En los años 20 y 30, junto con los primeros establecimientos hoteleros como el Parador de Montemar o el Castillo del Inglés, ahora hotel residencia Santa Clara, algunas familias acaudaladas eligieron Torremolinos como segunda residencia. Allí se levantaron casas y edificios, algunos de las cuales presentan un interés arquitectónico singular, como la de la familia Navajas, junto al Bajondillo, o la de Huerta del Rincón, en la Carihuela, ésta última de propiedad privada. La Casa de los Navajas está muy cerca de la playa del Bajondillo y se puede acceder por la calle del mismo nombre o por la vía Las Mercedes.
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Casa de los Navajas. |
Se construyó en 1925 y perteneció a la familia Luque-Navajas, vinculada al negocio de la caña de azúcar, fructífero entonces en la desembocadura del río Guadalhorce. Esta industria se vio favorecida con el riego que implicaba la traída de aguas a Málaga, magna obra de ingeniera que desvió el líquido que se movía a los molinos de Torremolinos para llevarlo hasta la capital, y colaborar así con su modernización.
El palacio, de estilo neomudéjar y con retoques mozárabes, cuenta con dos plantas. En la primera planta, que en su momento fue la destinada a la vivienda familiar, se encuentra un amplio vestíbulo y varias habitaciones. La segunda planta fue concebida como mirador con dos torres que permiten admirar la bahía de Málaga.
De la decoración exterior de la casa destaca el uso de azulejos sevillanos con motivos geométricos y la representación en la fachada principal de una alegoría de las cuatro estaciones, aunque en este caso y dado lo benigno del tiempo de la Costa del Sol no representaron el invierno. En los miradores se encuentran pequeños azulejos de escenas costumbristas. En el interior existen marcos y yeserías y otros elementos decorativos de inspiración romántica islámica.
Tras la declaración por parte de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía como Edificio de Interés Histórico en 1991, el Ayuntamiento adquirió el palacete en el año 2000, con la condición de que la última de las hijas de Antonio Navajas siguiera habitando allí tres años más. Años después en 2011 el gobierno municipal decidió comenzar las obras de restauración del palacete, lo que frenó el deterioro del edificio. Este volvió a abrir sus puertas en octubre de 2014. En su rehabilitación se habilitó una gran sala para celebrar bodas civiles. Junto a las bodas también se realizan allí otras ceremonias oficiales. También acoge además diversas exposiciones, conciertos y teatro, por lo que se ha convertido en un edificio histórico de visita obligada en Torremolinos.
Lo nonozco y me encanta. Una maravilla de edificio.
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