La
implantación del movimiento obrero crece a lo largo del siglo XX,
configurándose el perfil característico de la provincia de Málaga:
predominio anarquista en la ciudad, donde el socialugetismo avanza
lentamente; implantación socialista en el campo, con la creación de
la Federación Agrícola de Málaga en 1919, y debilidad del
sindicalismo católico, representado por la Federación
Católico-Agraria (1919).
Francisco Largo Caballero. |
La
conflictividad fue muy alta en todo el período, destacando
especialmente la primera década del siglo y los años del llamado
"trienio
bolchevique"
(1918-1920), para perder intensidad después, remitir durante la
dictadura
de
Miguel
Primo
de Rivera
y recobrar de nuevo fuerza a su término, en 1930.
La
tipología de los conflictos aunque refleje la persistencia de viejas
expresiones del malestar social como los motines contra los consumos
o el caciquismo estuvo dominada por el recurso a la huelga como
práctica más generalizada de lucha.
No
es una casualidad que en el período álgido de la conflictividad
coincidiesen la creación del somatén y del sindicalismo católico,
instrumentos defensivos de los propietarios, y que se endureciesen
las medidas represivas contra las organizaciones obreras.
En
este sentido, en
marzo de 1919, tras una intensa campaña propagandística para
fomentar la organización del campesinado, se celebra el congreso
constituyente de la Federación
Agrícola Provincial,
al que asisten Francisco
Largo
Caballero y
31 delegados de otros tantos municipios, con una propuesta de
integración en UGT.
Aunque
Antequera
se resistió, y de hecho más tarde se adhirió a la
CNT,
empieza a consolidarse la hegemonía rural del socialismo.
Málaga,
de este modo, contradice el dominio anarquista del campo andaluz, y
se convierte en un pilar de la futura Federación
Nacional de los Trabajadores de la Tierra
que se vertebrará en 1930 como rama sindical agraria de los
socialistas.
En
este congreso se demanda el estatuto del trabajador, mejoras
alimentarias, subidas de los retiros, petición de que tributen sólo
los rentistas, y se exige una amnistía política.
En
marzo
se crea también la Federación
Católica-Agraria de Málaga,
reflejo del movimiento asociacionista creciente en el campo, con la
presidencia de José
Gálvez Ginachero
e integrada en la Confederación
Nacional Católico-Agraria
(CNCA),que
comprendía 25 sindicatos, de los 4.000 que en octubre de dicho año
pertenecían a ésta en
todo el Estado.
El
10 de agosto se constituye la
Federación Comarcal de Málaga
de la CNT
y
el anarcosindicalismo en el medio rural empieza a tomar fuerza en la
provincia.
Según
diferentes estudios, en
positivo o negativo, la sociabilidad, las relaciones laborales y
personales, la vida cotidiana, estaban mediatizadas por sindicatos
que, entre sus fines, tenían el de evitar abusos como, por ejemplo, los sufridos
por campesinos de la Vega
de Málaga,
obligados
por
los administradores de las fincas que labraban a vender
la remolacha a determinadas fábricas.
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