Mastodon Málaga y sus historias: Iglesia
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jueves, 27 de abril de 2023

El primer malagueño ejecutado por la Inquisición

 

Juan Sánchez fue un hombre nacido en Málaga que, según los registros históricos, se convirtió en el primer malagueño en ser ejecutado por la InquisiciónLa Inquisición era una institución creada por la Iglesia Católica en el siglo XIII con el objetivo de perseguir y eliminar la herejía. Durante siglos, la Inquisición llevó a cabo juicios y ejecuciones en toda Europa, y España fue uno de los países donde tuvo mayor actividad.


Plaza de la Merced.


En el caso de Juan Sánchez, se sabe que fue acusado de practicar la religión judía, lo que en la España de la época era considerado un delito grave. Según los registros, fue detenido y llevado a juicio ante el Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición.

A pesar de que se desconoce con exactitud qué pruebas se presentaron contra él, se sabe que fue declarado culpable y sentenciado a muerte. Fue ejecutado en la Plaza de la Merced de Málaga, convirtiéndose así en el primer malagueño en ser ajusticiado por la Inquisición.

La historia de Juan Sánchez y otros muchos que sufrieron el mismo destino son una muestra de la intolerancia religiosa y el fanatismo que caracterizó a la época en la que se desarrolló la Inquisición.

Durante la existencia de la Inquisición, que tuvo lugar en España entre los siglos XV y XIX, se persiguió y ejecutó a muchas personas por no adherirse a la doctrina católica romana. Estos juicios y ejecuciones a menudo tienen lugar en lugares públicos.

Se sabe que en la Plaza de la Merced se llevaron a cabo varias ejecuciones públicas de personas acusadas de herejía. Estas ejecuciones eran a menudo un espectáculo público diseñado para disuadir a otros de desviarse de la fe católica romana.

Málaga pudo ser una de las ciudades donde más se sintió el trabajo del Tribunal por ser una ciudad costera y la Inquisición consideraba a las ciudades asentadas en la costa por naturaleza lugares de perdición. Además, al ser un puerto importante en las relaciones comerciales existía un gran movimiento de extranjeros.


Más información sobre el tema AQUÍ

Articulo elaborado con la escritura colaborativa de la IA

lunes, 22 de noviembre de 2021

Las hipolitinas

 

La reciente publicación de la novela del escritor malagueño Antonio SolerSacramento’, ha hecho saltar a los medios de comunicación una historia de la posguerra, que supuso todo un acontecimiento social y que tuvo como escenario la ciudad de Málaga, se trata de las hipolitinasUnos hechos que corrieron de boca en boca por toda la ciudad y que llegó incluso a la Santa Sede, donde el Papa Juan XXIII mandó aplicar la justicia de la Iglesia para herejes e iluminados a todos los que se vieron inmersos en el suceso.


Iglesia de La Merced.


El protagonista de la historia fue Hipólito Lucena Morales, nacido en Coín en el año 1907. Quedó huérfano de padre y madre a muy temprana edad. Por ello, ingresó en el Seminario Diocesano de Málaga con diez años, para acabar siendo ordenado sacerdote en el año de 1930.


Cuando se produjo el golpe de Estado del general Franco, que fracasó estrepitosamente en Málaga, Hipólito Lucena fue detenido el 22 de julio del año 1936 junto con 48 sacerdotes más, ingresado preventivamente en prisión. Se libró de ser fusilado casi milagrosamente, suerte que no corrieron sus hermanos José e Hilario, que acabaron sus vidas frente al paredón.


Una vez finalizada la Guerra Civil, el obispo Balbino Santos nombró a Hipólito Lucena ecónomo de la Parroquia de Santiago, hasta que en 1940 con apenas 32 años de edad obtuvo la plaza de párroco en propiedad. A partir de este momento se dedicó activamente a la caridad y su labor pastoral le llevó a participar en la recuperación de la Semana Santa malagueña, especialmente en las cofradías de Jesús el Rico y del Rescate, para más tarde ganarse la confianza del nuevo obispo, Ángel Herrera Oria, que le nombró arcipreste de Málaga y posteriormente secretario de Cámara y del Gobierno del Obispado.


Según diversas fuentes, fue entonces cuando Hipólito Lucena, que al parecer era contrario al celibato, empezó a celebrar entre las ruinas de la Iglesia de la Merced, junto a un grupo de beatas, matrimonios místicos en su altar, caracterizados por tocamientos y actos sexuales envueltos en éxtasis. Añadir que las hipolitinas eran, en su mayoría, mujeres de buenas familias que pertenecían ala feligresía de la Iglesia de Santiago. Sus reuniones comenzaron de forma, efectivamente, espiritual, pero derivaron en ritos sexuales. Las actividades de la comunidad Hipolitina no produjo ningún recelo ante la curia eclesiástica. Sin embargo, en el año de 1959, las denuncias de una menor dieron lugar a la primera señal de alerta.


Promovida desde el Vaticano, comenzó una exhaustiva investigación que descubrió que en realidad la congregación era una farsa para ocultar las relaciones carnales de Hipólito con sus seguidoras y que bajo la apariencia de un supuesto orfelinato, eran recogidos los niños abandonados, nacidos fruto de las relaciones sexuales practicadas por sus miembros.


Entonces llegó el habitual secretismo de la Iglesia, mientras que la justicia civil dio la espalda a lo sucedido y la policía se ocupó de que los hechos no se difundieran entre la población. Lo cierto es que Hipólito, que era autor de varios delitos no fue juzgado por ellos, ya que fue la justicia eclesiástica quien se encargó de entender en el caso.


Se reunió la Sagrada Congregación del Santo Oficio que condenó a Hipólito a la prohibición expresa de ejercer el sacerdocio. Discretamente fue enviado a un monasterio en los Alpes austriacos hasta que una vez que pareció que se había olvidado lo sucedido, se le permitió regresar a Coín, donde murió en el año de 1981. Lo que parece probado es que los hechos relatados tuvieron entre otras consecuencias en Málaga la demolición de la Iglesia de la Merced que se convirtió en un solar.

viernes, 28 de junio de 2019

Coronación canónica de la Virgen de la Victoria

Entre los actos del 'VI Aniversario de la Liberación', el 7 de febrero de 1943, tiene lugar la coronación de la virgen de la Victoria, patrona de la ciudad de Málaga.

Coronación canónica de la Virgen de la Victoria en 1943.
La imagen había sido trasladada de madrugada a un altar situado en el Parque, sobre un trono de flores blancas llevado a hombros por representantes del Ayuntamiento, Diputación, Junta Pro-Coronación y Hermandad de la Victoria, con la escolta de Acción Católica.

Antes de la llegada del ministro del Partido, José Luis Arrese, el capitán general de la región pasa revista a las tropas, rodeadas de un público multitudinario.

En el lado del Evangelio, acompañan al nuncio de Su Santidad, cardenal Sicognani, los arzobispos de Granada y Valladolid y los obispos de Málaga, Seo de Urgell, Jaén y Gibraltar.

Tras la ceremonia, el obispo procede a la lectura en latín y en español del decreto papal que concede la coronación canónica, y celebra la coincidencia de esta fiesta con "la liberación de la ciudad por el ejército nacional", evidenciando la estrecha relación existente entre Iglesia y Estado.