Mastodon Málaga y sus historias: Sierra de las Nieves
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martes, 25 de febrero de 2025

Los monfiés y la Sierra de las Nieves

 

Los monfíes fueron grupos de musulmanes andalusíes que, tras la caída del Reino de Granada en 1492, se refugiaron en las sierras y montañas de Andalucía, convirtiéndose en guerrilleros y bandidos. Eran, en su mayoría, moriscos rebeldes que resistieron la persecución y las conversiones forzadas impuestas por los Reyes Católicos y sus sucesores. Se dedicaban a atacar pueblos, asaltar caminos y hostigar a las autoridades cristianas.


Sierra de las Nieves.


La Sierra de las Nieves, fue uno de sus refugios principales, junto con otras zonas montañosas como la Alpujarra y la Serranía de Ronda. Gracias a su difícil orografía, los monfíes podían esconderse fácilmente, organizar emboscadas y resistir durante años. La resistencia morisca alcanzó su punto álgido con la rebelión de las Alpujarras (1568-1571), que terminó con la derrota de los moriscos y su expulsión definitiva en 1609.

El significado de la palabra monfí -del árabe munfi- es el de desterrado o exiliado. Cierto es que los monfíes -moriscos rebeldes y huidos de sus habituales lugares de residencia- estaban desterrados por propia voluntad, en un principio, por una causa noble como era la resistencia frente a la injusticia (las Capitulaciones habían sido rotas de manera unilateral por los conquistadores) y la opresión. Sus cuadrillas se veían forzadas a asaltar y robar, es decir a delinquir, como único medio de subsistencia en las agrestes e inaccesibles sierras donde habían buscado refugio.

Cuentan las crónicas castellanas que en la Sierra de las Nieves capturaron a 14 monfíes, naturales de Casarabonela y Tolox, que se disponían a saltear los caminos del Campo de Gibraltar, tras haber asolado algunos pueblos de la Serranía de Ronda. Al fin y al cabo, los monfíes no eran más que delincuentes para unos; bandoleros con un romántico halo de justicieros para otros.


viernes, 29 de noviembre de 2024

La Cueva del Tajo de Jorox

 

El Tajo de Jorox (Alozaina), integrado en la Reserva de la Biosfera Sierra de las Nieves y su entorno, alberga un conjunto de cavidades cargadas de Prehistoria. Puede visitarse de manera libre, a través de una ruta que discurre por el Barranco de Jorox, y que también permite conocer un interesante conjunto de molinos y acequias, además de un excepcional conjunto de travertinos.


Tajo de Jorox.


La Cueva del Tajo de Jorox se sitúa a unos cuatro kilómetros del municipio de Alozaina. Su entrada domina un amplio sector del valle del río Jorox y es claramente visible desde la carretera que discurre entre las localidades de Alozaina y Yunquera. El interior de la cueva se divide en dos salas que se encuentran a distinto nivel. La sala interior, con acceso a través de un estrangulamiento de las paredes, presenta un caos de bloques en el suelo, seguramente consecuencia de la apertura natural de una chimenea en el techo. El yacimiento probablemente se situó en los espacios exteriores, abrigados, pero bien iluminados por la luz natural.

Las primeras noticias sobre el yacimiento de la Cueva del Tajo de Jorox provienen del estudio de algunos materiales líticos (instrumental de sílex) que fueron puestos a disposición de varios profesores de la Universidad de Granada en 1972.

No obstante, un extenso manto de estiércol, indicativo de su empleo como aprisco, impidió el descubrimiento de nuevos objetos durante posteriores inspecciones de la cueva y sería una colección particular de materiales la que permitió el desarrollo de estudios relativos a la Prehistoria.

La ocupación humana se remonta al Paleolítico superior, concretamente a las fases superiores del Solutrense. Entre los materiales más significativos que contribuyeron a datar la ocupación paleolítica de la cavidad se encuentran una típica punta de tipo Hoja de Laurel, dos puntas de cara plana y una punta con escotadura de tipo gravetiense.

La Cueva de las Vacas, en la orilla opuesta del río, alberga algunos grabados que podrían datar del Mesolítico. En otra cavidad próxima, la Cueva de la Mesa, se descubrieron restos de un enterramiento correspondiente a las etapas finales de la Edad del Bronce (Bronce reciente), en el que se recuperaron tres posibles zarcillos con forma de “trompetilla” elaborados en lámina de oro. Esta fina muestra de orfebrería puede verse en la exposición permanente del Museo de Málaga.

viernes, 1 de noviembre de 2024

La Cueva del Agua

 

Rodeada de un gran bosque de pinsapos y pinos se encuentra la Cueva del Agua, en la localidad de Yunquera, que está considerada como uno de los enclaves más singulares de la Sierra de las Nieves.


Cueva del Agua.


La gruta, que durante años ha servido como refugio para pastores y su ganado, suele tener agua en determinadas épocas del año, sobre todo después de copiosas lluviosas invernales o primaverales. Uno de los mayores atractivos de esta zona, además del valor geológico de la propia cavidad, está en el entorno, un espléndido bosque de pinsapos y pinos. Allí también existió un vivero.

Se puede llegar a ver una de las especies en peligro de extinción de la zona, el tritón, un anfibio pequeño que se esconde en aguas poco profundas, en arroyos de la zona y en los bosques más densos.

Hay que reseñar que esta cueva no es espectacular, pero es cierto que el entorno donde se encuentra le aporta bastante encanto. Desde dentro, se puede observar el bosque de pinsapares desde una perspectiva diferente. Además la Cueva del Agua está incluida en la Gran Senda de la Sierra de las Nieves.

martes, 30 de abril de 2024

Dolmen del Cerro de la Cruz Blanca

 

En El Burgo, en el corazón de la Sierra de las Nieves (Málaga) se encuentra el dolmen del Cerro de la Cruz Blanca, tumba colectiva de 5.000 años de antigüedad en la que se encontró un ajuar de herramientas de sílex y vasos de cerámica.


Vista del dolmen.


El dolmen data de finales del Neolítico o principios de la Edad del Cobre. Tiene un corredor cubierto de losas de 5,25 metros de largo y 1,3 metros de ancho, que da acceso a la cámara, que está dividida en tamaños iguales por una losa de piedra colocada a través de él. También estaba cubierto por losas de piedra, pero éstas han desaparecido. Estimándose el número de enterramientos en al menos 4 individuos.

Los arqueólogos Fernando Villasecas Díaz y Antonio Garrido Luque, fueron los que escavaron, estudiaron y analizaron el sepulcro megalítico, publicando su trabajo en 1990 en la la revista “Armario Arqueología de Andalucía III”.

El ajuar funerario estaba compuesto de material lítico silex (puntas de flecha, láminas, raspador), pulimentos (una azuela) y cerámica (2 vasos).

martes, 12 de diciembre de 2023

Los viejos oficios en la Sierra de las Nieves

 

Desde tiempos ancestrales los habitantes de la Sierra de las Nieves han sabido sacar provecho de los materiales que la sierra les proporcionaba. Así, sus rudas manos han moldeado, transformado y trabajado dichos materiales obteniendo como resultado algo más que meros objetos de la vida cotidiana.


Cestero trabajando en Istán.


En este sentido el esparto que crece en los inclinados montes de la comarca se constituye como la fuente de ingresos principal de muchas familias serranas. Fue el esparto una de tantas plantas cuya transformación y trabajo supusieron todo un modo de vida.

Hoy muchas de estas actividades manuales y antiguos oficios se presentan en la actual sociedad de consumo como actividades artesanales, relacionadas más como generadoras de souvenires y artículos de regalo que como trabajos manuales que un día dieron de comer al pueblo.

De aquellos antiguos artesanos quedan excepcionales muestras en cada uno de nueve pueblos de la comarca. No es difícil encontrar por las calles a alguna persona trabajando en su oficio.

Entre los viejos oficios está el de albardonero consistente en elaborar piezas del hato o aparejo de las caballerías de carga, tales como albardas, albardones, jalmas, sobrejalmas, cinchas o ataharres. Destacan los albardoneros de la localidad de Casarabonela.

Los humedales y riberas de las corrientes fluviales han sido la fuente de aprovisionamiento de la anea con la que los silleros, personas dedicadas a la fabricación de sillas, que echaban los culos a las sillas. De esta ancestral labor hay ejemplos en los municipios de Alozaina y Yunquera.

Aunque en la Sierra de las Nieves no se habla de cestas sino de canastos y canastas, que son recipientes tejidos con mimbres, juncos, cañas, varillas de sauce u otra madera flexible, no hay que confundir al canastero con el cestero, pues el cestero es el que elabora espuertas y seras con esparto. Canasteros encontramos en Yunquera y cesteros o personas que trabajen el esparto en todos y cada uno de los nueve pueblos de la comarca. Si bien, en Istán, Monda y Tolox son, tal vez, los municipios donde más arraigado se encuentra este oficio.

Esparteros y atocheros confeccionaban una infinidad de útiles y recipientes más, elaborados con esa fibra vegetal. De tal modo que tomizas, sogas, coyundas, frontiles, esteras, capazos, serones y pleitas tienen al esparto como materia prima.

Alfareros y tejeros abundaron en toda la Sierra de las Nieves, no obstante, hoy en día sólo persisten en Alozaina y, tornados en ceramistas, en El Burgo y Casarabonela. Hay que diferenciar entre alfareros, que elaboran vasijas y objetos de barro cocido y de uso más común, y ceramistas, que producen objetos con matices artísticos y decorativos, utilizando el barro, esmaltado o con engobe y sobre todo otros materiales como la porcelana, la loza o el gres.

Fragua, fuelle, yunque y martillo son los elementos que utilizan los herreros. Golpe a golpe se forjan rejas, vertederas y otros tanto útiles de hierro que se resisten a desaparecer ante el empuje de la moderna carpintería metálica, de fundición, hierro torneado y chapa galvanizada. Herreros y fragua podemos hallarlos en Guaro, Alozaina y Yunquera.


Fuente documental: Web Sierra de las Nieves

viernes, 17 de noviembre de 2023

Charco del Canalón

 

Localizado en el municipio de Istán, el Charco del Canalón es una espectacular garganta formada por el Río Verde, que está cruzada por una canaleta cuyas aguas forman un salto de agua sobre el río. Es un enclave de gran belleza y cuenta con pozas para el baño.


Charco del Canalón.


Estas piscinas naturales quedan encajadas entre las paredes de una garganta y recogen las aguas del Río Verde, conocido así por la gran cantidad de verdín que cubre sus rocas. Por un lado, tenemos una poza principal alargada, estrecha y profunda, donde desagua una llamativa cascada, mientras que más abajo encontraremos una poza más pequeña

El espacio cuenta con vegetación de la ribera formada por adelfas, chopos, fresnos y sauces. Entre la fauna se encuentra cachos, el peculiar pez fraile, barbos, culebras viperinas y galápagos leprosos, así como un gran número de aves como ruiseñores, mirlos, lavanderas.

Como otros lugares de esta zona, el caudal de agua procedente de las montañas ha sido utilizado por los lugareños durante toda la historia. Las canalizaciones de época musulmana son trazados hidráulicos que aún se conservan en muchos pueblos de este punto de la provincia de Málaga y aún pueden verse por calles de lugares como el pequeño pueblo de Jorox, algo más al Oriente que Istán y el Río Verde.

El Charco del Canalón es un espacio protegido que pertenece al Parque Nacional de la Sierra de las Nieves.

viernes, 22 de septiembre de 2023

Las heroínas María Sagredo y Juana de Escalante

 

Las rebeliones moriscas que tuvieron lugar en la segunda mitad del siglo XVI en Andalucía dejaron historias épicas que todavía se recuerdan. Entre ellas, en la comarca de la Sierra de las Nieves, destacan dos que tuvieron como protagonistas a dos mujeres. Ambos episodios se desarrollaron en los asedios de las las localidades de Alozaina e Istán.


Restos de la Torre de Escalante (Istán).


En el primer caso, fue un mes de julio de 1570 cuando un grupo de moriscos se sublevaron al mando de Lorenzo Alfaquí y El Yebali. Aprovecharon que en el pueblo de Alozaina apenas había hombres, ya que en esos primeros días del verano estaban segando trigo en los campos del entorno.

Cuando se percataron del ataque de los moriscos, los habitantes de la villa corrieron hacia el castillo para refugiarse. Fue ahí cuando las mujeres de Alozaina intervinieron de forma decisiva y tomaron las armas para repeler el asedio.

Entre todas ellas, destacó ell arrojo de María Sagredo, que al ver caído a su padre, se ensañó con especial dureza y mucha eficacia contra los sublevados.

Según relata el historiador Luis del Mármol Carvajal, «con la ballesta en las manos y el aljaba al lado subió al muro, y peleando como lo pudiera hacer un esforzado varón, defendió un portillo, y mató un moro, y hirió otros muchos de saeta, y hizo tanto ese día, que mereció que los del consejo de su majestad le hiciesen merced de unas haciendas de moriscos en Tolox para su casamiento».

Pero, dentro de este relato, lo más llamativo es que esta joven pechera (gentilicio de los habitantes de Alozaina) utilizó también colmenas para repeler el ataque de las tropas de El Yebali. Las abejas, según la leyenda, comenzaron a picar a los atacantes moriscos, que emprendieron la huida al grito de «malditas sean las moscas de tu tierra».

Este acto heroico e ingenioso se recuerda hoy en el escudo del propio pueblo. En él se puede ver cómo una imagen de una mujer arroja las mencionadas colmenas desde una torre a los moriscos. Además, en las calles del casco antiguo aún se mantiene una de las torres de la fortaleza, que lleva precisamente el nombre de María Sagredo.

Como ya se ha señalado, el caso de María Sagredo no es el único en la comarca de la Sierra de las Nieves. En la zona sur de esta comarca, en la villa de Istán también tuvo un protagonismo especial otra mujer, Juana de Escalante, que también da nombre al único vestigio del castillo medieval. Se trata de un torreón de origen nazarí, donde en enero de 1569, un año y medio antes que María Sagredo, esta joven de Istán hizo frente a una rebelión de moriscos.

Éstos, según las crónicas de la época, aprovecharon la ausencia del tío de Juana, Pedro de Escalante, para intentar tomar la fortaleza. Sin embargo, junto a su criada, pudo resistir lo justo hasta que llegaron tropas cristianas desde la ciudad de Marbella, que finalmente consiguieron sofocar el hostigamiento.


Fuente documental: Las heroínas de la Sierra de las Nieves. Javier Almellones. Diario Sur, 27 de abril 2019

lunes, 25 de mayo de 2020

Arde Málaga

El año 1991 es uno de los más nefastos para los montes de la provincia, dado el efecto devastador de los tres fuegos registrados que acaban con más de 13.000 hectáreas de suelo forestal.

Parque Natural de la Sierra de las Nieves.
El más importante se declara el 8 de agosto en la Serranía de Ronda y necesitó cinco días para ser controlado. En realidad el fuego se desató en el Parque Natural de la Sierra de las Nieves.

El último frente en ser controlado fue el que afectó a la zona conocida como El Corchaíllo, en una de las áreas de la serranía más cercanas a la Costa del Sol. Este incendio fue el más grave de los registrados en Andalucía en las últimas décadas y las llamas calcinaron especies mediterráneas de alto valor ecológico, como pinsapos, quejigos, alcornoques, pinos piñoneros., encinas y castaños.

Los términos municipales más afectados fueron los de Tolox, donde ardieron más de 4.000 hectáreas, y Benahavis. Técnicos del Instituto Andaluz de Reforma Agraria (lARA) señalaron entonces que el fuego había sido provocado. En las tareas de extinción participaron casi 3.000 personas. En total, el fuego acabó con 8.000 hectáreas de pinos, encinas y alcornoques.

Los otros dos incendios de mayor importancia acabaron con otras 5.000 hectáreas de superficie forestal de las sierras de Almijara y Bermeja.