Mastodon Málaga y sus historias: altos hornos
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jueves, 3 de octubre de 2024

Altos Hornos de la Concepción

 

Los restos de los altos hornos de la Concepción, que se encuentran en estado de semirruina, están dentro de la finca privada del mismo nombre. La finca La Concepción se encuentra situada en la margen derecha del río Verde, a uso 3 kilómetros al noreste de Marbella, en dirección a la carretera de Ojén.


Restos de la fundición marbellí.


Hacia 1837 la fábrica de Marbella contaba con dos altos hornos, uno de 2,40 metros de diámetro en el vientre y 13,20 metros de altura y otro con 3 metros de diámetro en vientre e igual altura que el anterior.

Además contaba con otro de reserva de 2,70 metros de diámetros en vientre y 11,40 metros de altura. Insuflaban aire a estos hornos dos máquinas hidráulicas. Contaba entonces con 30 operarios para los hornos y las máquinas. El mineral procedía de dos minas cercanas que se explotaban a cielo abierto, el Peñon y el Peñoncillo.

Los altos hornos de La Concepción mantienen gran parte del recinto que rodeaba al conjunto industrial, un almacén y, sobre todo, los antiguos altos hornos de la fundición, aunque en estado ruinoso.

La pérdida de su competitividad, tras no pocos esfuerzos de Manuel Agustín Heredia por mantenerlos en activo, obligaron a su cierre en 1884. Tras su reapertura por parte de un grupo industrial belga, unos años más tarde, volvieron a la actividad si bien, su cierre definitivo se produciría en 1926.

En 2001 estos restos fueron incluidos en la lista de los principales bienes del Patrimonio Industrial español.

martes, 13 de abril de 2021

La Ferrería del Ángel

 

El año 1831 empezaba a andar en Marbella la 'Ferrería del Ángel', pronto conocida como la 'Fábrica de Abajo', que junto con la 'Ferrería de Nuestra Señora de la Concepción', 'Fábrica de Arriba', conformaron la industria siderúrgica en la citada localidad de la Costa del Sol.


Mina del Peñoncillo en Marbella.


La dureza del mineral de hierro de las minas de la zona del Peñoncillo, propiedad de Manuel Agustín Heredia, que precisaba de altas temperaturas para su fundición, propició la construcción de los primeros altos hornos civiles de España en Marbella y, aún así, hubo de desdoblarse la producción, quedando las ferrerías de río Verde para la fundición del metal y las que se crearon en Málaga para su afino con carbón mineral, de más poder calórico que el vegetal y que resultaba económicamente más rentable poner en el puerto de Málaga que su transporte a Marbella.


Una empresa que, por otra parte, no estuvo exenta de problemas ya que 1858 en la ‘Ferrería del Ángel’ estalló un horno de fundición, resultando varios obreros heridos, dos de ellos de gravedad.


Mientras duraron las guerras Carlistas en el norte de España, no hubo impedimentos para el crecimiento de estas factorías pero, una vez acabado el conflicto, el nulo interés gubernamental en facilitar la llegada de carbón mineral, unido a diversas circunstancias más, abocó al fin de la industria metalúrgica malagueña.


El año 1862 cerró la 'Fábrica de Abajo', que pasó a manos de Guillermo Malcolm en 1869 quien, cinco años después, la vendió al hacendado marbelllí Tomás Domínguez Artola, que instaló en la propiedad una fábrica de harinas, aunque no debió resultarle muy rentable puesto que se desprendió de ella en 1877.


Las leyes desamortizadoras primero y las de fomento de la agricultura, después, fueron los instrumentos administrativos para la puesta en aprovechamiento de tierras que nada, o poco, producían, e intentar solucionar los problemas estructurales de la agricultura española, principalmente la excesiva división de la propiedad y la escasa población. Así, en 1868, se promulgó la Ley de Colonias Agrícolas con una serie de incentivos, tanto para los propietarios como para los colonos que se asentaran en esas colonias.


Con el ánimo de acogerse a los beneficios de dicha ley, el malagueño Pedro López Ortiz compró la finca 'Cerca de río Verde', y José Martínez y Martínez de Pinillos, oriundo de Extremadura, la conocida como 'Martinete del Ángel', en el año 1877. Ambos constituyeron, en 1879, la Sociedad Colonia del Ángel y solicitaron acogerse a esos beneficios, que se les concedieron un año después. Rápidamente comenzaron a adquirir diversos terrenos al objeto de aumentar la superficie de la colonia.


martes, 21 de julio de 2020

Reinauguración de los Altos Hornos

Una sociedad belga adquiere la antigua ferrería Heredia, escriturándola con un capital de 3’5 millones de francos, y la reabre el 26 de septiembre de 1900. El 29 de septiembre de 1900 los periódicos de Málaga anunciaron con grandes titulares y amplio espacio informativo la inauguración de un alto horno en las instalaciones de la antigua ferrería.

Instalaciones de los altos hornos La Constancia.
Se asistía al reflotamiento de una empresa señera del siglo XIX. Nacida en los años treinta, La Constancia, que ocupó lugares de honor en los comienzos de la industrialización española colocándose a la cabeza de la producción nacional de hierros durante un cuarto de siglo.

En los años sesenta, inició un declive incontenible debido a los altos precios del carbón mineral. Los costes de producción, mucho más elevados que en las fábricas del norte peninsular, hacían imposible la competencia.

Volviendo al acto de reapertura, en la puerta de acceso se levantó un arco, coronado por el busto de Manuel Agustín Heredia, y su hijo Agustín prendió fuego al horno con una tea forrada de flores. El obispo bendijo las instalaciones.

Mr. Tresson, director de los Altos Hornos, obsequió con un brindis a los invitados, entre los que se encontraban todas las autoridades y numerosas personalidades de la ciudad.

La modernización de las instalaciones, con el abastecimiento de combustible y mineral de hierro a precio competitivo permitiendo evitar el lingote vizcaíno, facilitó que se alcanzaran altos niveles de producción y venta absorbiendo la demanda regional. Sin embargo, esta situación se desmoronará a partir de 1903.

1906 fue un año de pérdidas para la empresa. El consejo de administración aprobó una operación financiera consistente en disminuir el valor nominal de las acciones y crear nuevas para aumentar el capital y hacer frente a las deudas, pero no dio resultados. El cierre no se hizo esperar. En mayo de 1907 cesó la actividad productiva.