Mastodon Málaga y sus historias: negocios
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viernes, 21 de marzo de 2025

El oscuro origen de Puerto Banús

 

La creación de Puerto Banús, el lujoso puerto deportivo de Marbella inaugurado en 1970, ha estado rodeada de especulaciones sobre el origen del dinero invertido en su construcción. Aunque oficialmente fue un proyecto liderado por José Banús, un empresario cercano al régimen franquista, diversas investigaciones y testimonios han señalado posibles conexiones con el blanqueo de capitales.


Puerto Banús en 1970.


Banús era un constructor privilegiado por la dictadura, responsable de proyectos como el ensanche de Madrid y grandes desarrollos urbanísticos en la Costa del Sol. Su riqueza creció exponencialmente gracias a su relación con el régimen, lo que ha llevado a cuestionar la transparencia de sus negocios.

Desde su inauguración, Puerto Banús atrajo capitales de dudosa procedencia. Se ha hablado de inversiones provenientes de mafias internacionales y empresarios que buscaban blanquear dinero en la Costa del Sol, una zona que en los años 70 se convirtió en refugio de fortunas de origen turbio.

Durante las décadas posteriores, Puerto Banús y la Costa del Sol en general se convirtieron en un enclave de la mafia italiana, rusa y británica, quienes utilizaban el sector inmobiliario y los negocios turísticos para lavar grandes sumas de dinero. En esa época, España tenía controles financieros laxos, lo que facilitaba el movimiento de capitales de origen dudoso. La falta de regulación convirtió la zona en un paraíso para quienes buscaban ocultar dinero ilícito.

En conclusión, no hay pruebas contratadas que demuestren que la financiación inicial del puerto provino directamente de dinero blanqueado, pero las circunstancias históricas, la falta de transparencia en la época y la posterior actividad criminal en la zona hacen que las sospechas sean persistentes.

jueves, 13 de marzo de 2025

Los enigmas de Ricardo Soriano

 

Ricardo Soriano Scholtz von Hermensdorff, marqués de Ivanrey, (1883-1973) fue una figura clave en el desarrollo de Marbella como destino turístico en los años 50 y 60. Sin embargo, su finca, ubicada en las afueras de la ciudad, tiene una historia misteriosa. Se dice que en sus jardines se celebraron fiestas exclusivas a las que asistieron celebridades internacionales, espías y políticos. Algunos rumores sugieren que la finca fue también un lugar de encuentro para operaciones clandestinas durante la Guerra Fría.


Ricardo Soriano.


Por su contexto social y sus relaciones con la aristocracia europea lo situaban en un entorno donde los movimientos de capital y la influencia política eran habituales, lo que podría haberlo puesto en contacto indirecto con dinámicas de la Guerra Fría, especialmente en el ámbito económico y de espionaje financiero.

También serán muchos los que ignoran que Ricardo Soriano, promotor del hotel El Rodeo en la década de 1940 y uno de los pioneros de la Marbella turística, fue detenido en San Sebastián el 25 de marzo de 1936 en relación al atentado cometido el 12 de ese mes por falangistas contra Luis Jiménez de Asúa, uno de los penalistas más destacados del siglo XX, diputado del PSOE y vicepresidente del Congreso. Según los periódicos de esos días, se le acusaba de prestar su avioneta para que algunos de los implicados en el ataque escaparan a Francia. Conducido a Madrid, Soriano fue puesto en libertad.

A lo largo de su vida, y al margen de su tierra natal, Salamanca, Ricardo vivió en París, Biarritz, Bilbao y Madrid, antes de recalar en la costa malagueña, lugar donde es considerado el indiscutible descubridor y promotor de Marbella. Nombrado hijo predilecto de esa localidad, en su honor se le puso nombre a la que hoy es la principal avenida dela ciudad.

Su carrera profesional comenzó al término de la Segunda Guerra Mundial, cuando la mayor parte de Europa y del mundo sufría sus consecuencias y las grandes fortunas habían escapado de la contienda como habían podido, unos a Suiza y otros a Portugal. La madre de Ricardo, que era natural de Málaga y él, de niño, había pasado algunos veranos en el Palacio del Rey Moro de Ronda, propiedad de su tía Trinidad Scholtz von Hermensdorff, I duquesa de Parcent, marquesa de Belvís de las Navas y IX condesa de Contamina.

Pero no fue hasta el año 1943, cuando Ricardo llegó a Marbella invitado por su amigo y propietario de la hacienda Guadalmina, Norberto Goizueta. Dos años después adquirió las fincas Rodeo Alto y Rodeo Bajo situadas cerca de la localidad de San Pedro Alcántara. Por esta propiedad, con una extensión total de 220 000 metros cuadrados de terreno, Soriano pagó la cantidad de 110.000 pesetas, una auténtica fortuna en aquellos tiempos. Ricardo se dio cuenta del importante trasiego de franceses que iban y venían desde Francia al Protectorado de Marruecos usando el puerto de Algeciras, por lo que decidió construir unos albergues para que estos viajeros pudieran pasar la noche. Así nació «La Venta y Albergues de El Rodeo», complejo hotelero diseñado por el propio Soriano y edificado junto a su residencia privada.

martes, 11 de febrero de 2025

El Diamante

 

En 1949, José Gálvez y Aurora Toro, tras estar al frente del bar El Brillante, en Puerta Nueva, decide trasladarse a la calle Pozos Dulces y abrir el bar El Diamante. El Diamante, fundado en el número 3 de la calle Pozos Dulces, cumplió 70 años en plenitud de facultades y con buena parte del mobiliario de esos comienzos, 1949, como la prodigiosa nevera forrada de madera que funciona como el primer día, las estanterías o la barra de mármol. Lo fundaron un matrimonio de primos hermanos, José Gálvez Toro (1911-1991), de La Cala, descendiente de los Gálvez de Macharaviaya y su mujer, la paleña Aurora Toro Alcaide (1920-1996).


Bar El Diamante.


El primer bar El Brillante, estaba junto al Parador de San Rafael, en una época en la que calle Compañía y Puerta Nueva eran tal vez las más comerciales de Málaga, con los cosarios alojados en el Parador de San Rafael, que se dedicaban a comprar cosas para llevarlas a los pueblos.

El matrimonio abrió además una lechería (llamada El Diamante) en la vecina calle Horno para vender leche de vaca y de cabra. Estuvieron prácticamente hasta que llegó la ordenanza que señalaba que había que pasteurizar la leche. Es entonces cuando se crea la Central Lechera Malagueña. José Gálvez compró uno de los primeros land rover de Málaga y recorría las vaquerías de los alrededores de la ciudad, mientras su esposa estaba al frente de la lechería y cuidaba de la casa y la familia.

José nunca permitió que le dieran gato por liebre, usaba un un densímetro que él llamaba lactómetro, para introducirlo en la leche, y si aquello no estaba dentro de unos márgenes y descubría que tenía agua, pagaba al lechero y luego delante de él cogía las cántaras, tiraba la leche y le decía que no volviera más. La lechería El Diamante surtía a Casa Mira, La Veneciana y los principales bares de Málaga.

En el bar se trabajaba a destajo. El propietario abría el negocio a las 5 de la mañana, para captar a los más madrugadores, esos que comenzaban el día con una copita de coñac o de anís y el establecimiento solía cerrar a las 11 de la noche y después tocaba barrer y fregar el bar a diario.

El Diamante, que se centraba sobre todo en desayunos y en tapas hechas por Aurora, atendía sobre todo a muchos comerciantes de la zona y se preciaba de no cerrar ningún día del año. Hacia comienzos de los años 80, cuando ya José Gálvez superaba los 70 años, decidió traspasar el negocio a sus propios empleados.


Fuente documental: Siete décadas de un museo de la hostelería. Alfonso Vázquez. La Opinión de Málaga, 9 de junio de 2019

lunes, 27 de mayo de 2024

Los comerciantes extranjeros

 

Desde las primeras décadas del siglo XVIII el "Comercio de Málaga" estuvo controlado por comerciantes de origen extranjero de tal manera que hacia 1740 la situación prepotente de la colonia mercantil extranjera había cristalizado en otra organización particular denominada "Comercio Marítimo".


El puerto de Málaga era el centro de la actividad comercial.


Se trataba de una asociación entre las Casas extranjeras que controlaban el comercio exterior. De forma corporativa pretendían salvaguardar sus intereses económicos, celebraban juntas privadas que escapaban al control de las autoridades e incluso pagaban un tanto sobre las mercancías exportadas a fin de crear un fondo común que les permitiera hacer frente a gastos eventuales.

En 1776, muy pocas compañías estaban en vías de españolización y en muy pocas se había dado paso a empleados españoles ya que como socios estos últimos estaban totalmente ausentes. Por el contrario varias de las compañías manifestaban su fuerte vinculación con intereses exteriores ya que algunos de sus asociados se declaraban ausentes en el momento de efectuar la declaración.

Es el caso de "Macnamara Terry y Power", "Freyer Oesting y Cía", "Juan Guillermo Schultz y Cía", "Juan Menvielle, Westertron y Cía", "Fulck hijos y Lovelace" y "Francisco Aiskel".

El grupo de comerciantes de religión distinta a la católica romana eran frecuentes en las compañías en las que los socios se declaraban tanto católicos como protestantes, o que siendo de mayoría católica o protestante tenían entre sus empleados a personas de religión diferente.

Esta muestra de tolerancia se daba, entre otras, en las compañías "Witemberg, Lamair y Riecke", Kirckpatrick, Escott, Grivegnie y Cía", "Clenze Hoppe y Cía", "Freyer, Oesting y Cía", “Juan de Menvielle, Westertron y Cía", 'Juan Marsch" "Fulck hijos y Lovelace", "Tomás Ronan" y "Francisco Aiskel".

Resulta cuanto menos curioso comprobar como los socios de algunas de estas compañías, caso de los Witemberg, estaban ya plenamente integrados entre las élites de la sociedad malagueña en 1776 y habían adoptado algunas de sus más rancias costumbres.

A este respecto, citar entre las más llamativas, las carreras eclesiásticas seguidas por algunos de sus miembros en sucesivas generaciones o el ingreso de algunas de las mujeres de la familia en los conventos de la ciudad

Fuente documental: Los comerciantes extranjeros de Málaga en 1976. Culminación de una instalación secular. Begoña Villar García. Universidad de Málaga

viernes, 11 de noviembre de 2022

El Círculo Mercantil (y II)

 

En la entrada anterior se realizó un viaje por la historia de las primeras etapas del Círculo Mercantil de Málaga que en 1963, después de un largo proceso judicial sobre el arrendamiento de sus instalaciones, tuvo que vender a la entonces Caja de Ahorros de Ronda su pinacoteca y los fondos bibliográficos embargados por la dueña de los anteriores locales que, además, tuvo que abandonar. Sin embargo, a pesar de estas contingencias, las actividades culturales del Círculo siguieron incrementándose en esta etapa.


Asistentes al baile del Círculo Mercantil en 1935.


El cambio a una nueva sede y sus circunstancias marcan el final de la segunda etapa del Círculo, que se puede fijar a finales de 1968. Dicha sede era la sexta ubicación de la sociedad, los únicos locales sociales que fueron propiedad de la misma, y ocupaban las plantas segunda, tercera y cuarta del edificio de la calle de Felix Saez, número nueve.

Aquí comienza un enfoque novedoso en la celebración de eventos y actividades tales como la emisión de programas radiofónicos desde sus locales, recitales de música pop, la presentación de libros y revistas, y la reorganización del club de ajedrez, que propició torneos internos y con otros clubs, al tiempo que se siguieron con las actividades tradicionales de celebración de conferencias y coloquios y se mantuvo una implicación notable del Círculo en las celebraciones populares.

Sin embargo, en aquellos años los cambios sociales hacían que muchas sociedades similares al Círculo fueran desapareciendo por desafección de sus socios, que encontraban un mundo con mayores posibilidades de desarrollo personal, y otras maneras diferentes de disfrutar de su ocio, lo que no dejo de afectar al Círculo. Tan es así que mediada la década de los ochenta se llegó a pensar en la venta de la sede, hecho que se produjo en 1995 para pagar el préstamo hipotecario en vigor, y las deudas contraídas con los proveedores y trabajadores.

La etapa actual no puede entenderse sin el acuerdo que toma la Asamblea General Extraordinaria del Círculo el 12 de octubre de 1994 que decide “el cese temporal del Círculo Mercantil” y deja encargado a su presidente de “reactivar el Círculo cuando lo estime oportuno”.

El siete de marzo de 2012 se reúne una Asamblea General Constituyente del Círculo Mercantil en su nueva etapa, que nombra una nueva Junta Directiva para realizar los trámites administrativos de su reactivación con el objetivo de adaptarse a los tiempos actuales, manteniendo el espíritu que animó a los fundadores y a aquellos que le siguieron dando una fructífera vida.

jueves, 10 de noviembre de 2022

El Círculo Mercantil (I)

 

El Círculo Mercantil de Málaga, fundado el 2 de septiembre del lejano 1862, aunque algunos lo datan en el año 1864, surgió casi al mismo tiempo que la Cámara de Comercio y casi como una prolongación de ésta. Tomando como referencia los clubes ingleses o la actividad de la ya existente Sociedad Económica de Amigos del País de Málaga, el Círculo se convirtió en un lugar de reunión para los comerciantes e incipientes empresarios decimonónicos, en unos años donde no sobraban los lugares de esparcimiento social.


Salones del Círculo Mercantil.


La primera sede del Círculo Mercantil estuvo situada en la ahora denominada calle Especerías, y entre sus actividades figuraban fiestas de carnaval, grandes bailes, casino y actos sociales y culturales. Hubo una segunda sede en un recoveco de la calle Larios y por último se ubicó en la plaza de Félix Sáenz, donde estuvo hasta mitad de los 90.

El Círculo fue conocido durante muchos años como «Villacalcetines» por el hecho de que los comerciantes se sentaban en unos sillones mientras los betuneros les limpiaban los zapatos, enseñando los calcetines a todos los que pasaban. El Círculo respondió en cada momento a las inquietudes de su tiempo. Al principio era un lugar de recreo, donde se podía jugar al dominó o al tute, discutir u organizar bailes de sociedad. Más tarde se admitieron a las mujeres como socias, y se echaban las tardes tomando café y de tertulia. A partir de los años 60 era un lugar donde reunirse a ver la televisión, aunque cuando las ofertas de ocio fueron creciendo el Círculo se fue quedando cada vez más vacío de contenidos.

La historia del Círculo se puede dividir en tres etapas diferenciadas; una desde sus primeros años hasta 1936, otra desde esa fecha a fines del siglo XX, y otra la de la actualidad

En 1866 el Círculo creó su Biblioteca, una de las tres públicas de Málaga que tuvo una gran importancia en la vida cultural de la ciudad. Además, el Círculo en su actividad diaria patrocinó conferencias y ciclos de música y becó a pintores malagueños a los que facilitó sus salas para exposiciones, y formó una pinacoteca propia que llegó a ser la segunda de su tiempo a nivel provincial. En resumen, en esa primera etapa existía una gran simbiosis del Círculo con la ciudad.

En su segunda etapa, el Círculo hubo de cambiar sus “estatutos republicanos” por unos “estatutos de nuevo Régimen”. Y adaptarse a ellos en su funcionamiento, al tiempo que pasó a ubicarse en la misma calle Larios en local diferente al que había venido haciéndolo desde 1891 hasta 1936. El nuevo local, de amplias dimensiones era también propiedad del marqués de Larios. La inauguración de la nueva sede se hizo el 8 de febrero de 1939, y las instalaciones de la nueva biblioteca se pusieron en marcha en 1944 con un total de 2.000 volúmenes y un servicio de hemeroteca.


Próxima entrega: El Círculo Mercantil (y II)

jueves, 7 de enero de 2021

Las andanzas del marqués de Salamanca y su relación con los Larios (I)

 

Marqués de Salamanca.

El 23 de mayo de 1811 nacía en Málaga José María Salamanca Mayol, marqués de Salamanca, casado con Petronila Livermore y tío de Jorge Loring, fue diputado, inversor en bolsa de la mano de José Buschental, Remisa y Manuel Heredia, ministro de Hacienda en 1847 para luego hacerse cargo, por breve espacio de tiempo, de la Presidencia del Gobierno.


José María de Salamanca había llegado a Madrid hacia 1830 desde su Málaga natal. La amistad de su familia con el moderado Francisco Cea Bermúdez le valió diversos puestos políticos de segundo orden, hasta que en 1837, consiguió el escaño de parlamentario por Málaga en las Cortes posteriores a la proclamación del Estatuto Real elaborado por Martínez de la Rosa.


Comenzó también a frecuentar los círculos palaciegos, donde trabó una gran amistad con Fernando Muñoz, segundo esposo de la reina regente María Cristina. Por entonces, Salamanca ya se había consagrado como un hábil hombre de negocios, y no solo gracias a sus inversiones en la bolsa. En 1839 se agenció el monopolio de la sal, una concesión real que le había reportado ingresos del orden de los 300 millones de reales.


Pero hasta ese momento las ganancias habían sido un mero aperitivo, ya que el banquete vendría después. Junto a Muñoz y el general Ramón María Narváez, militar y luego presidente del Gobierno en siete ocasiones, realizó importantes negocios como el del ferrocarril.


Entre las múltiples actividades de Salamanca estuvo también la creación de la primera casa de baños en España y de una importante empresa de coches de alquiler, llamada La Comodidad, en la que se podían alquilar berlinas de lujo.


En el terreno ferroviario creó la línea Madrid-Aranjuez, posteriormente ampliada hasta Toledo, y más tarde completó la línea Madrid-Alicante. Llegó a poseer una locomotora “Tank engine 14” que alcanzaba una velocidad de 120 kilómetros por hora. También participó en la creación de líneas ferroviarias en Francia, Italia, Alemania, Portugal y Estados Unidos, donde construyó la línea Atlantic Great Western Railway, hasta los grandes lagos.


Entre las anécdotas más conocidas de la vida de este personaje está su rocambolesca huida a Francia. Tras ser ministro de Hacienda, fue acusado de haberse beneficiado de su puesto, por lo que una madrugada se presentó la policía a detenerlo en su palacio del paseo de Recoletos.


Salamanca corrió a refugiarse en la cercana calle Barquillo, en la Embajada de Bélgica. Pasados unos días visitó la Embajada de Dinamarca, que se ubicaba en el mismo edificio. Pero esta vez el embajador permitió el acceso a la policía para detenerlo. El ingenio del marqués lo llevó a encerrarse dentro de un baúl, donde incluso se sentó uno de sus perseguidores.


Tras la búsqueda, la policía se fue con las manos vacías. Pocos días después mandó traer un coche de caballos para que saliese desde la puerta del edificio con un personaje embozado. Inmediatamente la policía salió tras él y así el marqués pudo huir disfrazado de sargento junto con un pelotón hasta la frontera con Francia.


Hacia el 1864 el marqués ya había comprado unos dos kilómetros cuadrados de terreno en la zona del Paseo de Recoletos y entregó el final de su vida al sueño de construir un nuevo Madrid, aprovechando el plan urbanístico de ensanche llamado el Plan Castro. El barrio de Salamanca de Madrid se convertiría en una de las millas de oro del urbanismo europeo.