Mastodon Málaga y sus historias: fundición
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lunes, 3 de marzo de 2025

Fundición Trigueros

 

Esta fundición abrió sus puertas en 1840 y estuvo abierta 80 años, de 1840 a 1920, después de la I Guerra Mundial. Enclavada en El Perchel, junto a la desembocadura del Guadalmedina, en la actual calle Plaza de Toros Vieja (por entonces, Fontana del Carmen). En la década de los 70 del XIX amplió sus instalaciones hasta contar con 10.000 metros cuadrados, ya en terrenos de las playas de San Andrés.


Prensa de tornillo Trigueros.


Esta empresa estuvo reconocida por diversos premios y distinciones. La familia Trigueros siguió una política de permanente renovación tecnológica, como por ejemplo, que en 1870 dispusiera de una máquina a vapor vertical dotada de una bomba rotatoria Destriz, especialmente adecuada a los hornos de fundición. A partir de principios del siglo XX se especializa en molinos de aceite movidos por motores eléctricos, vapor o caballería, molinos hidráulicos, norias, bombas y calderas. Contó como fuente principal de suministro de hierro con los vecinos altos hornos de La Constancia, los fundados por Manuel Agustín Heredia.

En la década de los 40 fabrica cerraduras y máquinas de precisión como balanzas y pesas y 30 años más tarde, cuando la firma se llamaba Tomás Trigueros e Hijo, de la fundición salen máquinas de vapor fijas y locomóviles (para el cultivo de cañas de azúcar), así como todo tipo de máquinas para la fabricación de azúcares, alcoholes, chocolates y fideos, pero también prensas hidráulicas, de husillo y palanca, molinos trituradores y aparatos para la fabricación de aceite y vino.

Fuente documental: Web Lagares y cortijos. El regreso de la Fundición Trigueros. Alfonso Vázquez. Diario La Opinión, 4 de enero de 2015

jueves, 3 de octubre de 2024

Altos Hornos de la Concepción

 

Los restos de los altos hornos de la Concepción, que se encuentran en estado de semirruina, están dentro de la finca privada del mismo nombre. La finca La Concepción se encuentra situada en la margen derecha del río Verde, a uso 3 kilómetros al noreste de Marbella, en dirección a la carretera de Ojén.


Restos de la fundición marbellí.


Hacia 1837 la fábrica de Marbella contaba con dos altos hornos, uno de 2,40 metros de diámetro en el vientre y 13,20 metros de altura y otro con 3 metros de diámetro en vientre e igual altura que el anterior.

Además contaba con otro de reserva de 2,70 metros de diámetros en vientre y 11,40 metros de altura. Insuflaban aire a estos hornos dos máquinas hidráulicas. Contaba entonces con 30 operarios para los hornos y las máquinas. El mineral procedía de dos minas cercanas que se explotaban a cielo abierto, el Peñon y el Peñoncillo.

Los altos hornos de La Concepción mantienen gran parte del recinto que rodeaba al conjunto industrial, un almacén y, sobre todo, los antiguos altos hornos de la fundición, aunque en estado ruinoso.

La pérdida de su competitividad, tras no pocos esfuerzos de Manuel Agustín Heredia por mantenerlos en activo, obligaron a su cierre en 1884. Tras su reapertura por parte de un grupo industrial belga, unos años más tarde, volvieron a la actividad si bien, su cierre definitivo se produciría en 1926.

En 2001 estos restos fueron incluidos en la lista de los principales bienes del Patrimonio Industrial español.

jueves, 23 de mayo de 2024

La fundición Martos y Cia

 

La Sociedad Martos y Compañía fue constituida en Málaga el día once de noviembre de 1903, ante el notario Francisco Villarejo. Fue una sociedad mercantil colectiva propietaria de una fábrica dedicada a la fundición y también a la distribución de energía eléctrica denominada La Constructora Andaluza, compuesta por tres socios: Benítez Pérez, marinero e ingeniero electricista; Francisco Montilla Cabello de Oropesa, empleado y José de Martos Roca, ingeniero.


Puente de los Alemanes.


La sociedad tuvo un capital inicial de 105.000 pesetas a dividir entre cada uno de los socios y en principio tendría una duración de 20 años, con lo que en 1923 se consideraría extinguida.

El domicilio de dicha sociedad se situó se situó en el número 28 del Paseo de los Tilos, zona industrial malagueña donde justo al lado se ubicaría años más tarde Metalúrgica S.A, empresa que se dedicaba a la fabricación de tuberías, zapatas y cilindros.

La sociedad Martos y Compañía sería la encargada de construir el Puente de Los Alemanes o Santo Domingo según el proyecto presentado por el Consulado Alemán, que fue aprobado el 12 de agosto de 1908. Las obras comenzaron el 31 de agosto de 1909 y después de tres meses y medio, el 16 de diciembre, aniversario de la catástrofe de la Gneisenau, el puente fue entregado a la ciudad.

jueves, 4 de abril de 2024

La fundición La Esperanza

 

La fundición La Esperanza, fundada por el inglés Ruperto Heaton y asociado con Bradbury, abrió sus puertas en 1870 y no cerró hasta los años sesenta del siglo XX. Estaba ubicada en el barrio de Huelin en un llano próximo al sector de la actual calle Princesa.


Anuncio publicitario de la fábrica de Heaton.

La presencia de la familia Heaton en Málaga, procedente de Bolton (Gran Bretaña), se remonta a las primeras décadas del siglo XIX, cuando el primer Ruperto Heaton, ingeniero industrial de profesión, atraído por la pujanza que registraba Málaga en las décadas cincuenta y sesenta del siglo XIX, decide instalarse en la capital malagueña.

Desde sus inicios los citados talleres se especializaron en la fabricación de molinos aceiteros, fábricas de extracción de aceites de orujo y refinerías de aceites, con el objeto de cubrir la fuente demanda que se está produciendo en los molinos aceiteros, provocada por la necesidad de producir un aceite de gran calidad apto para el consumo humano, tanto por parte del mercado nacional como internacional. Por estas fechas consiguen registrar distintas patentes de su invención.

Además en La Esperanza se fabricaban máquinas de vapor, calderas horizontales y verticales y bombas de vapor con acción directa de doble efecto.

A mediados de la década de los ochenta, separado ya de su socio, aparece en la publicidad de la época como La Esperanza de Ruperto Heaton.

Durante los años de la Guerra Civil, la factoría fue militarizada, dedicando la producción a proyectiles de mortero de mediano calibre. Tras su cierre en los años 60 del siglo XX sus naves fueron alquiladas a los talleres Taillefer.

viernes, 26 de enero de 2024

Fundición Ramírez y Pedrosa

 

La fundición Ramírez y Pedrosa, fue creada en Málaga el día 24 de mayo de 1916 por Cayetano Ramírez Ballesteros y Rafael Pedrosa García, en la calle Ferrocarril del Puerto número 4 que eran dos antiguos maestros de Taller de la histórica fundición malagueña de Tomás Trigueros.


Chimenea de la fundición Ramírez y Pedrosa.


Desde sus inicios, se especializó en la construcción de maquinaria de todas clases y en la explotación del negocio del hierro y bronce, así como todo lo concerniente al ramo de la calderería.

Destacó en la fabricación de equipos completos para fábricas aceiteras y maquinarias para lagares, muy en consonancia con el auge del sector agroalimentario en aquellas fechas. A partir de 1928, la firma queda en manos de Cayetano Ramírez Ballesteros, quien afrontó la nueva etapa especializándose en la forja construcción y reparación de calderas e instalaciones de vapor.

De sus talleres salieron gran número de fábricas de aceite que llegaron a estar repartidas por toda la geografía de Málaga y Andalucía. En sus mejores años, décadas de los 60 y 70 del siglo XX, contaban con más de cincuenta trabajadores de plantilla.

En su última etapa estuvo al frente del negocio José Luis Ramírez Gallego, nieto del fundador. Su actividad cesó en 1998. La chimenea es el único elemento que queda en pie de este establecimiento. Es de base cuadrada y llega a alcanzar un total de 11’5 metros. Está incluida en el Catálogo de Chimeneas Protegidas de la ciudad de Málaga, elaborado por la gerencia de urbanismo del Ayuntamiento de Málaga.

jueves, 2 de marzo de 2023

La fundición de plomo de Los Guindos

 

La empresa minero-metalúrgica Los Guindos, ubicada en La Carolina (Jaén), decidió la construcción de una importante fundición en Málaga que, diseñada por el ingeniero alemán barón Félix Von Schlippenbach, fue inaugurada en 1924 por general Primo de Rivera en una visita a la ciudad.


Péndulo situado en la base de la chimenea.


La fábrica situada en calle Pacifico, junto a la playa de La Misericordia, disponía de una chimenea con 100 metros de altura, un gran horno de fusión, otros de refinación, hornos de copela para obtener plata, y una plantilla que llegó al número de 500 trabajadores que formaron un núcleo urbano junto a la fábrica con escuelas, ambulatorio y economato propio. El proyecto de la fábrica y las viviendas de los obreros fueron obra de Strachan.

De todo el complejo industrial destacaba la chimenea de la fábrica, conocida como chimenea de los Guindos o Torre Mónica. La base de la chimenea es bastante resistente y sus cimientos tienen una profundidad de ocho metros debido a la cercanía con la playa y la humedad. Los datos técnicos de la chimenea, indican que tiene una altura sobre el nivel del mar de 100'50 metros, una longitud de 96 metros, un diámetro en la base de 8 metros y 4 en la coronación. Su función consistía en trasladar los gases tóxicos de la fábrica a zonas más altas de la atmósfera.

El mineral de plomo era transportado por ferrocarril desde la mina Los Guindos por un cable aéreo hasta un apartadero industrial situado en La Carolina. De ahí se empleaba la desaparecida línea La Carolina-Linares, y desde Linares a Málaga. Para facilitar la comunicación con el puerto de Málaga para importaciones y exportaciones existía también un ramal al puerto malagueño.

Su época de mejor rendimiento fue durante los años 1950. La demanda de plomo cayó bruscamente en los años 1970 y la fábrica fue clausurada el 15 de noviembre de 1979, se demolió pero la chimenea quedó como símbolo de la industria malagueña, al igual que ha sucedido con la chimenea de la central térmica de La Misericordia o la chimenea de la Málaga Electricity Company.

El sobrenombre popular de Torre Mónica se debe a un grafiti de 1993 con la inscripción de Mónica, eliminado en 2007 durante los trabajos de restauración de la chimenea, que estaba en grave deterioro, y fue cuando se colocó un péndulo en su base para detectar seísmos o cambios en la estructura de la torre.

lunes, 30 de enero de 2023

La fábrica Vers

 

La fábrica de la Sociedad Anónima Vers, que se inauguró en el año 1923 y que concluyó su actividad en marzo de 1975, se dedicaba, como actividad principal, a la elaboración de piezas metálicas para maquinaria y vagones ferroviarios de la compañía RENFE. Estaba situada en la barriada de Huelin, entre la calle La Hoz y la playa de San Andres, cerca de la Industria Malagueña, empresa textil fundada en Málaga en 1846 por las familias Heredia y Larios.


Vista general de la fábrica Vers.


La fábrica, que ocupaba una superficie de 86.000 metros cuadrados y contaba con varios hornos de fundición, vino a suplir el vacío que dejo la compañía de Altos Hornos de Andalucía. En sus talleres tenía, entre otras especialidades, las construcciones mecánicas y metálicas, calderería, fundición de hierro corriente, especial y resistente a los ácidos, aceros al horno eléctrico y piezas moldeadas. Posteriormente, gracias al éxito de la compañía los dueños construyeron otra factoría en Villaverde Bajo (Madrid).

La empresa, que llegó a contar con 1500 trabajadores, aunque cuando se produjo su cierre solo quedaban 106, durante la Guerra Civil adaptó sus instalaciones para la fabricación de material bélico.

Como ya se ha reseñado, la fábrica malagueña trabajaba principalmente para la RENFE, llegó a fabricar unos 300 vagones de mercancías y 14 vagones de viajeros. A raíz del Plan de Estabilización de 1959, se reestructura la compañía ferroviaria, que decidió asumir sus propias reparaciones, lo que significó el declive de la compañía, que pese a tener otros importantes clientes como las azucareras y cementeras, no consiguió mantenerse y tras varios expedientes de crisis, tuvo que optar por el cierre.

El martes 12 de agosto de 2009, 35 años después del cierre de la fábrica, antiguos trabajadores de aquella fábrica se reencontraron. El cierre de los talleres había supuesto un duro mazazo para todos los empleados, que se quedaron en la calle.