Durante
las fiestas de agosto de
1910,
entre el 28 de este mes y el 1 de septiembre, se organiza el primer
Festival
Aéreo de Málaga.
Esta fue
la primera oportunidad en que los malagueños se pueden aproximar a
la vertiginosa y deslumbrante aeronavegación de la época, merced al
patrocinio del marqués
de
Larios y
de Juan
Ponce de León.
Avión modelo Farman. |
En
el entorno de las playas de la
Misericordia,
los famosos aviadores franceses Jullerot
y Mollien,
a bordo de un Farman
y un Bleriot
respectivamente, realizan las exhibiciones de ejercicios aéreos. De
director técnico de los vuelos ejerció el ingeniero Mole.
Se inicia así el lento camino que conduce a la creación de El
Rompedizo,
primer aeropuerto de la ciudad, en el siguiente decenio.
La
iniciativa provocó una inusitada expectación entre los malagueños.
Para el despegue y aterrizaje de los dos aviones se habilitó un
aeródromo en las inmediaciones de las
citadas
playas
de la Misericordia.
Se instalaron palcos, tribunas y sillas para que el público, previo
pago de la entrada, pudiese ver el vuelo de las aeronaves.
La
gente disfrutó de un espectáculo desconocido hasta entonces en la
ciudad. Las cantinas y puestos que se instalaron en el improvisado
aeródromo hicieron buenas ventas. Lo mejor de la sociedad malagueña
asistió a las exhibiciones.
Lo
rudimentarios que eran los aviones y los incipientes recursos con los
que contaban los aviadores provocaron que uno de los días del
festival el resultado no fuese el esperado. Así, el lunes 29 de
agosto, el monoplano realizó el programa previsto, pero no el
biplano. Una avería impidió que completase la demostración.
Despegó, pero en seguida tomó tierra, con la consiguiente protesta
del público que llenaba el recinto. Aunque
el resto de los días de desarrolló el programa previsto.
En
la edición de "El
Popular"
del jueves 1 de septiembre se leía
“¡Magnífico día el de ayer! Este sí que puede calificarse de
gran día de la aviación”. El citado diario recogía
que
el comité organizador de la semana de la aviación decidió
suspender los vuelos del jueves para que no restasen público a una
corrida de toros en La
Malagueta.
El
festival se reanudó el viernes 2 de septiembre, último día de las
exhibiciones aéreas. Fue una jornada pletórica. Las tribunas y
sillas ubicadas cerca de la pista estaban llenas de espectadores y miles de personas se congregaron en los alrededores del improvisado campo de aviación.
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