La fábrica de ladrillos, cuyos terrenos darán lugar a un parque comercial, cuya construcción se ha visto envuelto en la polémica, echó el cierre en marzo de 2011 tras casi siete décadas siendo protagonista del desarrollo urbanístico de Málaga.
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Fábrica de ladrillos. |
La antigua fábrica de ladrillos Salyt, situada al norte de la avenida Valle Inclán, en el barrio de Granja Suárez, tenía el fin primordial de dedicarse a la industria de la construcción en todos sus aspectos y en especial a la construcción de ladrillos, tejas o cualquier otra clase de materia cerámica y de carpintería, tanto para la construcción como para otros usos. Fue una de las últimas industrias de Málaga que ha alimentado de material de construcción a la provincia durante 70 años,
La fábrica se abrió a la producción de ladrillos en los años 40, en un yacimiento arcilloso junto a la ronda de Málaga. Durante sus últimos años ha pertenecido a las empresas Miramar y Edipsa, que se nutrieron de su producción para sus realizar sus promociones inmobiliarias, además de vender material a otras empresas.
Unos terrenos que han protagonizado un debate durante años con la posibilidad de ubicar en los mismos diferentes proyectos y usos, aunque finalmente se optó por su derribo y la citada construcción de un centro comercial.
En este sentido, el grupo municipal de Unidas Podemos denunció el derribo, en la primera quincena del presente mes de mayo, de la chimenea industrial de la antigua fábrica, la única en Málaga que contaba con horno Hoffman.
La concejala de Unidas Podemos, Remedios Ramos, mostró entonces su "total indignación" por este derribo y resaltó el "nulo interés que tiene el alcalde, Francisco de la Torre, por preservar nuestro patrimonio, que estaba obligado a proteger".
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