Mastodon Málaga y sus historias: El escribano que tenía 38 hijos

lunes, 28 de noviembre de 2022

El escribano que tenía 38 hijos

 

Bucear por la Historia de Málaga permite conocer hechos que pudieran parecer increíbles pero que forman parte de la historia con minúsculas de la provincia. Fuente de algunas de ellas es la publicación Curiosidades históricas de Narciso Díaz Escovar, que las dejó escritas con lenguaje decimonónico y un sentido del humor insuperable.


Palacio Real de Madrid.


En sus páginas se recoge la existencia en la capital malagueña, durante la regencia de la reina María Cristina, de un escribano (notario) muy trabajador y de ingenio chispeante, llamado José Gutiérrez. Era oriundo de Colmenar y persona de costumbres intachables.

Gutiérrez se casó dos veces. Con su primera mujer, por cierto, con fama de hermosa, tuvo 22 hijos que habían nacido en 11 partos. Lo que se supone que fue la causa de su prematuro fallecimiento. La situación de José Gutiérrez rodeado de sus hijos, le llevó a buscar una nueva compañera que pudiera ayudar a la crianza de los retoños, y que estuviese cargada de paciencia para aceptar el compromiso con el escribano.

Pero su segunda esposa resultó tan fecunda como la primera, y a la vez que avanzaba en edad aumentaba su prole, nada menos que en otros 16 hijos, que sumados a los 22, daban un total de 38.

Tan extensa familia provocó que el escribano, a pesar de contar con unos buenos ingresos, era incapaz de atender las necesidades de todos, por lo que se vio abocado al pluriempleo y a pedir el auxilio de sus amigos. Para colmo, su carácter caritativo y las circunstancias, le llevaron a acoger en su domicilio a a la madre de su primera esposa, a una cuñada y a un hermano de esta, incapacitado para el trabajo.

Para aumentar las desgracias, al fallecer el padre de la segunda esposa, José Gutiérrez también traslado a su domicilio a su suegra y a una hija de la anterior. Cuarenta y cinco personas se reunían por turnos en la mesa del escribano.

Agotados sus ahorros y recursos, falto ya de crédito, abrumado y próximo a la desesperación, Gutiérrez se vio obligado a buscar una solución. Contrato 6 carruajes en los que subió a la numerosa familia y una madrugada abandonó Málaga con destino a Madrid.

El convoy se detuvo en la Plaza de Oriente, frente al Palacio Real. Los carruajes fueron desenganchados, pero en ellos permanecieron todos los pasajeros, al no tener recursos para acomodarse en un establecimiento hotelero.

José Gutiérrez se dirigió al palacio y después de numerosas gestiones consiguió una audiencia con la reina regente María Cristina a la que solicitó que le ayudase de la forma que creyera oportuna. La reina asombrada por la situación y la originalidad de la petición, que comprobó a través de las ventanas de palacio, prometió al escribano una solución para el día siguiente mientras que dispuso que toda la familia fuera atendida y alimentada.

La reina, tras una gestión con el presidente del Consejo de Ministros, consiguió para Gutiérrez la escribanía principal del Real Consulado de Málaga, que estaba vacante y que producía unos elevados beneficios diarios.

Satisfechos regresaron a Málaga, donde continuaron residiendo y donde poco a poco los hijos mayores fueron encontrando trabajo y colaborando al sustento de la numerosa familia. Al parecer el escribano falleció al poco tiempo y se sabe que todavía hoy existen numerosos descendientes de José Gutiérrez.

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