Mastodon Málaga y sus historias: Esclavitud en Málaga

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lunes, 27 de junio de 2022

Esclavitud en Málaga

 

Los esclavos en la Málaga antes del sigo XVI eran de origen africano, negros o blancos, y sufrían unas inhumanas condiciones de vida, que incluían castigos físicos y el marcaje de la señal de su propietario en algunas zonas del cuerpo como la cara. A veces los esclavos moros procedían de la Guerra de Granada y eran, por tanto, de origen español. A partir del siglo XVI se incrementaron los esclavos negros.


Esclavos moriscos para el servicio doméstico. Málaga 1562.


El escritor Enrique del Pino mantiene que la esclavitud en Málaga tuvo un carácter predominantemente suntuario y no productivo, ligada al servicio doméstico y personal. El tráfico de seres humanos afectaba a todas las edades, y no es difícil encontrar noticias sobre la venta de niños recién nacidos o de corta edad, hijos de esclavas. Los propietarios de esclavos pertenecían en su mayoría a las clases acomodadas, como nobleza, clero, burguesía y, en menor medida, artesanos, comerciantes y agricultores.

La esclavitud se mantuvo en Málaga hasta mediados del siglo XIX, cuando la legislación y la Iglesia la condenaron como práctica contraria a la dignidad humana. La posesión de esclavos, además de su valor como bienes económicos, otorgaba prestigio social. Su presencia en Málaga estaba en consonancia con el carácter portuario de la ciudad y con su condición de centro comercial muy relacionado con el norte de África, con lo que era una puerta de entrada de esclavos hacia el resto del país.

En un estudio sobre los esclavos malagueños en los siglos XVII y XVIII, Mª. Carmen García y Juan Mª. Martín apuntan que las esclavas malagueñas eran mayoría frente a los esclavos varones, en una proporción de dos a uno, lo que atribuyen a varias causas, entre ellas a que eran más demandadas para realizar actividades domésticas, solían ser más dóciles y, por tanto, con menor tendencia a las fugas y que además podían proporcionar beneficios adicionales al tener hijos que a su vez eran vendidos. De hecho, las mujeres tenían un valor de venta medio superior al de los hombres, y está documentada la venta de esclavas con sus hijos menores.

En el medio urbano, las mujeres eran empleadas principalmente en el servicio doméstico mientras que los hombres se dedicaban a trabajos más duros. Por su parte, en el mundo rural se dedicaban a las tareas agrícolas y artesanales.

Los «propietarios» estaban obligados a darles vivienda, alimento, vestido y asistencia en caso de enfermedad. En el caso de Málaga, al esclavo se le reconocían una serie de derechos como la integridad corporal, poder contraer matrimonio o cierta capacidad jurídica.


Fuente documental: Memoria de mujeres en las calles de Málaga. Víctor M. Heredia Flores. Ayuntamiento de Málaga.

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