Mastodon Málaga y sus historias: gripe española
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viernes, 3 de abril de 2020

La “gripe española” de 1918 en Málaga (y V)

En esta última entrega sobre la pandemia de la ‘gripe española’, para cerrar la serie, se tratará de poner la misma en el contexto nacional e internacional.

La ‘gripe española’ mató entre 1918 y 1920 a cerca de 50 millones de personas en todo el mundo. Se desconoce la cifra exacta de la pandemia que era considerada, hasta ahora, la más devastadora de la historia. Un siglo después aún no se sabe cuál fue el origen de esta epidemia que no entendía de fronteras ni de clases sociales.

Hospital militar de emergencia durante la epidemia de gripe española. Camp Funston, Kansas, Estados Unidos.
Algunos investigadores afirman que empezó en Francia en 1916 o en China en 1917, aunque muchos estudios sitúan los primeros casos en la base militar de Fort Riley, Kansas (EE.UU.) el 4 de marzo de 1918.

Tras registrarse los primeros casos en Europa la gripe pasó a España. Un país neutral en la I Guerra Mundial que no censuró la publicación de los informes sobre la enfermedad y sus consecuencias a diferencia de los otros países centrados en el conflicto bélico.

Ser el único país que se hizo eco del problema provocó que la epidemia se conociese como la ‘gripe española’. Y a pesar de no ser el epicentro, España fue uno de los más afectados con 8 millones de personas infectadas y 300.000 personas fallecidas.

Esta denominación también se debió a los rumores de que la gripe fue provocada por agentes alemanes que introdujeron en conservas españolas bacilos patógenos. Esta ignorancia y la falta de cualquier información real durante los combates, reforzó el miedo, como recogió en su momento el periódico francés 'Libération'.

La Gran Guerra no fue la causa directa de la 'gripe española', pero sí que tuvo mucho que ver en su incidencia y propagación a lo que ayudó, no poco, la cercanía entre cuarteles, “la promiscuidad de los militares y los movimientos masivos tanto de tropas como de civiles debido al conflicto pudieron haber aumentado”, sentenciaba 'Libération'.

En esa línea, algunos investigadores vinculan el perfil de las víctimas con el arraigo del virus de la 'gripe española' en el frente, pues creyeron que los sistemas inmunológicos de los soldados se debilitaron por la tensión del combate y por las carencias alimenticias así como por la falta de higiene, lo que incrementaba las probabilidades de contraer el virus letal.

La censura y la falta de recursos evitaron investigar el foco letal del virus. Ahora se sabe que fue causado por un brote de ivirus A, del subtipo H1N1. A diferencia de otros virus que afectan básicamente a niños y ancianos, muchas de sus víctimas fueron jóvenes y adultos saludables entre 20 y 40 años, una franja de edad que probablemente no estuvo expuesta al virus durante su niñez y no contaba con inmunidad natural.

Fiebre elevada, dolor de oídos, cansancio corporal, diarreas y vómitos ocasionales eran los síntomas propios de esta enfermedad. La mayoría de las personas que fallecieron durante la pandemia sucumbieron a una neumonía bacteriana secundaria, ya que no había antibióticos disponibles.

Sin embargo, un grupo murió rápidamente después de la aparición de los primeros síntomas, a menudo con hemorragia pulmonar aguda masiva o con edema pulmonar, y con frecuencia en menos de cinco días.

En los cientos de autopsias realizadas en el año 1918 los hallazgos patológicos primarios se limitaban al árbol respiratorio por lo que los resultados se centraban en la insuficiencia respiratoria, sin evidenciar la circulación de un virus.

Al no haber protocolos sanitarios que seguir los pacientes se agolpaban en espacios reducidos y sin ventilación y los cuerpos en las morgues y los cementerios. Por aquel entonces se haría popular la máscara de tela y gasa con las que la población se sentía más tranquila, aunque fueran del todo inútiles. En el verano de 1920 el virus desapareció tal y como había llegado.

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jueves, 2 de abril de 2020

La “gripe española” de 1918 en Málaga (IV)

El capítulo anterior se centró en los centros sanitarios con los que contaba Málaga cuando se declaró la pandemia de ‘gripe española’ en el año 1918.

En este escenario el doctor Gálvez Ginachero fue pieza fundamental en la organización de la lucha contra la epidemia de 'gripe española' en Málaga, junto a un importante ramillete de médicos malagueños.

Doctor Gálvez Ginachero.
José Gálvez Ginachero era maestro de varias generaciones de médicos y cuya fama como ginecólogo ya había traspasado las fronteras locales hasta el punto de convertirse en el médico especialista de María Cristina de Habsburgo, madre de Alfonso XIII y por entonces reina regente. Por cierto, que el rey y el presidente del Gobierno, Manuel García Prieto, sufrieron en sus propias carnes los efectos de la gripe española, ya que resultaron contagiados.

Hay que recordar que en 1918, José Gálvez Ginachero no era aún director del centro hospitalario, cargo al que accedería en 1923. El director del Hospital Civil durante la época de la 'gripe española' fue Alfonso Hurtado Janer, quien se encontró con la epidemia un año después de haber sido designado para el cargo.

Fernando Ruiz de la Herranz lo sucedería en el puesto, pero dimitió a los 15 días, y fue entonces, en febrero de 1923 cuando se nombró director a Gálvez Ginachero.

Añadir, que según el académico de San Telmo Elías de Mateo, la ‘gripe española’ entró en Málaga por medio de la tripulación de dos buques de guerra.

Como datos curiosos señalar algunos consejos de la época para luchar contra la enfermedad que eran delirantes, como la recomendación de fumar, porque se creía que el humo podía matar la gripe, aspirina en dosis contraproducentes, elixires o aguas medicinales. Algunas marcas en 1918 usaban una estrategia publicitaria encaminada a obtener beneficios económicos. "Lo mejor para combatir la gripe: coñac Henri Garnier", "contra la gripe y el cólera... colchones grandes hechos de lana limpia".

También en la pandemia de 1918 se cerraron escuelas, cines y teatros. Comenzó a remitir en el verano del 19 debido a las políticas sanitarias y a la mutación genética natural del virus. Como dijo alguien no hay nada nuevo bajo el sol. Y en lo relativo a epidemias, menos aún, como estamos comprobando ahora.

Próximo capítulo: La “gripe española” de 1918 en Málaga (y V)

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miércoles, 1 de abril de 2020

La “gripe española” de 1918 en Málaga (III)

En el capítulo anterior se vieron los devastadores efectos de la ‘gripe española’ en Málaga debido a sus deficientes infraestructuras sanitarias y urbanas.

Para paliar esta difícil situación sanitaria, Málaga contaba con algunos hospitales que existen en la actualidad, como el de Santo Tomás, situado en el centro de la ciudad, junto a la Catedral, fundado en 1507 y reedificado entre 1888 y 1891, actualmente protegido y próxima residencia de estudiantes por decisión del Obispado, y otros que ya han desaparecido, como el Hospital Real de San Lázaro fundado en 1492 para atender a los enfermos de lepra, que fue demolido a principios del siglo XX y del que solo se conserva su templo.

Antiguo hospital de Santo Tomás.
Otra de las más antiguas instituciones benéficas de la ciudad que ha llegado hasta nuestros días, primero conocido como Hospital Real de la Caridad, creado por los Reyes Católicos en 1487, y después como Hospital Provincial de San Juan de Dios, y que hoy conocemos como Hospital Civil, fue el de mayor importancia de Málaga en esa época y sería la respuesta a las deficiencias que presentaba el antiguo de San Juan de Dios, ubicado en el centro de la población.

Auspiciado tanto por la Diputación Provincial, bajo cuya administración se encontraba el antiguo hospital, contó con el apoyo de la burguesía malagueña, como las familias Larios, Loring y Heredia. En su tiempo recibió los mayores elogios, así en el artículo publicado en el diario La Tribuna, en diciembre de 1918, se afirmaba que “El Hospital Provincial de Málaga puede conceptuarse, sin desviarnos un ápice de la verdad, como el mejor hospital de España, después del de Bilbao”.

También muy importante para la ciudad fue el Hospital Noble, fundado en 1870 por la familia Noble, en principio estaba administrado por una Junta de Damas, y destinado al socorro de los habitantes de la zona, y a los marinos de todas las nacionalidades.

En él se atendieron a los heridos de los sucesos de Melilla (1893), a los repatriados de Cuba y Filipinas (1898) y a los náufragos de la fragata Gneisenau (1900). Ambos eran los únicos centros sanitarios de la comarca malagueña y jugaron un importante papel en época de epidemias.

Próximo capítulo: La “gripe española” de 1918 en Málaga (IV)

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martes, 31 de marzo de 2020

La “gripe española” de 1918 en Málaga (II)

En el capítulo anterior se vio que la llamada ‘gripe española’ de 1918 mató a cerca de 1.500 malagueños. En Málaga, el virus atacó especialmente al proletariado y a los más desfavorecidos. La mala alimentación y la falta de higiene propiciaron que la infección originara más estragos.

Hospital civil de Málaga en 1918.
La atención de los enfermos se centralizó en el Hospital Civil. Los médicos se esforzaron por frenar el contagio, pero no pudieron evitar que la epidemia acabase con la vida de muchos malagueños. Las autoridades tardaron en reaccionar ante el segundo brote. Sólo ante el aumento de infectados se habilitó un presupuesto para hacer frente a la gripe, se imprimió un folleto con información para prevenir los contagios, se creó una policía sanitaria y hubo un catastro de afectados.

La profesora Silvia García Barrios, estudiosa de la historia del Hospital Civil y de la figura de José Gálvez Ginachero, describe la situación sanitaria en la Málaga de la época, resaltando que apenas había hospitales en la capital y en la provincia, que fue la principal causa de la elevada tasa de mortalidad existente, mayor a la media nacional.

El escaso abastecimiento de agua, deficiente alcantarillado, calles estrechas, inexistencia de arbolado, el hacinamiento de la población, la basura acumulada en la calles y las crisis económicas, hicieron que aumentara la mendicidad y la indigencia. Así se repiten los casos de epidemias, enfermedades como la viruela, el tifus, el paludismo, la triquinosis, la fiebre de Malta, la tuberculosis, gripe y las enfermedades infecciosas en general.

El continuo trasvase de población del campo a la ciudad agrava el gran problema existente de vivienda, por lo que la pandemia de gripe de los años 1918 y 1919, produce grandes estragos entre la población malagueña.

Próximo capítulo: La “gripe española” de 1918 en Málaga (III)

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lunes, 30 de marzo de 2020

La “gripe española” de 1918 en Málaga (I)

Durante esta semana, debido a las circunstancias que vivimos, voy a dedicar varias entradas de este blog a la llamada ‘gripe española’, la epidemia declarada en 1918, que mató a cerca de 1.500 malagueños y a cerca de 50 millones de personas en todo el mundo.

Para ello me he centrado en el trabajo publicado por el periodista Pedro Luis Gómez en el diario Sur, el 13 de agosto de 2018, el más documentado de los reportajes que he sido capaz de localizar y del que haré uso, junto a otras fuentes documentales.

Telefonistas enjuagándose y siendo fumigadas como medida preventiva.
Entre junio y julio de 1918 comenzó una extraña e inusual epidemia de gripe que ya en los primeros días de agosto se había convertido en un verdadero problema de salud que alertó a toda la población malagueña. La denominada 'gripe española' tuvo sus primeros indicios al final de la primavera y se prorrogó hasta el otoño. La feroz epidemia se cobró la vida de más de 200.000 españoles y millones de personas en todo el mundo.

En Málaga, aunque las cifras difieren según los estudios realizados al tener escaso valor documental los registros de la época, hubo que lamentar 1.500 muertes, aunque en realidad pudieron ser muchos más, ya que se puede multiplicar hasta por diez el número de población afectada. La falta de una estadística apropiada dificultó realizar un cálculo exacto.

Si en el brote inicial las autoridades sanitarias reaccionaron con cierta prontitud, en el segundo, el que se inició en otoño del mismo año y que se prolongó hasta la primavera posterior, las consecuencias fueron mucho más relevantes y devastadoras, posiblemente porque tras la remisión del primer foco, los responsables se confiaron en una normalidad que no existió.

La llamada gripe española (1918-19) fue la peor pandemia que se recuerda, incluso resultó más virulenta que la peste negra de 1349. El brote, que al parecer surgió en Kansas (Estados Unidos), se extendió rápidamente por todo el mundo con un balance de al menos 50 millones de muertos. Como ya se ha dicho, a España llegó en la primavera de 1918, con un reguero de víctimas mortales, llegando a ocho millones de infectados.

El término 'gripe española' se acuñó no porque la enfermedad surgiese en España, sino porque fue la nación que publicó más informaciones en la prensa sobre la epidemia. España, al ser un país neutral durante la Primera Guerra Mundial, no censuró las noticias que sobre la gripe aparecieron.

Las naciones involucradas en la contienda bélica sí lo hicieron para que no cundiese aún más el desánimo entre sus habitantes, ya de por sí alarmados por el elevado número de vidas que se cobró el conflicto. El movimiento continuo de tropas de un lugar a otro favoreció la transmisión del virus gripal.

Próximo capítulo: La “gripe española” de 1918 en Málaga (II)

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