Mastodon Málaga y sus historias: Los comerciantes extranjeros

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lunes, 27 de mayo de 2024

Los comerciantes extranjeros

 

Desde las primeras décadas del siglo XVIII el "Comercio de Málaga" estuvo controlado por comerciantes de origen extranjero de tal manera que hacia 1740 la situación prepotente de la colonia mercantil extranjera había cristalizado en otra organización particular denominada "Comercio Marítimo".


El puerto de Málaga era el centro de la actividad comercial.


Se trataba de una asociación entre las Casas extranjeras que controlaban el comercio exterior. De forma corporativa pretendían salvaguardar sus intereses económicos, celebraban juntas privadas que escapaban al control de las autoridades e incluso pagaban un tanto sobre las mercancías exportadas a fin de crear un fondo común que les permitiera hacer frente a gastos eventuales.

En 1776, muy pocas compañías estaban en vías de españolización y en muy pocas se había dado paso a empleados españoles ya que como socios estos últimos estaban totalmente ausentes. Por el contrario varias de las compañías manifestaban su fuerte vinculación con intereses exteriores ya que algunos de sus asociados se declaraban ausentes en el momento de efectuar la declaración.

Es el caso de "Macnamara Terry y Power", "Freyer Oesting y Cía", "Juan Guillermo Schultz y Cía", "Juan Menvielle, Westertron y Cía", "Fulck hijos y Lovelace" y "Francisco Aiskel".

El grupo de comerciantes de religión distinta a la católica romana eran frecuentes en las compañías en las que los socios se declaraban tanto católicos como protestantes, o que siendo de mayoría católica o protestante tenían entre sus empleados a personas de religión diferente.

Esta muestra de tolerancia se daba, entre otras, en las compañías "Witemberg, Lamair y Riecke", Kirckpatrick, Escott, Grivegnie y Cía", "Clenze Hoppe y Cía", "Freyer, Oesting y Cía", “Juan de Menvielle, Westertron y Cía", 'Juan Marsch" "Fulck hijos y Lovelace", "Tomás Ronan" y "Francisco Aiskel".

Resulta cuanto menos curioso comprobar como los socios de algunas de estas compañías, caso de los Witemberg, estaban ya plenamente integrados entre las élites de la sociedad malagueña en 1776 y habían adoptado algunas de sus más rancias costumbres.

A este respecto, citar entre las más llamativas, las carreras eclesiásticas seguidas por algunos de sus miembros en sucesivas generaciones o el ingreso de algunas de las mujeres de la familia en los conventos de la ciudad

Fuente documental: Los comerciantes extranjeros de Málaga en 1976. Culminación de una instalación secular. Begoña Villar García. Universidad de Málaga

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