A mediados de siglo XVII, aún la nobleza representaba el 0,7 por ciento de la población y aunque cualitativamente no tenía una gran representatividad, si era significativa desde el punto de vista cuantitativo. En Málaga vivían 33 nobles, 17 marqueses, 14 condes y 2 vizcondes; siendo los más ilustres el conde de Fuensalida y Casapalma, el conde de Miraflores de los Ángeles y el conde de Villalcázar y Sirga. Sus posesiones estaban compuestas por propiedades de tierra y fincas urbanas; por lo tanto el poder político estaba unido con el económico.
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Escudo de armas de los condes de Buenavista. |
Esta nobleza era particularmente religiosa y consideraba que tenía la necesidad moral de llevar a cabo fundaciones piadosas que su posición social y económico le requería. Para este fin el noble se erige patrono de un convento, cofradía o institución religiosa. Para llevar a cabo cualquier fundación, había que acogerse a las normas expuestas en las Actas Sinodales redactadas en el sínodo convocado por el obispo de Málaga, Alonso Enríquez de Guzmán y de Orozco en el año 1649. Una vez reunidas las exigencias necesarias, el noble, con el título de patrono se hacía protector de la institución, haciéndose cargo de los costes a través de la autorización de una renta fija.
La mayoría de las veces esta vinculación las hacía sobre un mayorazgo que ya tenía y que eran destinados al mantenimiento de la institución con carácter hereditario, así mismo los destinos de una fundación religiosa, quedaran unidos a una familia nobiliaria, exigiéndole una serie de responsabilidades y derechos sobre la institución.
Se podía organizar dentro de este estamento una primera clasificación que iba unida al grado de poder y riqueza de cada uno de sus miembros, formándose dos grupos, la Alta Nobleza y la Baja Nobleza. La alta nobleza estaba compuesta por las familias más importantes hereditarias, Grandes y títulos, cuya autoridad se extendía por todo el reino y principalmente en la corte. La baja nobleza tenía escasa relevancia, su cercanía con la burguesía más importante de la zona facilitó que en ocasiones ambas se unieran aumentando con ello el poder del estamento de la nobleza.
Fuente documental: Sociología de la vivienda pública y privada en Málaga en el siglo XVIII. Juan Fernández López Fernández. Universidad de Málaga, 2015
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