Mastodon Málaga y sus historias: crítico
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viernes, 7 de noviembre de 2025

Enrique Llovet, un malagueño muy ilustre

 

Enrique Llovet Sánchez, abogado, escritor, profesor, diplomático, guionista de cine, crítico teatral, teórico del arte dramático y dramaturgo, nació en Málaga en 1917 y murió en Madrid en 2010 a los 92 años de edad. Humanista fecundo y polifacético, desarrolló una brillante trayectoria periodística, primero como cronista de guerra y más tarde como crítico teatral, en algunos de los más importantes medios de comunicación españoles, pero destacó sobre todo por su incesante labor de promoción cultural dentro del panorama teatral de la Península, al que ha aportado numerosas adaptaciones.


Enrique Llovet.

Era hijo del médico Enrique Llovet Fernández y de Julia Sánchez García. En 1956 contrajo matrimonio con Carmen Baeza, hija de Ricardo Baeza Durán, diplomático, ensayista y traductor, y de María Martos en cuya casa se reunía una célebre tertulia literaria de la primera mitad del siglo XX). No se le conoce descendencia.

Sus primeros estudios los hizo en el Instituto malagueño Vicente Espinel. Su currículo universitario es extenso, tanto en España (Granada, Sevilla y Madrid) como en la Sorbona de París o en el Trinity College de Dublín. Se licenció Derecho, Filosofía y Letras, Políticas y Económicas. En 1950 ingresó en la Escuela Diplomática de Madrid. Fue Profesor y conferenciante en la Real Escuela Superior de Arte Dramático y la Universidad Autónoma de Madrid, entre otras. Ocupó la cátedra de teatro Tirso de Molina.

Ejerció como diplomático en diversas capitales del mundo como París y Buenos Aires, desde donde se inició como cronista utilizando el seudónimo de "Marco Polo" contando los acontecimientos de Oriente Medio, y otros trabajos periodísticos, textos que fueron publicados en distintos medios de comunicación de España, Estados Unidos, Inglaterra, Francia, Italia y Alemania. Esta experiencia culminó con su obra “Oriente medio” (1959), por la que consiguió el Premio Mariano de Cavia.

Son numerosos los guiones cinematográficos de Enrique Llovet, entre los que se destacan, tras “Los últimos de Filipinas”, “Aeropuerto”, “Cervantes”, “Simón Bolívar” y “Divinas palabras”. Colaboró en el guion de “El Cid”, película épica, rodada en 1961, bajo la dirección de Anthony Mann, sobre la historia de Rodrigo Díaz de Vivar y el poema Mío Cid. El norteamericano Samuel Bronston fue el productor, con quien Llovet colaboró, en otras superproducciones cinematográficas. Fue guionista de diversas series de TVE, como las “Sonatas de Valle Inclán”. También en TVE se encargó del programa “300 millones”, programa cultural y de diversión para todos los países de habla española.

Autor teatral, fue sobre todo, un estudioso y adaptador del teatro mundial. Como adaptador y dramaturgo trabajó con los mejores directores y productores de su tiempo, como Miguel Narros, Adolfo Marsillach, José OsunaJosé Tamayo. Una de las creaciones más originales de Llovet fue el drama “Sócrates” (1972), centrado en la persona, las ideas y el final del gran filósofo griego.

Donde Enrique Llovet ejerció una labor ingente y muy meritoria en la escena teatral de la segunda mitad del siglo XX, fue en la adaptación de obras clásicas españolas y la traducción de extranjeras para su puesta en escena. Fue con la adaptación del “Tartufo” de Molière con la que consiguió un brillante impacto en la escena española, que desbordó lo literario para alcanzar lo político, ya que en la obra se criticaba claramente al gobierno de ese momento (1969).

En la década de los 80 hay que destacar la adaptación de la tragedia de ShakespeareAntonio y Cleopatra” (1980), estrenada en el Teatro Romano de Mérida, con la dirección de José Tamayo, uno de los más grandes directores de teatro de España.

Enrique Llovet ha sido reconocido por muchos, como uno de los entendidos y teóricos del teatro, de más prestigio de la segunda mitad del siglo XX. Como crítico teatral se inició en ABC, un periódico en el que publicaría durante muchos años sus aceradas y brillantes evaluaciones de la cartelera madrileña y nacional. Escribió también en el diario “Informaciones” y terminó publicando en “El País”. Escribió los libros “La formación del actor” (1964) y “Lo que sabemos del teatro” (1967) y dirigió diversas revistas literarias.

Fuente documental: Blog Malagueños Ilustres. Feliciano Robles

viernes, 29 de enero de 2021

El procesamiento de un dibujante

 

El día 24 de enero de 1987 el Juzgado de Instrucción de Estepona (Málaga) dicta auto de procesamiento contra el dibujante Andrés Vázquez de Sola por una serie de dibujos contra el ingreso de España en la OTAN publicados en el periódico La Tribuna de Marbella. Uno de sus dibujos más polémicos, y el que le daría la fama, fue La gran corrida franquista.


Andrés Vázquez de Sola.


Andrés Vázquez de Sola, dibujante español nacido en San Roque (Cádiz) en 1927, consiguió gran crédito internacional en las publicaciones francesas Le Canard Enchainé, Le Monde Diplomatique y L'HumanitéEl propio Vázquez de Sola se refirió a la decisión judicial diciendo que, “en tiempos de Franco me metieron en la cárcel preventivamente; después, durante 25 años trabajé en Francia sin ningún problema, criticando hasta a cinco presidentes de la República; ahora, si las cosas siguen así, no tendré más remedio que exiliarme de nuevo en Francia", procesado por la publicación de 20 dibujos.


La denuncia fue iniciativa del Gobierno Civil de Málaga. El juez le abrió un proceso por desacato. Desde que volvió a España, a raíz de la muerte de Franco Vázquez de Sola no tuvo entonces mucha suerte para encontrar trabajo por lo que se dedicó a lo que llamó el periodismo secreto, una pequeña colaboración, en Interviú y otra en Mundo Obrero. Antes estuvo dirigiendo durante una corta temporada la revista El Cocodrilo.


Vázquez de Sola, militante comunista, se mostró muy crítico con el PSOE y con las circunstancias que rodeaban el mandato del Gobierno socialista de la época, presidido por Felipe González. El dibujante creía que no existían condiciones objetivas para hacer buenas caricaturas en España, y calificó de meros testigos a los dibujantes políticos, cuando en su opinión deberían ser jueces. Dentro del humor político, aseguró, no caben censuras; se puede decir todo y se debe decir todo, siempre que se respeten los aspectos personales y la deontología profesional.


Los dibujos que le causaron los problemas con el juez fueron realizados, por propia iniciativa y sin cobrar nada, para la campaña de la OTAN. En ellos se vertía una crítica descarnada, entre otros, contra el presidente y el vicepresidente del Gobierno. Unos dibujos acusados de soeces. Pero si esto es así, deberían procesar también a Quevedo o a Camilo José Cela, señaló Vázquez de Sola. Su causa, finalmente fue sobreseída


En la actualidad, el dibujante tiene 95 años de edad y desde que comenzó el confinamiento distribuye a través de las redes sociales varias caricaturas diarias en torno a la pandemia y sus consecuencias políticas o sociales. Ahora reside en Monachil (Granada), junto con su esposa, Angélica Carminate, una cubana que intenta ordenar el formidable inventario humano de quien ha realizado numerosas exposiciones temáticas, ha recibido los principales galardones de su gremio, y ha publicado decenas de libros. Desde la militancia en el PCE, que mantiene, no le ha temblado el pulso a la hora de apoyar al actual Gobierno de coalición.