Para
ello me he centrado en el trabajo publicado por el periodista Pedro
Luis Gómez en el diario Sur, el 13 de agosto de 2018, el
más documentado de los reportajes que he sido capaz de localizar y
del que haré uso, junto a otras fuentes documentales.
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Telefonistas enjuagándose y siendo fumigadas como medida preventiva. |
Entre
junio y julio de 1918 comenzó una extraña e inusual epidemia de
gripe que ya en los primeros días de agosto se había convertido en
un verdadero problema de salud que alertó a toda la población
malagueña. La denominada 'gripe española' tuvo sus primeros
indicios al final de la primavera y se prorrogó hasta el otoño. La
feroz epidemia se cobró la vida de más de 200.000 españoles y
millones de personas en todo el mundo.
En
Málaga,
aunque las cifras difieren según los estudios realizados al tener
escaso valor documental los registros de la
época,
hubo que lamentar 1.500 muertes, aunque en realidad pudieron ser
muchos más, ya que se puede multiplicar hasta por diez el
número de población afectada. La falta de una estadística
apropiada dificultó realizar un cálculo exacto.
Si
en el brote inicial las autoridades sanitarias reaccionaron con
cierta prontitud, en el segundo, el que se inició en otoño del
mismo año y que se prolongó hasta la primavera posterior,
las consecuencias fueron mucho más relevantes y devastadoras,
posiblemente porque tras la remisión del primer foco, los
responsables se confiaron en una normalidad que no existió.
La
llamada gripe española (1918-19) fue la peor pandemia que se
recuerda, incluso resultó más virulenta que la peste negra de 1349.
El brote, que al parecer surgió en Kansas (Estados
Unidos), se extendió rápidamente por todo el mundo con un
balance de al menos 50 millones de muertos. Como ya se ha dicho, a
España llegó en la primavera de 1918, con un reguero de
víctimas mortales, llegando a ocho millones de infectados.
El
término 'gripe
española'
se acuñó no porque la enfermedad surgiese en
España,
sino porque fue la nación que publicó más informaciones en la
prensa sobre la epidemia. España,
al ser un país neutral durante la Primera
Guerra Mundial,
no censuró las noticias que sobre la gripe aparecieron.
Las
naciones involucradas en la contienda bélica sí lo hicieron para
que no cundiese aún más el desánimo entre sus habitantes, ya de
por sí alarmados por el elevado número de vidas que se cobró el
conflicto. El movimiento continuo de tropas de un lugar a otro
favoreció la transmisión del virus gripal.
Próximo
capítulo: La
“gripe española” de 1918 en Málaga (II)
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