Mastodon Málaga y sus historias: poetisa
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jueves, 22 de diciembre de 2022

La poetisa que hacía versos para distraerse

 

María García de Fecyeri, nacida en Málaga el 13 de mayo de 1858, y fallecida en fecha y lugar ignorados, estuvo marcada desde muy pequeña por un acusado espíritu poético, y se dedicó al cultivo de las Letras desde los dieciséis años de edad, aunque sus primeras composiciones aparecidas en medios de comunicación no vieron la luz hasta seis años más tarde.


Revista El Renacimiento.


Colaboró a partir de entonces en diferentes publicaciones de todo el país, entre las que sobresalen dos periódicos malagueño, El Ateneo y El Renacimiento. En el primero de ellos publicó las composiciones, Rima, Jamás, Romance y A la memoria de la poetisa Josefa Ugarte-Barrientos. Por otra parte, en el rotativo Renacimiento apareció su poema titulado también Rima. Además, dio a conocer otros escritos literarios en El Mediodía, La Unión Mercantil y Para Todo el Mundo.

En el último cuarto del siglo XX, el nombre de María García de Fecyeri debió de gozar de un cierto prestigio literario que rebasó los límites de su ámbito local, como quedó patente en un certamen poético celebrado en Cataluña en 1885, donde la autora malagueña fue galardonada con un accésit.

Sin embargo, la propia poetisa desestimó la importancia concedida a su quehacer poético, en un ejercicio de modestia muy frecuente en casi todas las autoras españolas de su época. A juzgar por la carta que le envió al escritor y periodista malagueño Narciso Díaz de Escovar, que se había interesado por algunas de las poesías de Fecyeri, para darlas a conocer en su revista, la autora señaló que sólo se dedicaba a la creación literaria por mero entretenimiento, sin otra aspiración que la de sentirse a gusto con su propia obra.

"Me distraigo en mis ratos desocupados en trasladar al papel mis sentimientos en montoncillos de renglones a los que llamo versos. Nunca me he dedicado al estudio, tan preciso a los que aspiran al título de verdaderos poetas. Busco el trato de las musas por entretenimiento, y no ambiciono que la fama publique mi nombre sin merecerlo, ni deseo glorias que por mi pequeñez no me corresponden”, afirmaba la poetisa.

martes, 8 de marzo de 2022

Mujeres desconocidas

 

Hoy 8 de marzo, en el que se celebra el Día Internacional de la Mujer, supone también una oportunidad para conocer a mujeres malagueñas que han sido olvidadas por la Historia.


La Peña de los Enamorados de Catalina Larripa.


Como es el caso de la dramaturga y actriz Catalina Larripa de Rodríguez, nacida en un lugar desconocido, aunque se sabe que residía en Málaga en 1851 y que pasó buena parte de su vida en la capital malagueña, inició su carrera sobre las tablas como medio para buscarse la vida, y consta que trabajó en el Teatro Circo de la Merced.

Pero su verdadera vocación era la de dramaturga, escribió sus dramas en verso, aunque algunas de sus obras se consideran desaparecidas, ya que fueron manuscritos que nunca llegaron a ser publicados, sí se conservan 3 de ellas, alguna fechada en Madrid, por lo que se supone que residió algún tiempo en la capital española.

Los investigadores de su obra mantienen que Catalina tuvo una prolongada relación sentimental con un hombre de creencias musulmanas, lo que sería el motivo de que sus obras conocidas tengan como denominador común la temática de las relaciones o los conflictos entre cristianos y musulmanes, como reflejan sus trabajos La peña de los enamorados, La toma de Tetuán y Hoy es el día de la cruz.

Catalina Larripa fue madre de la famosa actriz Matilde Rodríguez de Rubio, que nació en Ronda (Málaga) en 1860 y considerada una de las grandes damas de la escena española de finales del siglo XIX y principios del siglo XX y que desarrolló su carrera artística en los principales teatros madrileños.

La ciudad de Málaga la recuerda en una calle con el nombre de Poetisa Catalina Larripa de Rodríguez.


Fuente bibliográfica: Olvidadas del periodista Ramón Triviño, que puede adquirir AQUÍ

miércoles, 2 de marzo de 2022

La escritora que perdió la cabeza

 

En su obra Poesías (1865) Victorina Sáenz de Tejada expone el desaliento que acompañaba a las mujeres, por ser reprimidas hasta tal punto que se les negaba incluso el derecho a expresar su propio malestar. Hija de un alto mando militar que fue gobernador de Cuba, nació en Granada en 1841 y falleció en Sevilla en 1909. Fue una poeta y dramaturga que se instaló en Antequera (Málaga) en 1852, donde comienza a dar muestras de su ingenio poético componiendo poemas que llamaron la atención en los recitales del Liceo antequerano.


Panorámica de Antequera.


Su cultura la había adquirido mediante la lectura de los clásicos, además de realizar estudios elementales de retórica y poética. Es de destacar que para poder sobrevivir bordaba por el día y estudiaba por las noches. La temática de sus obras fue esencialmente de carácter religioso que publicaba en periódicos y revistas de distintas ciudades españolas. Además del libro ya citado fue autora de otros, casi siempre en verso, de los que un buen número no se han conservado o quedaron inéditos.

A partir de 1896 Victorina inicia la publicación de obras teatrales de las que solo se conservan 3 de ellas. Es entonces cuando la autora, llevada por sus profundas convicciones religiosas decide ingresar en el convento sevillano de las Comendadoras del Espíritu Santo, donde toma los hábitos y profesa sus votos, adoptando el nombre de sor María de los Ángeles, con el que firmará a partir de ese momento muchas de sus creaciones literarias. En el convento fue dedicada a la enseñanza en el Colegio de Niñas Nobles que las religiosas habían fundado, aunque siguió con su faceta literaria. Según sus biógrafos, Victorina Sáenz de Tejada padeció a partir de 1896 “épocas de locura”, que la obligaron a permanecer postrada durante 13 años, sin poder escribir, hasta su fallecimiento, cuando contaba 69 años. Obtuvo un buen número de galardones literarios.

Fuente bibliográfica: Olvidadas, del periodista Ramón Triviño, que puede adquirir AQUÍ

lunes, 7 de febrero de 2022

Safiya, la poetisa musulmana

 

Desde que existen registros literarios las mujeres tuvieron como única arma para ejercer su libertad de expresión el camino de la literatura. Un ejemplo de esta afirmación se halla remontándose al siglo X donde se encuentra la figura de la poetisa musulmana afincada en Málaga con el nombre de Safiya, localizada por la inclusión de su nombre en la Galería Literaria Malagueña de Narciso Pérez Escovar, y confirmada gracias a la publicación del libro de 1887 Literomanía de Martínez Duimovich, en el que se escribe “Safiya, hija de Abdallah el Rayi, malagueña, a quien por poetisa y letrada celebraron los escritores musulmanes, como también por su hermosa letra, habilidad muy estimada entre alarbes. Murió a los 30 años, a finales del 417-1026”.


La Alcazaba de Málaga.


Pero es en el trabajo firmado por el citado Díaz Escovar en la revista La Unión Ilustrada donde se facilita información sobre la poesía árabe malagueña y concretamente de Safiya. En este sentido se afirma que “no fue entre los musulmanes españoles tan ignorante la mujer como se le supone, ni vivió tan alejada de las letras y las ciencias, como hoy viven las más poderosas y bien nacidas descendientes del Profeta. Contagiada por aquella atmósfera de civilización y cultura, hubo poetisas célebres y Málaga cuenta entre ellas a Safiya, a quien también por letrada la celebraron”.

Díaz Escovar sigue señalando que Safiya “nació en esta comarca, quizás en la misma Málaga y fue su padre Abdalbah el Rayí. Tuvo una hermosa letra, habilidad que, como dice Guillen Robles, era muy apreciada. Sus inspirados versos no pudieron ser muchos, pues murió joven cuando apenas había cumplido el sexto lustro de su existencia en el año 1026 de la era cristiana”. El mismo erudito descubre la existencia de otra poetisa, Almakasi (no se ha encontrado referencia bibliográfica con este nombre), como malagueña, que vivió bastantes años, pero cuyo nombre silencia. Sólo indica que fue hija de Aben Arsacan, de Málaga, y recuerda unos versos que improvisó a un cuervo que volaba sobre su cabeza y al cual decía:

¡Oh, negro cuervo, que pasas

sobre vegas y collados,

¡bienvenido siempre seas,

que en tu negro color hallo,

recuerdo de los cabellos

de aquel hijo idolatrado,

que robó el sepulcro frío

a mi amor y a mis cuidados!

El mismo autor reseña que la corte de la breve dinastía reinante en Málaga de los Hammudies fue asilo de poetas y filósofos. La literatura brilló con esplendor potente y los reyes malagueños se complacían viéndose rodeados de literatos. Se deleitaban escuchando las poéticas estrofas de los vates musulmanes, que recordaban los amados campos y las populosas ciudades de Arabia y Berbería, las vírgenes mahometanas de Tremecen y Bugía (Argelia) y los cantos orientales de sus primitivos poetas.


Fuente documental: Olvidadas de Ramón Triviño.

jueves, 25 de noviembre de 2021

La historia de Victorina Sáenz de Tejada

 

Victorina Sáenz de Tejada en su obra Poesías (1865) expone el desaliento que acompañaba a las mujeres por ser reprimidas hasta tal punto que se les negaba incluso el derecho a expresar su propio malestar.


Casco histórico de Antequera.


Hija de un alto mando militar que fue gobernador de Cuba, nació en Granada en 1841 y falleció en Sevilla en 1909. Fue una poetisa y dramaturga que se instaló en Antequera (Málaga) en 1852, donde comienza a dar muestras de su ingenio poético componiendo poemas que llamaron la atención en los recitales del Liceo antequerano.


Su cultura la había adquirido mediante la lectura de los clásicos, además de realizar estudios elementales de retórica y poética. Es de destacar que para poder sobrevivir bordaba por el día y estudiaba por las noches.


La temática de sus obras fue esencialmente de carácter religioso que publicaba en periódicos y revistas de distintas ciudades españolas. Además del libro ya citado fue autora de otros, casi siempre en verso, de los que un buen número no se han conservado o quedaron inéditos.


A partir de 1896 Victorina inicia la publicación de obras teatrales de las que solo se conservan 3 de ellas. Es entonces cuando la autora, llevada por sus profundas convicciones religiosas decide ingresar en el convento sevillano de las Comendadoras del Espíritu Santo, donde toma los hábitos y profesa sus votos, adoptando el nombre de sor María de los Ángeles, con el que firmará a partir de ese momento muchas de sus creaciones literarias.


En el convento fue dedicada a la enseñanza en el Colegio de Niñas Nobles que las religiosas habían fundado, aunque siguió con su faceta literaria. Según sus biógrafos, Victorina Sáenz de Tejada padeció a partir de 1896 “épocas de locura”, que la obligaron a permanecer postrada durante 13 años, sin poder escribir, hasta su fallecimiento, cuando contaba 69 años. Obtuvo un buen número de galardones literarios.


Si está interesado en conocer la trayectoria de otras malagueñas olvidadas, lo puede hacer en el libro del periodista Ramón TriviñoOlvidadas’ que puede adquirir AQUÍ.

miércoles, 23 de junio de 2021

Rafaela Barés, la poetisa olvidada

 

Rafaela Barés de Herera poetisa nacida en Málaga a mediados del siglo XIX, y fallecida en lugar y fecha que se desconocen, aunque según los apuntes manuscritos que dejó el escritor y periodista malagueño Narciso Díaz de Escovar, que frecuentó el trato de la autora, se asegura que aún vivía en 1912.


Vista de la calle enclavada en el Puerto de la Torre.


Como ocurre en el caso de tantas otras mujeres destacadas de su tiempo, los escasos datos que se conocen referidos a las circunstancias biográficas de Rafaela Barés están directamente relacionados con las figuras masculinas de su entorno inmediato.


Se sabe que contrajo matrimonio con Cosme Herrera, y que mantuvo una amena e interesante correspondencia con el citado Díaz de Escovar. Precisamente a través de una carta manuscrita en verso dirigida a Escovar, se sabe que la poetisa malagueña tenía hijos, y que toda la familia pasaba por una precaria situación económica. Los datos sobre la poetisa malagueña han podido ser recabados de la web www.mcnbiografias.com.


Al parecer, Rafaela Barés de Herrera gozó de cierto prestigio literario en su ámbito local, ya que publicó frecuentes colaboraciones en los medios de comunicación malagueños. En la revista El Ateneo dejó estampados los poemas titulados Tristeza (1981) y A la muerte de mi padre (1891); y en la revista Los Apóstoles, publicó la composición titulada El cerdo (mi predilección) (1893). Además, se conoce el título de otro poema suyo, Mis creencias. También colaboró en la publicación Málaga Católica.


Según Domingo Mérida en su obra 3.900 calles, la calle Rafaela, de tan escueto nombre está dedicada a la escritora y poetisa Rafaela Barés en cuyo caso el Ayuntamiento le tendría dedicada dos calles, porque hay otra a nombre de Escritora Rafaela Barés Herrera en el Puerto de la Torre. La que se denomina sólo por su nombre se localiza en el barrio de la Trinidad.

miércoles, 7 de abril de 2021

La condesa de Rute

 

Marie Laetitia Wyse Bonaparte escritora y poetisa, era hija de Leticia Bonaparte y de sir Wyse, miembro del Parlamento Británico, lord de la Tesorería y embajador de Inglaterra en Atenas. Además, fue nieta de Luciano Bonaparte, presidente del consejo de los Quinientos y único hermano de Napoleón I que no quiso aceptar la corona.


Condesa de Rute.


Nació en 1831 en Waterford (Irlanda) y fue educada en París. En diciembre de 1848, a la edad de quince años, se casó con el joven alemán, Federico de Solms, conde del Sacro Imperio. Muerto el conde de Solms en 1863, se casó con Urbano Rattazzi, presidente del Consejo de Ministros del rey de Italia, por lo que fue conocida por el título de princesa de Rattazzi.


Tras enviudar volvió a contraer matrimonio por tercera vez con el malagueño Luis de Rute Giner, en 1880. Un ingeniero y orador, que llegó a obtener escaño de diputado a Cortes por el distrito de Vélez-Málaga en cuatro ocasiones. Vinculado al krausismo y primo de Francisco Giner de los Ríos, fue autor de diversas obras científicas y colaborador de publicaciones periódicas.


La condesa de Rute o princesa Ratazzi fue una excelente novelista, con obras como Si j´étais reine (1868) o Les marriages de la créole (1866). Además también fue una notable historiadora y poeta. Tras su matrimonio con el noble malagueño ya citado, ya que poseía el título de conde de Rute, su nuevo esposo colaboró con brillantez como redactor en la revista de la condesa, Les Matinées Espagnoles, una excelente publicación parisina dedicada a la misteriosa y siempre apasionante España.


El 4 de abril de 1877, antes de su matrimonio con el malagueño, visitó Málaga María Leticia Bonaparte Wyse, ya viuda del político italiano Ratazzi. La acompañaba su hija. El día 7 elementos políticos liberales de Málaga ofrecieron a la princesa Ratazzi un banquete en la fonda de la Alameda. Fueron destacables los brindis de la princesa y del señor Dávila. La princesa Ratazzi visitó la iglesia de la Victoria, regalando a la Virgen una rica joya y su hija 500 reales para el culto. Después visitó el Instituto, de cuya visita se levantó acta.


Tras una estancia en Málaga, de más de una semana, el día 16 de abril marchó a Sevilla, siendo despedida por gran número de literatos y artistas y por una comisión del Partido Constitucional. La condesa falleció el 6 de febrero de 1902, a los setenta años, en París y fue enterrada en Aix-les-Bains.

lunes, 29 de marzo de 2021

La poetisa del Siglo de Oro

 

Cristobalina Fernández de Alarcón, nació sobre 1576 en Antequera, hija natural, pero reconocida, del escribano público Gonzalo Fernández Perdigón, quien le dejó en herencia la quinta parte de todos sus bienes, según testamento otorgado el 6 de mayo de 1597. Su familia era pudiente y su tía Beatriz de Rivera pudo dispensarle una excelente educación gramatical y latina con preceptores como Bartolomé Martínez y Juan de Aguilar, de forma que pasó a formar parte del colectivo femenino de humanistas que Quevedo llamó despectivamente "hembrilatinas", junto con Luisa Sigea, Francisca de Nebrija, Luisa de Medrano y Beatriz Galindo, entre otras; dentro del grupo fue la poetisa más importante e influyente.


Cristobalina Fernández de Alarcón.


El 10 de febrero de 1591 contrajo matrimonio con el comerciante malagueño Agustín de los Ríos en la iglesia de Santa María, del que enviudó en 1603, sin descendencia. El 28 de julio de 1606 contrajo sus segundas nupcias con el estudiante de ascendencia portuguesa Juan Francisco Correa, con quien tuvo cuatro hijos.


Aparentemente sostuvo una relación platónica con el poeta de la Escuela antequerano-granadina Pedro de Espinosa, que le inspiró su Canción amorosa y que aparece en sus versos con el nombre de Crisalda. Despechado tras el segundo matrimonio de la escritora, Pedro De Espinosa se hizo sacerdote y se retiró a la ermita de la Magdalena. Con su segundo marido vivió en Estepa (Sevilla) entre 1614 y 1616, trabajando para el marqués de Estepa. Tras enviudar por segunda vez regresó a Antequera con una de sus hijas.


De su abundante obra, solo han subsistido quince poemas. Cultivó temas religiosos y místicos, pero también los profanos, ganando numerosos premios en justas y certámenes poéticos con sonetos, quintillas y comedias en verso, lo que le valió las críticas airadas de Francisco de Quevedo y de Luis de Góngora. Sin embargo, cuando Lope de Vega llegó a Antequera en 1602, la visitó y la alabó como la “musa antequerana” o la “sibila de Antequera” en su Laurel de Apolo. En 1615 escribió su poema más famoso para celebrar la beatificación de Santa Teresa de Jesús, premiada en unas justas poéticas en Córdoba en 1616. Falleció el 16 de septiembre de 1646 y está sepultada en la parroquia de San Sebastián de su ciudad natal.

miércoles, 28 de octubre de 2020

Gabriela Mistral en Málaga

 

El día 17 de abril de 1934 llega a Málaga la poetisa chilena Gabriela Mistral para pronunciar una conferencia sobre su país en la Sociedad Económica, titulada “Breve descripción de Chile” y que sería publicada ese mismo año por la Universidad de Santiago de Chile.


Gabriela Mistral en su visita a Málaga.


Al día siguiente charla sobre México y la cultura hispanoamericana. En una entrevista publicada en 'El Popular', asegura que en Chile se conoce mejor la literatura clásica española que en España, así como a los escritores llamados del 98. De la nueva generación, Mistral muestra sus preferencias por Jarnés, Marichalar y Ramón Gómez de la Serna.


Gabriela Mistral, seudónimo de Lucila Godoy Alcayaga, nacida en la ciudad chilena de Vicuña el 7 de abril de 1889 y fallecida en Nueva York el10 de enero de 1957, fue una poeta, diplomática y pedagoga chilena. Por su trabajo poético, recibió el premio Nobel de Literatura en 1945, fue la primera mujer iberoamericana y la segunda persona latinoamericana en recibir un premio Nobel.


Nacida en una familia de recursos modestos, Mistral trabajó como profesora en diversas escuelas y se convirtió en una importante pensadora respecto al a importancia del papel de la educación pública. Participó en la reforma del sistema educativo mexicano y a partir de la década de 1920, Mistral tuvo una vida itinerante al trabajar como cónsul y representante en organismos internacionales en América y Europa.


Como poeta, es una de las figuras más relevantes de la literatura chilena y latinoamericana. Entre sus obras destacan Desolación, Tala y Lagar.