La historia del espía Ricardo Sicre, español, pero nacionalizado norteamericano, es apasionante en todos los sentidos, aunque son muchos los que desconocerán su relación con Málaga a través de la fallida Operación Banana, de la que Sicre era el máximo responsable y cuya red de agentes fue desarticulada por los franquistas en Málaga lo que causó un hondo pesar a Sicre, quien pensaba que los Estados Unidos se esforzarían más por salvar a sus agentes españoles.
Ricardo Sicre. |
Es poco conocida la relación que mantuvieron la CIA, entonces OSS y el Partido Comunista Español a principios de los años cuarenta. El objetivo era colaborar en la ‘Operación Banana’ para sabotear y recabar información de las fuerzas franquistas. La operación se mantuvo hasta que los americanos cambiaron de opinión y decidieron dar su apoyo al general Franco.
En un principio, los aliados querían conocer hasta qué punto estaba implicado Franco con el Eje (Alemania, Japón e Italia). Los republicanos seleccionados tendrían que infiltrarse en España para informar sobre movimientos de tropas, lo que permitiría, en su caso, a los aliados anticiparse a una ofensiva contra sus ejércitos en el norte de África. Las misiones de los espías en cada ciudad recibieron nombres de frutas. En Barcelona, Operación Cereza; en Madrid, Limón; Cartagena, Naranja; Melilla, Albaricoque y Cádiz, Uva. Y en Málaga, Banana.
En el caso de la Operación Banana, en septiembre de 1943, Ricardo Sicre envió a tres agentes hacia España en un viaje a bordo de un barco francés. Francisco Bueno, uno de ellos, era de Málaga y conocía cada recoveco de la costa y tenía contactos sobre el terreno. Le acompañaban el comandante de tanques Jaime Pérez Tapia y el radiotelegrafista Manuel Lozar. Desembarcaron con armas, una nueva radio y 50.000 pesetas , que entregaron a los responsables del PCE. Durante dos meses, los espías en territorio español se dedicaron a obtener y transmitir información.
Pero surgió otro contratiempo, los ingleses, por medio de su embajador en Madrid, sir Samuel Hoare, habían desarrollado otros planes para España. Por medio de una red de sobornos a los generales de Franco, pretendían asegurarse la neutralidad española sin necesidad de intervenir. La Operación Banana podría poner en riesgo todos sus planes. No querían oír nada de agentes infiltrados. Con la neutralidad de España, la guerra finalmente no pasaría por la península.
En marzo de 1944, la Brigada Político-Social, a través de un delator infiltrado, Antonio Rodríguez López el Chato, los miembros de la misión son arrestados. Tras los interrogatorios, cayeron doscientas personas involucradas. Los aliados se lavaron las manos.
Añadir que antes de las detenciones el malagueño Francisco Bueno presintió que algo iba mal. Como cada noche, fue a ver a su mujer a casa del padre de esta, en Málaga. Una cortina de la vivienda estaba corrida y la luz encendida: señal de peligro. Emprendió la huida. Pero la Brigada Político-Social detuvo a su esposa y a su suegro: les condenaron a 15 años de cárcel y a pena de muerte, respectivamente. Al final cumplirían 2 y 12 años de prisión tras la revisión de sus condenas.
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