Según recogen las Efemérides malagueñas de Díaz Escovar, en 1845 se empezó la construcción de el cementerio de El Palo, en terrenos cercanos al mar. Se conoce el lugar exacto donde se encontraba, en la avenida de la Estación, conocida antiguamente como Huerta de Benítez, en su parte más cercana a la playa y frente al colegio Valle Inclán. Hoy en día, una calle muy céntrica.
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Cementerio de El Palo. |
Aunque hay que reseñar que con anterioridad ya existía un camposanto en la localidad que hasta 1804, había sido patrimonio exclusivo de la iglesia el proporcionar a sus fieles el lugar de eterno descanso.
Sin embargo otras fuentes aseguran que en 1865, la población paleña seguía creciendo y todas las dependencias comenzaban a quedarse pequeñas. Es entonces cuando los vecinos se reúnen con la idea de que se construya un nuevo cementerio. Los hermanos Manuel y Gaspar Román Soler, el tío de ambos, José Soler López y otro vecino más, José Díaz Arjona, con el alcalde pedáneo hicieron llegar al Ayuntamiento malagueño la propuesta del nuevo cementerio, el 25 de septiembre de 1865.
Al día siguiente se dio luz verde al proyecto del nuevo cementerio de la barriada. Tras una serie de tanteos se decidió comprar parte de la huerta de Andrés Ruiz Martín, llamada El Saladero. El precio que se pagó por los 1.600 metros cuadrados ascendió a 1.300 reales de vellón.
El cementerio se construyó con un cuadro de mampostería con una puerta de entrada para las inhumaciones. El resto, que llegaba hasta las mismas arenas de la playa, se dejó cercado de cañas y chumberas, con los correspondientes hitos y mojones para la ampliación del mismo en caso de que fuese necesario.
El Cementerio de San Juan de El Palo comprende una extensión de 3.213 metros cuadrados, con 824 fosas y 1.327 nichos, hasta la remodelación del popularmente conocido como “Patio de párvulos”. Dicha transformación cambió por completo la morfología de su anterior distribución. En el centro se encuentra un panteón familiar con 20 nichos que ahora es parte de los enterramientos ordinarios.
En cuanto a la vegetación, hay que señalar que predominan los cipreses, pinos y geranios. José Rodríguez, abuelo de enterradores que durante muchos años prestaron servicio en estas instalaciones, sembró en el interior, muy cerca de la entrada, una palmera ya centenaria. Es un ejemplar muy singular, a la altura de un metro parten del estipe o tallo principal trece brazos y una infinidad de tallos pequeños que la hacen ser muy rara dentro de su especie.
Otra de las curiosidades propias de este cementerio es la principal fuente de abastecimiento de agua, ubicada en su entrada principal. Ha conservado intacta su estructura con un grosor de cal adherida a sus paredes más ancha que el propio material que la conforma. Es, por tanto, todo un icono de este camposanto.
Justo enfrente de la entrada principal se encontraban las instalaciones donde vivía el sepulturero junto a su familia. Aún siguen en pie, aunque sin uso útil por parte del cementerio.
Fuente documental: Parcemasa
Parientes por parte materna , estan enterrados allí, tengo intención de visitarlo,
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