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El malagueño Nacho Dean Mouliaá. |
Nacho
Dean cumplió
un sueño, 33.000 kilómetros andando, 31 países, 4 continentes.
Tres años que vivió acompañado de ‘Jimmy
Águila Libre’,
el carrito en el que transportaba sus enseres. Sufrió
atracos, fue
testigo de un atentado, sobrevivió a la fiebre chikungunya. Luego
escribió un
libro para contarlo. Un
libro que inició tres meses después de su regreso encerrado en un
hórreo rehabilitado de Cuitu
de Siero,
un pequeño pueblo de Asturias.
Nacho
Dean se
pulió doce pares de zapatillas y perdió ocho kilos de peso, para
cumplir su
sueño.
Un sueño de naturaleza, de vida, de experiencias. Le gusta viajar,
le gusta escribir, le gustan los deportes de riesgo y
la fotografía.
Una
de las últimas imágenes que colgó en la web en la que fue
narrando sus peripecias, fue la de la improvisada rueda de prensa que
ofreció en el kilómetro cero de la madrileña Puerta del Sol
el día de la llegada.
El
caminante malagueño respondió en cuclillas a las preguntas de los
periodistas, en el suelo. Como si no quisiera perder el pulso del
planeta. Su viaje contenía un mensaje, era una llamada de atención
ante la degradación del medioambiente que está generando nuestro
modo de vida.
Si
alguien está interesado en más detalles de la aventura los puede
encontrar en el libro Libre
y salvaje: La gran aventura de la vuelta al mundo a pie.
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