Mastodon Málaga y sus historias: Abusos con los libros de texto

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lunes, 24 de agosto de 2020

Abusos con los libros de texto


Corre el año 1909 y una inspección en el Instituto de Málaga, enclavado en la calle Gaona, revela una serie de irregularidades relacionadas con la imposición de libros de texto a precios abusivos.

El rector de la Universidad de Granada insiste al director del instituto en algunas reglas que deben ser respetadas, entre ellas que los textos se tienen que vender en librerías públicas y no en casas particulares de profesores o allegados; que no se puede llevar registro de los alumnos que adquieran o dejen de adquirir textos.

Patio del Instituto de Málaga.
Además, que no se deben proponer libros muy caros; no se considerarán nuevas ediciones aquéllas a las que se hagan pequeños añadidos y, por último, que no se puede pedir a los alumnos un adelanto por obras inconclusas.

Estas irregularidades conducen al nombramiento en agosto de 1909 de un comisario regio, Miguel de Mérida y Díaz, con facultad para suspender de empleo y sueldo a quienes incurran en abusos.

Detrás de la polémica había motivos ideológicos, ya que progresivamente la secularización de la enseñanza estaba ganando terreno al control de la Iglesia.

La creación del instituto data del año 1846, y a sus espaldas tiene toda una trayectoria rica en experiencias didácticas que han contribuido a educar a generaciones de malagueños que han ido pasando por sus aulas. Durante años fue el único espacio para las enseñanzas medias en la provincia. Hasta 1961 fue el único instituto de la ciudad.

El edificio comenzó a ser utilizado como centro de enseñanza como consecuencia de la desamortización eclesiástica del año 1836, que supuso la desaparición de la Congregación Filipense, hasta ese momento propietaria del inmueble. Diez años más tarde comenzaría a funcionar el que sería llamado el Instituto Provincial de Segunda Enseñanza en sus dependencias.

Destacar que numerosas personalidades pasaron por sus aulas, entre ellas, Denis Belgrano, Blas Infante, Pablo Picasso y Severo Ochoa, entre otros muchas. En la sesión del claustro del centro del 1 de diciembre de 1956, se decide dar al instituto una nueva denominación, que a partir de ese momento pasará a llamarse "Vicente Espinel".

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