La ciudad de Málaga fue un centro importantísimo en la fabricación y distribución del instrumento estrella de la música romántica, el piano. De moda entre la aristocracia, la burguesía e incluso las clases medias desde mediados del siglo XIX en toda Europa, saber tocar el piano se convirtió pronto en signo de buen gusto y estatus social y cultural. Al calor de todo esto surgió en muchos países, entre ellos España, una actividad a medio camino entre la artesanía y la industria de lujo para atender la demanda de este instrumento.
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Piano fabricado en Málaga. |
Como en tantos otros campos, Málaga fue pionera con una saga de artesanos, constructores de pianos y editores musicales activos durante el último tercio del siglo XIX y el primer cuarto del siglo XX. Primero un francés, Adolfo Montargón, establecido en calle de los Mártires. Luego su discípulo, yerno y continuador, Juan López García. Y, desde 1903, la sociedad López y Griffo al unir su destreza el ya citado maestro constructor de pianos con la importantísima aportación de capital del empresario José Griffo García. Ambos lograron instalar una gran fábrica de pianos en calle Cuarteles.
López y Griffo abrió una magnífica tienda en calle Larios, 5 y sucursales en Granada, Sevilla y Almería. También contó con agentes comerciales en diversas ciudades españolas y empleó la entonces novedosa modalidad de la venta a plazos.
Es de destacar la relación de los pianos López y Griffo con Federico García Lorca, que tocaba en uno de los pocos pianos de media cola que construyó la firma malagueña, hoy conservado en la Huerta de San Vicente de Granada. O en el dibujo, obra del malagueño Moreno Villa, que inmortalizó a García Lorca delante de su López y Griffo.
Fuente documental: Web Málaga en el corazón
Le doy mil gracias,soy malagueño octagenarario,por escribir por nuestra tierra.
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