Mastodon Málaga y sus historias: muertos
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martes, 2 de febrero de 2021

Cuatro muertos en el hundimiento en un hotel

 

Cuatro muertos y numerosos heridos heridos fue el balance de un hundimiento ocurrido a las diez de la mañana del 11 de agosto de 1971 en el hotel Riviera de Benalmádena-Costa.


Tres de las víctimas fueron sacadas en las labores de descombro y la otra falleció cuando era trasladada a un hospital malagueño. Los heridos recibieron asistencia en diversos centros sanitarios de Benalmádena, Torremolinos, Málaga y diversas casas de socorro.


Portadilla del diario ABC.


La parte derrumbada constituía un pabellón anexo al bloque del hotel por lo que no se afectaron las habitaciones de los huéspedes ni tampoco al comedor principal ni la la mayoría de los servicios propios de cualquier hotel.


El pabellón siniestrado, que constaba de dos plantas, estando la superior al nivel de la entrada principal, se habían instalado el vestíbulo, el bar, salones, comedor reservado y galería de tiendas y exposiciones. En la baja, servicios, como la cocina, comedor del personal y supermercado. Por otra parte, se llevaban a cabo obras en la cubierta, donde se construían unas pistas de tenis.


El número de muertos se elevó a cuatro, tres belgas y un suizo. A causa del ruido producido por los escombros que caían, los huéspedes que se encontraban en el hotel corrieron despavoridos abandonando el edificio. Hasta bien entrada la tarde no se permitió la entrada a ninguna persona como medida de prevención del peligro que pudiera sobrevenir.


La Audiencia Provincial de Málaga condenó en enero de 1977 al arquitecto y al aparejador a un año de prisión menor a cada uno, como autores de un delito de imprudencia temeraria por construir una pista de tenis sobre la terraza del Hotel Riviera cuyo hundimiento ocasionó la muerte a cuatro personas y heridas de gravedad a diez más, dos de las cuales quedaron con incapacidad absoluta. Asimismo, condenó a ambos profesionales de Málaga con la suspensión de todo cargo público, profesión, oficio y derecho de sufragio durante un año.


También se vieron obligados a indemnizar con quince millones de pesetas a la empresa propietaria del hotel siniestrado y por un total de 7.943.842 pesetas, a los familiares de las víctimas, a los heridos y perjudicados.

viernes, 3 de abril de 2020

La “gripe española” de 1918 en Málaga (y V)

En esta última entrega sobre la pandemia de la ‘gripe española’, para cerrar la serie, se tratará de poner la misma en el contexto nacional e internacional.

La ‘gripe española’ mató entre 1918 y 1920 a cerca de 50 millones de personas en todo el mundo. Se desconoce la cifra exacta de la pandemia que era considerada, hasta ahora, la más devastadora de la historia. Un siglo después aún no se sabe cuál fue el origen de esta epidemia que no entendía de fronteras ni de clases sociales.

Hospital militar de emergencia durante la epidemia de gripe española. Camp Funston, Kansas, Estados Unidos.
Algunos investigadores afirman que empezó en Francia en 1916 o en China en 1917, aunque muchos estudios sitúan los primeros casos en la base militar de Fort Riley, Kansas (EE.UU.) el 4 de marzo de 1918.

Tras registrarse los primeros casos en Europa la gripe pasó a España. Un país neutral en la I Guerra Mundial que no censuró la publicación de los informes sobre la enfermedad y sus consecuencias a diferencia de los otros países centrados en el conflicto bélico.

Ser el único país que se hizo eco del problema provocó que la epidemia se conociese como la ‘gripe española’. Y a pesar de no ser el epicentro, España fue uno de los más afectados con 8 millones de personas infectadas y 300.000 personas fallecidas.

Esta denominación también se debió a los rumores de que la gripe fue provocada por agentes alemanes que introdujeron en conservas españolas bacilos patógenos. Esta ignorancia y la falta de cualquier información real durante los combates, reforzó el miedo, como recogió en su momento el periódico francés 'Libération'.

La Gran Guerra no fue la causa directa de la 'gripe española', pero sí que tuvo mucho que ver en su incidencia y propagación a lo que ayudó, no poco, la cercanía entre cuarteles, “la promiscuidad de los militares y los movimientos masivos tanto de tropas como de civiles debido al conflicto pudieron haber aumentado”, sentenciaba 'Libération'.

En esa línea, algunos investigadores vinculan el perfil de las víctimas con el arraigo del virus de la 'gripe española' en el frente, pues creyeron que los sistemas inmunológicos de los soldados se debilitaron por la tensión del combate y por las carencias alimenticias así como por la falta de higiene, lo que incrementaba las probabilidades de contraer el virus letal.

La censura y la falta de recursos evitaron investigar el foco letal del virus. Ahora se sabe que fue causado por un brote de ivirus A, del subtipo H1N1. A diferencia de otros virus que afectan básicamente a niños y ancianos, muchas de sus víctimas fueron jóvenes y adultos saludables entre 20 y 40 años, una franja de edad que probablemente no estuvo expuesta al virus durante su niñez y no contaba con inmunidad natural.

Fiebre elevada, dolor de oídos, cansancio corporal, diarreas y vómitos ocasionales eran los síntomas propios de esta enfermedad. La mayoría de las personas que fallecieron durante la pandemia sucumbieron a una neumonía bacteriana secundaria, ya que no había antibióticos disponibles.

Sin embargo, un grupo murió rápidamente después de la aparición de los primeros síntomas, a menudo con hemorragia pulmonar aguda masiva o con edema pulmonar, y con frecuencia en menos de cinco días.

En los cientos de autopsias realizadas en el año 1918 los hallazgos patológicos primarios se limitaban al árbol respiratorio por lo que los resultados se centraban en la insuficiencia respiratoria, sin evidenciar la circulación de un virus.

Al no haber protocolos sanitarios que seguir los pacientes se agolpaban en espacios reducidos y sin ventilación y los cuerpos en las morgues y los cementerios. Por aquel entonces se haría popular la máscara de tela y gasa con las que la población se sentía más tranquila, aunque fueran del todo inútiles. En el verano de 1920 el virus desapareció tal y como había llegado.

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