El Archivo Municipal, enclavado en la actualidad en la Alameda Principal, conserva, organiza y difunde toda la documentación generada por el Ayuntamiento de Málaga desde su creación en el año 1489 hasta nuestros días. Igualmente conserva un importante fondo bibliográfico que destaca por la antigüedad de sus ejemplares y su especialización en temas malagueños.
![]() |
Fachada del edificio que alberga el Archivo Municipal. |
Todo este Patrimonio Documental y Bibliográfico se encuentra a disposición de los investigadores, ciudadanos y de la propia administración, con el objetivo de servir de apoyo a la gestión administrativa, la investigación, la historia y la cultura de la capital malagueña.
El Archivo se inicia en un periodo crucial de la historia de Málaga y tiene principalmente dos importantes objetivos, custodiar todos aquellos documentos acreditativos de mercedes otorgadas por los monarcas, que constituían el corpus documental del nuevo ordenamiento político-administrativo, así como servir de salvaguarda de los derechos de los nuevos pobladores.
La conquista de la ciudad el 19 de agosto de 1487 trajo consigo importantes transformaciones, aprobándose distintas normas para su gobierno y administración, como las Ordenanzas para la gobernación y repartimiento de la ciudad de Málaga en 1489 y el Fuero Nuevo en 1495. Se concluyó así el período de provisionalidad jurídica de la nueva ciudad castellana.
El primer Cabildo se celebró el 26 de junio de 1489, en cuyo acto de constitución se creó el órgano rector del municipio malagueño que aún perdura después de cinco siglos. Entre los asuntos tratados en la primera sesión capitular se aprobó el Reglamento de Sesiones del Ayuntamiento, que reguló con carácter general todas las normas elementales para la deliberación de los asuntos tratados por el concejo y en el que se recoge la primera alusión a la formación del Archivo. En él se decía que el escribano mayor tuviese un armario para guardar las escrituras y fuese el responsable directo de los documentos.
Unos años más tarde, en 1491, se puso de manifiesto la importancia de conservar los documentos como garantía de derechos y la urgente necesidad de preservar su seguridad, acordándose que se comprara un arca con tres cerraduras. Así, de esta manera, se piensa en disponer de un arca donde depositar los documentos que se habían ido reuniendo, tanto los expedidos por la Corona como los producidos por la incipiente administración municipal, dando lugar al nacimiento del Archivo Municipal de Málaga y a las principales series que conforman su valioso patrimonio documental.
En 1494 con motivo de la sustitución del escribano Juan Garrote se elaboró un Libro Registro de todos los documentos y escrituras que él mismo tenía en su poder, considerándose así este Registro como el primer inventario de documentos del Archivo.
El primer lugar donde se instaló el Ayuntamiento y su arca-archivo fue en una pequeña mezquita que había en el Postigo de los Abades, detrás de la Catedral, hasta que en 1528 se acuerda la construcción de una nueva Casa Consistorial en la Plaza de las Cuatro Calles (actual Plaza de la Constitución) y en la que permanecerá salvo cortos espacios de tiempo hasta el siglo XIX.
A lo largo del siglo XVII el edificio que albergaba el Consistorio sufrió múltiples reformas y ampliaciones, ya que no tenía suficiente capacidad para cubrir las necesidades municipales, llegándose a la demolición total del edificio en 1634, construyéndose otro en el mismo lugar donde había una dependencia destinada al Archivo, convirtiéndose la Plaza en el centro político y administrativo de la ciudad.
Próxima entrega: La memoria de Málaga (II)