Mastodon Málaga y sus historias: conservas
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lunes, 16 de junio de 2025

La Conservera Santa Rosa

 

La fábrica conservera Santa Rosa, ubicada en el barrio de El Perchel en Málaga, fue una de las industrias más emblemáticas de la ciudad durante el siglo XX. Fundada por Diego Martín Caballero, esta empresa se destacó por ser pionera en la comercialización de boquerones manojados envasados al vacío en latas de hojalata, lo que representó una innovación significativa en la industria alimentaria local .


Interior de la conservera Santa Rosa (Arenas).


Situada cerca del Pasillo de Santo Domingo, la fábrica Santa Rosa desempeñó un papel crucial en la economía del barrio, proporcionando empleo a numerosas mujeres y abasteciendo no sólo a Málaga, sino también a gran parte de la región y otros mercados provinciales de España. Su presencia impregnaba el entorno con los aromas característicos de la industria conservera, recordando los orígenes pesqueros de El Perchel.

El barrio de El Perchel, cuyo nombre proviene de las perchas utilizadas para secar el pescado, fue históricamente una zona industrial y pesquera. Durante el siglo XIX y principios del XX, experimentó un auge industrial significativo, con la instalación de diversas fábricas, incluyendo conserveras, bodegas y otras industrias relacionadas . Sin embargo, a partir de mediados del siglo XX, el barrio sufrió una transformación urbana que conllevó la demolición de muchas de sus estructuras originales

la memoria de la fábrica Santa Rosa y del antiguo Perchel perdura en fotografías históricas y en los recuerdos de quienes vivieron esa época. El Archivo Fotográfico Histórico de la Universidad de Málaga conserva imágenes de la fábrica tomadas en mayo de 1955, ofreciendo un valioso testimonio visual de su existencia.

jueves, 12 de mayo de 2022

Las conservas Ubago

 

La actividad conservera de Ubago tiene sus orígenes en Galicia hacia el año 1929 y se establece en Málaga en 1953, está dedicada a la elaboración y comercialización de productos procedentes de la pesca, ahumados, conservas, bacalao y salazones. En la actualidad, el grupo, que ya no está ligado a la familia que la fundó, cuenta con plantas productivas a nivel nacional e internacional y da empleo directo a más de 4.800 personas. En España cuenta con tres plantas productivas en Málaga, La Línea de la Concepción y Barbate que emplean a más de 1.000 trabajadores. Ubago es líder en el mercado español en salmón ahumado, melva y caballa, bacalao y salazones.


Primera fábrica de Ubago en El Perchel.


Jaime Martínez de Ubago, fundador de Conservas Ubago fue un ejemplo de creatividad industrial, y si el nombre no suena más allá de una marca, es porque, según sus familiares, siempre estuvo más volcado en el trabajo que en promocionarse. Sin embargo, son conocidos la concha fina, el langostillo o, a los más veterana, marcas como 'el cangrejo Pepe' o 'Malagueña Salerosa'.

Nacido en Madrid en 1916 en una familia pequeñoburguesa, Jaime Martínez de Ubago recaló en Málaga en 1952, junto a una expedición de empresarios conserveros gallegos que venían atraídos por la sobreabundancia de sardina que en la época había en las costas malagueñas. Ya licenciado en Derecho, Jaime conoció durante una estancia en Galicia a Elisa Escuredo, hija de Eugenio Escuredo, un próspero empresario conservero de O Grove. Tras casarse con Elisa, se inició en el negocio de las conservas junto a su suegro, y antes de independizarse ya había trabajado en innovaciones como la pasta de anchoas y las primeras cámaras de congelación para el atún, o investigado sobre la deshidratación de verduras y las latas autocalentables, inquietud que luego daría lugar a un curioso negocio.

Martínez de Ubago montó, con ayuda de su suegro, la primera fábrica de conservas en El Perchel, en el solar que hoy ocupa el Centro Comercial Larios. La accesibilidad de la materia prima propició el despegue del negocio. El empresario contó con la ayuda inestimable de dos mujeres. Su esposa, Elisa y Carmen, conocida como la Gallega.

Además de sardinas, Ubago introdujo otro producto novedoso, los chipirones rellenos en aceite. Pero a los 10 años, la materia prima empezó a escasear y hubo que reinventarse y así nacieron las conservas de jurel y de aguja.