de Ubago recaló en Málaga en 1952, junto a una expedición de empresarios conserveros gallegos que venían atraídos por la sobreabundancia de sardina que en la época había en las costas malagueñas. Ya licenciado en Derecho, Jaime conoció durante una estancia en Galicia a Elisa Escuredo, hija de Eugenio Escuredo, un próspero empresario conservero de O Grove. Tras casarse con Elisa, se inició en el negocio de las conservas junto a su suegro, y antes de independizarse ya había trabajado en innovaciones como la pasta de anchoas y las primeras cámaras de congelación para el atún, o investigado sobre la deshidratación de verduras y las latas autocalentables, inquietud que luego daría lugar a un curioso negocio.

Martínez de Ubago montó, con ayuda de su suegro, la primera fábrica de conservas en El Perchel, en el solar que hoy ocupa el Centro Comercial Larios. La accesibilidad de la materia prima propició el despegue del negocio. El empresario contó con la ayuda inestimable de dos mujeres. Su esposa, Elisa y Carmen, conocida como la Gallega.

Además de sardinas, Ubago introdujo otro producto novedoso, los chipirones rellenos en aceite. Pero a los 10 años, la materia prima empezó a escasear y hubo que reinventarse y así nacieron las conservas de jurel y de aguja.

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