Mastodon Málaga y sus historias: salud mental
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lunes, 21 de junio de 2021

La crueldad sobre las mujeres en el manicomio de Málaga

 

Una investigación inédita desvela que mujeres sin problemas mentales, pero que no cumplían con los patrones sociales establecidos, fueron sometidas a tratamientos cruentos en el Manicomio Provincial de Málaga. Un trabajo que ha difundido la periodista Ana Tere Vázquez de la Cadena Ser en Málaga la pasada semana.


Pabellón 20 del Manicomio Provincial.


La citada información se basa en el trabajo de investigación realizado por la profesora de la Universidad de Málaga y psiquiatra malagueña, Celia García Díaz, que pone en evidencia las técnicas con las que fueron tratadas durante la primera mitad del siglo XX miles de mujeres en el Manicomio Provincial, el actual Hospital Civil de Málaga.


El estudio está basado en algo más de 800 historiales clínicos de pacientes ingresadas en el Pabellón 20 del Hospital Civil de Málaga, localizados en el Archivo de la Diputación de Málaga y en el fondo Pedro Ortiz Ramos del Archivo Universitario de Granada.


La sala 20 se abrió en 1909 como una institución de beneficencia , se clausuró en la década de los 80 "y se convirtió en un lugar de control de conductas de mujeres, muchas de ellas, menores, adolescentes, tras ser sorprendidas, por ejemplo, robando alimentos, otras estaban traumatizadas tras ser testigod de episodios violentos durante la Guerra Civil y otras habían sido victimas de denuncias familiares", según detalla García Díaz en una entrevista concedida a Ser Málaga.


Las mujeres eran sometidas a técnicas de tratamiento cruentas. "En ese pabellón era normal y estaba bastante extendido que se les inoculase malaria, una técnica utilizada en psiquiatría a principios del siglo XX, dando por hecho que mejorarían su salud mental, una vez superasen las altas fiebres que contraerían. También era habitual el tratamiento de electrochoque que recibían en el mismo pabellón, en sus mismas camas, y en presencia de todas sus compañeras , lo que les infligía un terror añadido difícil de imaginar. El tiempo medio de estancia de las pacientes era un mes y medio, según la documentación analizada ", según relató a la SER la citada profesora.


La tesis doctoral de Celia García Díaz "Mujeres, locura y psiquiatría: la sala 20 del Manicomio Provincial de Málaga ( 1909-1950)", dirigida por la profesora de Historia de la Ciencia de la UMA, Isabel Jiménez, actual vicerrectora de Igualdad, Diversidad y Acción Social, acaba de recibir el Premio Nacional a la Mejor Tesis de la Historia de Medicina 2020.

martes, 31 de diciembre de 2019

La reforma psiquiátrica

Una verja semejante a la de una prisión mexicana, pacientes descalzos y medio desnudos, gritos desgarradores, instalaciones feas y obsoletas, cuatro pabellones (20, 21, 27 y 31) y olor a suciedad. Es lo que se encontró Fabio Rivas, jefe del servicio de Psiquiatría de Carlos Haya, cuando llegó al manicomio de Málaga en 1980.

Hospital de Día de Salud Mental del Hospital Virgen de la Victoria de Málaga.
Una situación que motivó a un grupo de profesionales a poner en marcha una reforma psiquiátrica que humanizase la asistencia y procurase la integración de los pacientes.

Aunque hay que añadir que la reforma psiquiátrica, iniciada también en otros puntos de Andalucía, como Jaén y Sevilla, con su renombrado programa “Salta la verja” comenzó en medio de grandes dificultades en los años de la transición política y entró, poco después, en una fase de estancamiento o, en todo caso, de indefinición.

El cese del director de Los Prados, en Jaén, el histórico Enrique González Duro, la no renovación de contrato de su colega de Sevilla y el disgusto evidente del de Málaga ante la incomprensión de las autoridades socialistas dibujaron un panorama poco esperanzador para quienes creyeron que el cambio político consagraría una nueva concepción de la salud mental.

Casi cuarenta años después, el 11 de mayo de 2019, el mismo Fabio Rivas escribía en el diario SUR una tribuna titulada ¿Reformar la reforma psiquiátrica? En la que, entre otras muchas cosas, señala que “no todo se ha hecho bien y un impulso crítico y renovado debe ser bien avenido. Es cierto que desde el inicio de la reforma han cambiado muchas cosas y esto debe ser tenido en cuenta”.

En cualquier caso, es una palpable evidencia que la asistencia a la salud mental, cuarenta años después, no es en nada, afortunadamente, semejante a la heredada del franquismo. Y el mérito debe encontrarse en el aguerrido grupo de profesionales que desde varios puntos de Andalucía hicieron realidad casi un milagro.