El 15 de enero de 1951 se declara oficialmente en Málaga una epidemia de fiebre tifoidea, que causa 52 muertes y
afecta a tres mil personas.
Las autoridades sanitarias la definieron como un brote
epidémico originado por contaminación fecal, accidental y masiva, del
abastecimiento de agua potable en una zona que comprende y afecta,
aproximadamente, a la mitad de la población.
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El hacinamiento en los corralones aumentaba el contagio. Foto: Sur. |
La campaña de vacunación, principal medida adoptada, afectó
a 202.160 personas. El 24 de febrero se pusieron en marcha tres depuradoras por
cloro. Las autoridades locales intentaron mantener en silencio la existencia de
la epidemia para no afectar el tráfico comercial y turístico.
Pero no era la primera vez que el tifus sembraba el pánico
entre la población, sobre todo entre la más desfavorecida. En 1939 se produjo
otra epidemia que lleno los cementerios. La declaración oficial de la
enfermedad no se hizo hasta abril de 1941. Los contagios se mantuvieron hasta
1943, pero la mortalidad fue descendiendo con el paso de los meses. La mayoría
de los fallecimientos se registraron de abril a julio de 1941. En 1941 se
contabilizaron 437 defunciones, 47 en 1942 y seis en 1943.
Los malagueños vivieron años muy difíciles. El hambre y la
falta de alimentos eran la tónica predominante. A ello se unían la escasez de
viviendas, lo que favorecía el hacinamiento en corralones e incluso en cuevas, así
como la falta de medidas higiénicas.
Todos esos factores favorecían que el tifus se propagase con
celeridad. Por sexos, atacó más a los hombres que a las mujeres. La población
más afectada fue la que tenía de 30 a 59 años. Las clases pobres sufrieron más
la infección, consecuencia directa de su desnutrición y de tener las defensas
inmunológicas muy bajas.
Para contrarrestar la epidemia, el Ayuntamiento habilitó un hospital de infecciosos, abrió una estación
de desinsectación y limpieza, se entregaba ropa limpia, se desinfectó el
transporte público y se suspendió la Feria
de Agosto para tratar de disminuir los contagios.