Esta fundición abrió sus puertas en 1840 y estuvo abierta 80 años, de 1840 a 1920, después de la I Guerra Mundial. Enclavada en El Perchel, junto a la desembocadura del Guadalmedina, en la actual calle Plaza de Toros Vieja (por entonces, Fontana del Carmen). En la década de los 70 del XIX amplió sus instalaciones hasta contar con 10.000 metros cuadrados, ya en terrenos de las playas de San Andrés.
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Prensa de tornillo Trigueros. |
Esta empresa estuvo reconocida por diversos premios y distinciones. La familia Trigueros siguió una política de permanente renovación tecnológica, como por ejemplo, que en 1870 dispusiera de una máquina a vapor vertical dotada de una bomba rotatoria Destriz, especialmente adecuada a los hornos de fundición. A partir de principios del siglo XX se especializa en molinos de aceite movidos por motores eléctricos, vapor o caballería, molinos hidráulicos, norias, bombas y calderas. Contó como fuente principal de suministro de hierro con los vecinos altos hornos de La Constancia, los fundados por Manuel Agustín Heredia.
En la década de los 40 fabrica cerraduras y máquinas de precisión como balanzas y pesas y 30 años más tarde, cuando la firma se llamaba Tomás Trigueros e Hijo, de la fundición salen máquinas de vapor fijas y locomóviles (para el cultivo de cañas de azúcar), así como todo tipo de máquinas para la fabricación de azúcares, alcoholes, chocolates y fideos, pero también prensas hidráulicas, de husillo y palanca, molinos trituradores y aparatos para la fabricación de aceite y vino.
Fuente documental: Web Lagares y cortijos. El regreso de la Fundición Trigueros. Alfonso Vázquez. Diario La Opinión, 4 de enero de 2015
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