Mastodon Málaga y sus historias: sequía
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jueves, 8 de agosto de 2019

La sequía y la presa del Limonero

En la primavera de 1983 se encienden las luces de alarma por la sequía. El descenso de reservas en los principales embalses oscila entre el veinticinco y el cincuenta por ciento.

Embalse de El Limonero.
Durante el año agrícola, las precipitaciones han sido de 280 litros, cuando el promedio con la referencia de treinta años, viene siendo de 570. En octubre, las reservas de los pantanos quedan reducidas al diez por ciento y la sequía es un hecho, aunque la entrada en funcionamiento de pozos paliará sus efectos.

En diciembre se prueban las compuertas de desagüe de la presa del Limonero, que ya almacena más de dos millones y medio de metros cúbicos de agua. Aunque la obra está terminada desde el mes de abril -con el propósito de defender la ciudad de las avenidas del Guadalmedina y reforzar el abastecimiento- el agua no será aprovechable hasta que no se complete con una estación depuradora.

lunes, 1 de abril de 2019

La peor sequía del siglo pasado

Después de cinco años sin lluvias significativas tras las trágicas inundaciones de 1989, la peor sequía del siglo afecta seriamente a la provincia durante el año 1995. El entonces ministro de Comercio y Turismo, Javier Gómez Navarro, afirmó que Málaga y la Costa del Sol necesitarían abastecerse con camiones cuba si la falta de lluvias se prolongaba. Las medidas puestas en marcha por las distintas administraciones entonces llegaron demasiado tarde para afrontar un periodo de sequía que ya arrastraba la provincia desde 1992.

Aspecto que presentaba el embalse del Conde del Guadalhorce.
En la capital, los cortes nocturnos aplicados desde enero se amplían a diez horas en septiembre. En otras localidades es peor. Sólo el ahorro de consumo y las obras de urgencia con una inversión de 19.500 millones, permitieron paliar las perspectivas desesperadas. Los cortes se sucedieron a lo largo de toda la provincia, aunque Fuengirola fue uno de los municipios que se llevó la peor parte de los efectos de un periodo seco que no parecía tener fin.

La situación en el campo fue desastrosa, los cítricos del Guadalhorce pierden casi tres cuartas partes de su producción, casi doscientos mil jornales y ochocientos mil árboles parecen irrecuperables. La conducción entre La Viñuela y Málaga, cuyo presupuesto de 2.500 millones lo convierte en la mayor obra de emergencia del país, dará lugar a enfrentamientos políticos y ciudadanos, como también los sondeos en la Sierra de las Nieves para extraer aguas subterráneas.

El año termina con dos meses de lluvias que tranquilizan a todos con la mayor pluviometría desde 1970.