Mastodon Málaga y sus historias: auge
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jueves, 1 de abril de 2021

La Semana Santa malagueña (II)

 

Al llegar la Ilustración, en el siglo XVIII, encontramos una sociedad cambiante. Los ilustrados consideran a las cofradías herederas del obscurantismo y superstición religiosos. Esta nueva forma de plantear la religiosidad popular hará que los gobernantes tomen medidas y dicten normas destinadas a fomentar el orden público y la compostura, sin exageraciones, durante los desfiles procesionales.


Sede de la Agrupación de Cofradías de Málaga.


Y por si fuera poco, el siglo XIX no entrará con buen pie para el mundo cofrade malagueño. La invasión sufrida por parte de las tropas napoleónicas hará que el patrimonio cofrade sufra continuos saqueos y que una buena parte de lo atesorado hasta entonces desaparezca en manos extranjeras.


Pero, tras la Guerra de Independencia, un nuevo suceso resentirá las estructuras cofrades. La desamortización eclesiástica propugnada por Mendizábal en 1835 eliminará muchos conventos y hará que muchas cofradías deban plantearse nuevos templos en los que cobijar a sus imágenes y desde donde poder salir en Semana Santa. También se prohíbe en esta época los enterramientos en las iglesias, lo que hará que la función de mutua de entierros decaiga enormemente.


La crisis económica que se desata a principios del siglo XX en Málaga, tras el fracaso en la industria siderúrgica local, o la plaga de la filoxera que arrasa las viñas, afectará también a las cofradías. La delicada situación económica, que no permite a un buen número de hermandades realizar su anual salida penitencial, será el origen de la fundación, en 1921, de la Agrupación de Cofradías de Semana Santa de Málaga. Será a partir de entonces cuando la Semana Santa malagueña comience a adquirir un gran auge. Junto a la vuelta a la escena cofrade de hermandades en decadencia en siglos anteriores, se fundarán nuevas fraternidades y se contará con el estímulo que supone la promoción de cara al turismo invernal del que por entonces ya Málaga disfrutaba. Las procesiones constituyen un atractivo más para el turista de la época y se convierten en una importantísima fuente de ingresos para la ciudad.


Próxima entrega: La Semana Santa malagueña (II)

lunes, 24 de septiembre de 2018

Llega la radio a Málaga


El día 7 de junio de 1933 empieza a funcionar oficialmente en Málaga la primera emisora de radio: EAJ 9 Radio Málaga, después de unos días de prueba.

La emisión inaugural, que fue un éxito porque se oyó con nitidez en todos los barrios, comenzó a las 9 de la mañana con un boletín de noticias, al que siguió la actuación ante el micrófono de la Agrupación Artística y Cultural Malagueña.

Un sintonizador de radio clásico.
Pero hubo experiencias anteriores. La primera vez que los malagueños escuchan una emisión desde su ciudad fue el 11 de mayo de 1926, fecha en la que Antonio Baena Gómez pronunció una conferencia sobre las Cofradías de Málaga. La EAJ 25 Radio Málaga realizó su mes reglamentario de prueba, tras el que cerró. En la provincia, la primera emisora de radio local se sitúa en Antequera y había empezado a funcionar en 1932.

A partir de 1933 la radio en Málaga vivió un auge extraordinario, a pesar de que en el verano de 1959 en la plaza del Siglo, en la tienda de electrodomésticos Taisa, los malagueños vieron funcionar por vez primera una televisión que proyectaba imágenes del extranjero.

Ese momento coincidiría con una de las épocas doradas de la radio en Málaga, que en los años siguientes se nutriría de voces jóvenes y muy profesionales como las de Mari Tere Campos, Gonzalo Fausto, Domingo Mérida, Diego Gómez, Paco Fadón, Antonio Guadamuro, o Julián Sesmero, según relataba en el diario La Opinión de Málaga, el periodista Alfonso Vázquez, el 13 de agosto de 2011, con motivo de la publicación del libro del también periodista Joaquín Palmerola.
En el citado libro, titulado Málaga y la Radio, Palmerola, por primera vez, aborda la historia de un invento que revolucionó la vida de los malagueños tanto o más que la televisión, desde sus primeros pasos, hasta 1985.

Anécdotas, programas radiofónicos, fotografías, curiosas estadísticas de aparatos radiorreceptores. No se olvida este libro de ningún detalle, incluidos algunos guiños a la actualidad, hasta el punto de que concluye con una foto histórica, más próxima en el tiempo, la grabación que Antonio Linares Rosado, de Onda 8, realizó de una velada en Antequera con José Antonio Muñoz Rojas, Miguel Ortiz Berrocal y los hermanos Enrique y Gerardo van Dulken.